Juan Carlos Friebe, poeta

“Las mujeres han sido asesinadas por una forma de ser que busca la libertad”

“Las mujeres han sido asesinadas por una forma de ser que busca la libertad”

“Las mujeres han sido asesinadas por una forma de ser que busca la libertad” / Jesús Hita (Photographers) (Granada)

Enseñanado a nadar a la mujer casa hace referencia a las historias de diferentes mujeres ajusticiadas, desde Juana de Arco a Mariana Pineda, y tiene como hilo conductor un caso de violencia de género. ¿Está más de actualidad que nunca o en realidad es un tema absolutamente intemporal?

–Una de las cosas que temía es que se considerase algo oportunista pero comencé a trabajar en este poemario en el 2007 y la Ley de Violencia de Género es de 2004. Cuando yo empiezo a escribir un libro tengo pensado el tema y me he documentado mucho antes, por lo que final el proceso es muy largo. Aunque viene casi como anillo al dedo con todo lo que está montado en el circo de los medios de comunicación, lo cierto es que sucede en la realidad desde toda la historia. Pero yo realmente pretendía hablar de cómo el poder ha querido mantener siempre en la sombra e incluso en la ignorancia a la población en general y ha utilizado muchas veces a la mujer para reprimir todos los actos de libertad que pudiera tener en todas las épocas y desde todas las religiones. Decía Bakunin que cualquier estado y todas las ideologías suponen al hombre esencialmente perverso y la humanidad considera esencialmente perversa a la mujer.

–¿Cuál es la intencionalidad entonces?

–No era poner de relieve lo que está sucediendo, aunque dentro de su propia trama se está narrando un crimen, en este caso de género como se denomina.

–¿El foco está en el sometimiento de la mujer al poder?

–Sí. Por ejemplo, Margarita Porete no podía expresar lo que ella sentía sobre Dios. De hecho le quemaron el único libro que publicó y luego a ella porque no quiso abjurar. Juana de Arco fue ajusticiada por no someterse a lo que la iglesia estaba pidiendo, que era dejar los hábitos de hombre. En el caso de Mariana Pineda las razones fueron políticas, porque ella estaba casada con la causa liberal, contra el absolutismo de Fernando VII. Y luego una niña cualquiera que tenía entre 12 y 13 años, obligada a casarse con un octogenario y luego fue lapidada en un estadio porque se supone que fue infiel. Al final, unas por motivos religiosos o políticos, acabaron siendo ajusticiadas por algo que tiene que ver con el poder.

–En cuanto a la estructura, se reproduce el juicio de Juana de Arco.

–Aquí hay muchas cosas que me interesan pero especialmente el libro de mi vida por la de veces que lo he releído: las actas del juicio a Juana de Arco. Fui seleccionando fragmentos relevantes para lo que quería decir en algunos poemas. Los he utilizado para señalar la mentalidad inquisidora que ataca a una chiquilla de 19 años que iba a morir en la hoguera por algo que no tiene que ver con una herejía. Fue machacada en un juicio en el que había 100 varones y era juicio a una forma de ser... Eso intento decir: que las mujeres son asesinadas por una forma de ser que busca su libertad personal y su expresión en el modo que consideran oportuna. El estado siempre ha estado impidiendo que eso suceda, hasta los tiempos del Romanticismo que empiezan a considerarse autoras.

–Y siguiendo las actas, se van intercalando los relatos de esas otras mujeres

–Sí, dentro de ella hay a su vez un hilo narrativo de un crimen de género en una ciudad cualquiera, en un barrio cualquiera, en el que está sucediendo una cosa: una mujer ha sido asesinada, no se sabe el motivo y la policía acude al sitio. En una segunda escena un hombre, que está junto a las vías del tren, es el asesino que se va suicidar. En la tercera se señala percepción de otras personas como el poeta o “lo poeta”– como yo lo señalo para disolver los géneros– que están en sus castillos de aire enamorado de una chica en una tienda; y el periodista, pues lo convierte en un trámite más de los muchos asesinatos y sucesos que llenan las noticias. En el periodismo se mira de una forma no diría frívola pero sí al menos aséptica.

–Pero, ¿también hay una crítica a la introspección del poeta?

–Efectivamente. El lenguaje poético muchas veces se basa en el solipsismo: yo siento, yo me duelo, yo lloro... La literatura es muy comprometida pero también es cierto que hay una forma artística que no está tan pendiente como debiera de la realidad. Y no como una herramienta de denuncia sino como mecanismo de comprensión de la realidad humana. Es necesario que ‘lo poeta’ se acerque al mundo con una mirada crítica.

–¿Por qué esa disolución de los géneros en 'lo poeta'?

–Las poetisas no quieren que las llamen así y prefieren que las llamen poetas, que es algo muy gracioso. Una forma de solucionarlo era decir ‘lo poeta’. Al mismo tiempo yo soy una persona transgénero y era una forma de diluir todos los géneros para que todo sea simplemente “lo humano”.

–Y en ese mundo de reivindicaciones de la libertad de expresión de las mujeres hay una cita fantástica a Mike Tyson.

–Sí, es de una entrevista en la que dijo algo extraordinariamente poético sobre lo que puede leerse en las tumbas: “La vida es un guión entre dos fechas”. Me pareció increíble que un boxeador como Mike Tyson, de ese calibre, fuese capaz de una metáfora tan profunda. Esa es la existencia humana, ese guión.

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