Los muros se enhebran con 'Hilos'

"Hay vidas que dependen de un hilo". Tras esta frase escrita en el Instituto Hermenegildo Lanz fue como Andrés Gálvez Ballesteros comenzó su andadura en el arte urbano. Palabras como único, leal, imaginativo, alegre, impredecible, creativo, risueño, capaz… son algunas de las características que resaltaban sus amigos mientras observaban las fachadas ennegrecidas, con los ojos llenos de nostalgia, y aún incredibilidad. "Andrés era de esas personas que hacen todo lo posible por cumplir sus sueños. Nunca sabías lo que se le pasaba por la cabeza, pero era un gran amigo", describía Victoria Herrera, una de las amigas del joven. "A veces te tirabas días sin saber de él, pero no hacía falta decir que estaba haciendo lo que más le gustaba en esta vida, crear", contaba Borja Cano, amigo desde la infancia de Gálvez Ballesteros.

El sábado 30 de noviembre, a las 11 de la mañana, ya había más de 80 personas esperando antes los muros del parque situado frente al Polideportivo Municipal de Albolote. No había silencio, pero el ambiente estaba cargado de respeto a la vez que tristeza. Varias manos comenzaron a crear un fondo negro sobre paredes pintarrajeadas. Acto seguido, artistas urbanos se pusieron manos a la obra para crear lo que más tarde sería un emotivo homenaje. Personas creando sobre las paredes, gente mirando cada movimiento. Ese día la palabra Hilos significaba mucho más que una simple hebra, representaba al joven Andrés Gálvez Ballesteros, un alboloteño de 20 años que falleció el pasado 24 de noviembre tras ser arrollado por un tren en las vías granadinas.

Este muchacho dedicó su corta vida al arte de graffitear, dejando su seña de identidad a través de la firma Hilos, o Hiros en varias ocasiones.

Por dichas circunstancias, 42 graffitis con la palabra Hilos albergan hoy día la fachada de Albolote para recordar a una persona como Gálvez Ballesteros, la cual llegó a tener renombre tanto en la provincia granadina como fuera de Andalucía. El mural comienza en la calle Cádiz, siguiendo por calle Málaga y terminando en Calle Almería, con un total de más de 80 metros y frases como "Chicos leyenda no mueren, solo descansan" o "Los muros de Graná se enhebran con Hilos" son algunas de las dedicatorias que duermen bajo estos muros. Muchos de los artistas llegaron tanto de fuera de Granada como de la provincia. En total, 50 graffiteros, entre ellos El Niño de las Pinturas, fueron los participantes en esta conmovedora idea, a los que se sumaron sus familiares, amigos y allegados.

Artistas urbanos hay en cada rincón del mundo, por eso este recuerdo no queda solo entre los muros de Granada, sino que en lugares como Sevilla o Barcelona también hay un recuerdo presente. Montana Shop Sevilla organizó entre los días 30 y 1 de diciembre una exhibición del graffiti en la Avenida Pino Montano, en la que algunas de las obras fueron dedicadas al joven granadino. En Barcelona, el homenaje fue más personal, tiñendo uno de los vagones del Metro de Barcelona con un Hilos.

Según fuentes familiares del joven, se conoce que la idea del mural nació de la gente que más conocía a Gálvez Ballesteros en el mundo del graffiti. Su faceta artista hizo que se le dedicara algo que para él tuviera sentido. La movilización de los allegados fue impresionante, ya que en menos de una semana se pudo organizar tanto el permiso al Ayuntamiento de Albolote como dónde iría cada graffiti y qué pintaría cada persona. Cada graffitero tiene su estilo, su arte e incluso su manera de coger el bote de spray, pero todos ellos han querido participar en este gran homenaje, que para muchos de ellos ha significado perder a un gran amigo.

"Andrés siempre decía que los que no conocen la belleza del arte del graffiti no pueden llegar a saber por qué dedican tanto tiempo a esta peligrosa tarea. Él concebía este arte como una forma de vivir a la que te vas enganchando poco a poco y que, sin darte cuenta, te ayuda a ser feliz", concluía Ignacio Carrasco, amigo del joven fallecido.