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Los músicos de la OCG alertan de que puede ser su última temporada

  • La formación interpretó ayer fuera de programa la 'Sinfonía de los adioses' para denunciar los recortes de la Junta

Haydn compuso la Sinfonía de los adioses para instar a su patrón a que pagara a sus músicos. Durante el adagio final, cada músico deja de tocar y se va en orden, dejando al final sólo dos violines tocados con sordina. Y con esta obra y con esta misma parafernalia concluyó ayer el concierto de la OCG, la manera de protestar de los profesionales por la delicada situación de la orquesta. En principio, la intención era dirigirse al público tras el concierto para leer un comunicado, pero según denuncia la formación, ante la negativa de los gestores del Auditorio Manuel de Falla a proporcionarles un micrófono, optaron por repartir un folleto a los asistentes y concluir la actuación fuera de programa con la Sinfonía de los adioses, una obra con destinatarios y con un mensaje final: "¿Para qué hacer ruido si podemos hacer música?". Así que los músicos alargaron el concierto fieles a la partitura y a la puesta en escena de Haydn, con lo que fueron saliendo del escenario uno a uno hasta dejar a los dos violinistas escenificando en qué puede quedar la orquesta.

En las octavillas entregadas a la entrada al Auditorio, el comité de empresa de la OCG denuncia la situación "extremadamente delicada" de la formación. "La gestión poco adecuada de los últimos años, así como el recorte presupuestario decidido unilateralmente por la Junta de Andalucía, hacen que se esté cuestionando la viabilidad de nuestra orquesta, de vuestra orquesta".

Según el comité de empresa, "sólo el esfuerzo de la actual gerencia y e l continuo sacrificio por parte de los trabajadores han impedido hasta ahora nuestro cierre", continúa el comunicado en la línea de la actual gerente, Alicia Pire, quien al poco de llegar tuvo que salvar in extremis a la orquesta al aplazar una deuda de 800.000 euros contraída con Hacienda. "Se han realizado ajustes salariales que suponen ya casi un 25% de reducción en gastos de personal y hemos ajustado nuestras temporadas al gasto mínimo posible, y esto último ya sí le afecta a ustedes".

En esta sentido, y a pesar de que destacan el apoyo de las instituciones granadinas implicadas en el proyecto -Ayuntamiento y Diputación-, el mensaje último que hicieron ayer llegar a los espectadores es que "la OCG peligra". "Si volvemos a sufrir el más mínimo recorte en las aportaciones a nuestro presupuesto, la OCG cerrará".

No obstante, pese a la extrema gravedad que describen, los músicos destacan proyectos como OCG social, en la que los profesionales de la formación están realizando tareas de voluntariado "porque queremos aportar lo que mejor sabemos a la sociedad". "Queremos ser su orquesta y seguir trayéndoles la música al mejor nivel, para que Granada siga siendo la capital cultural de Andalucía", continúa la nota. Así que al final de la velada, pasadas las diez de la noche, los músicos protestaron por el incierto futuro de la formación con una obra compuesta en 1772 y que sigue de plena vigencia en 2014. "Esta puede ser la última temporada de la OCG", concluyen en el comunicado para que el adiós se quede en una sinfonía.

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