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Una noche de zarzuelas

Sinfónica de Galicia. Programa: 'Celia Valdéz, comedia lírica en un acto', de Gonzalo Roig; 'La Tempranica', zarzuela en un acto. Solistas: María Bayo (soprano), José Manuel Zapata (tenor), Emilio Sánchez (tenor), Carlos Bergasa (barítono) y Marina Rodríguez Cussí (mezzosoprano). Músicos: Orquesta Sinfónica de Galicia y Coral Andra Mari de Errentería. Director: Víctor Pablo Pérez. Lugar: Palacio de Carlos V. Fecha: 3 de julio de 2010

La esperada visita de la Orquesta Sinfónica de Galicia, con Víctor Pablo Pérez al frente, no defraudó a los asistentes del Palacio de Carlos V, que pudieron asistir a uno de los mejores conciertos del festival; no en vano, nos encontramos ante una de las orquestas y ante uno de los directores mejores de España. En el programa figuraban dos zarzuelas en un acto: la comedia lírica Cecilia Valdés de Gonzalo Roig y La Tempranica de Gerónimo Giménez. Junto al conjunto gallego tuvimos la suerte de poder contar con voces tan destacadas como la soprano María Bayo o el tenor José Manuel Zapata.

La comedia lírica Cecilia Valdés fue una grata sorpresa para todos los asistentes. Prácticamente desconocida en España, esta obra fue compuesta en el primer tercio del siglo XX por Gonzalo Roig, uno de los más destacados compositores cubanos del momento. Heredera de la zarzuela española, que se exportó a Cuba en su versión chica a mediados del siglo XIX, este género en su versión caribeña se convirtió en un ejemplo elevado de asimilación cultural, incluyendo elementos de su propia vida, con tipos, costumbres, lenguaje y música tradicional y del folklore.

Cecilia Valdés es uno de los mejores exponentes de esta revitalización cubana del género entre las décadas de 1930 y 1940, además de ser casi la única pieza de Gonzalo Roig que se ha incorporado, tímidamente, al repertorio internacional. Desde sus comienzos encontramos el sabor caribeño propio de los ritmos danzables y de cadencias vocales en las partes solistas. Una María Bayo espléndida, en un momento vocal magnífico, abrió la zarzuela con el canto "Yo soy Cecilia, Cecilia Valdés". La estupenda voz de la soprano navarra se puso al servicio de esta partitura llena de colorido y guiños al folklore cubano; la cantante, metida en su papel, se movió al son de la música que cantaba, transmitiendo al público toda la fuerza y frescura de esta partitura.

Como partenaire en la trama de esta comedia María Bayo contó con José Manuel Zapata, que en su papel de Leonardo seduce a la mulata Cecilia para luego abandonarla. La voz del tenor granadino sorprende siempre por su belleza y potencia, además de su versatilidad. Si hace unos días le escuchábamos cantando tangos, esa noche puso su caudal vocal al servicio de la música cubana, interpretando magistralmente ¡Oh, dulce Habana!, canción que recupera el estilo de la romanza de zarzuela española transmutada en canto caribeño. Junto a la soprano, José Manuel Zapata protagonizó uno de los momentos más destacados de la noche; ambos interpretaron el gran dúo de amor entre los protagonistas, que nada tiene que envidiar a las mejores páginas de nuestra lírica. Cerrando la zarzuela, María Bayo volvió a dejarnos boquiabiertos con la nana Hija del amor.

La segunda parte nos devolvió a esta parte del Atlántico para escuchar una zarzuela de carácter local: La Tempranica, de Gerónimo Giménez, con María Bayo en el centro de la acción como María 'La Tempranica'. La soprano demostró ser una de las grandes damas de la lírica española con el dúo Yo no zé al verte, en el que hizo muy dignamente de Don Luis el barítono Carlos Bergasa. Mención especial merece la soprano Marina Rodríguez Cusí, que interpretó el conocido zapateado La tarántula é un bicho mu malo; la expresividad y buena dicción del texto suplieron la falta de potencia de la soprano, que emuló muy dignamente otras grandes versiones de esta pieza. Sin duda, el mejor momento de la segunda parte fue el número de conjunto que se inicia con el coro A trabajá con fatigas, en el que María Bayo interpreta la recurrente tonada Tempranica me yaman, destacando en técnica y belleza vocal del resto de los cantantes. Todo el Palacio de Carlos V, puesto en pie, aplaudió la magnífica interpretación de María Bayo y los demás intérpretes; la soprano, abrumada por la ovación, ofreció como bis el número inicial de la zarzuela de Gonzalo Roig: la maravillosa entrada de Cecilia Valdés.

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