Literatura

Cuando el ‘noir’ llega sobre dos ruedas

  • Clara Peñalver y Pere Cervantes charlarán mañana a las 18:45 sobre la relación del género negro y las motos dentro del ciclo que el Granada Noir programa en el Cuarto Real de Santo Domingo

Cuando el ‘noir’ llega sobre dos ruedas

Cuando el ‘noir’ llega sobre dos ruedas / Emilio Olmos

La imagen del jinete cabalgando sólo hacia el horizonte ha sido usada como sinónimo de libertad en numerosas novelas y sobre todo películas. Mutatis mutandi, la estampa del motorista rodando por carreteras interminables tiene ese mismo aura de misticismo y liberación de ataduras supone el broche perfecto que cierre una trama en la que ha podido estar hasta en juego la vida del protagonista.

No resulta sorprendente por tanto que Alfa, el protagonista de la última novela de Pere Cervantes, sueñe con volar a lomos de su moto durante los 444 días que pasa en prisión.

Y ese rasgo del protagonista de Golpes lo comparte con el personaje real que ha inspirado la obra. Cervantes, con más de un cuarto de siglo de experiencia en el Cuerpo de la Policía Nacional, quedó con el antiguo ex compañero. “Él me llamó para charlar y en las entrevistas previas que tuvimos antes de escribir la novela me contaba todo lo que luego está en el libro del libro del mundo de la moto, lo que significaba de libertad, de desafío vital...”, comenta el autor, que ha sido jefe de la Unidad de Delitos Tecnológicos y Económicos y ha patrullado las calles con su arma y su placa.

Tantos años de servicio en el cuerpo se reflejan en la precisión en la que describe las técnicas y material, pero también en esa visión particular del género negro en el que las sensaciones del protagonista priman por encima de la trama.

Y el argumento no es otro que el del policía corrupto, Alfa, un policía bajo sospecha que recupera su libertad tras pasar por una prisión catalana. Una vez libre, dispone de una nómina estrangulada que apenas alcanza los ochocientos euros y una media de espera judicial de seis años hasta que reciba la sentencia final.

Pero Alfa no ha sido instruido para malvivir. Por eso, cuando alguien le propone empezar una nueva vida apoderándose de cincuenta kilos de cocaína ajena, Alfa no se lo piensa dos veces. Solo necesita cuarenta y ocho horas, regresar a Castellón, despedirse de gente querida y ejecutar de manera inversa lo que hasta ahora venía haciendo.

Cervantes sabe que Alfa no es inocente como así lo reconocía él, pero su historia le resultaba perfecta para “desvelar los entresijos de una vida supeditada a bucear en las aguas del narcotráfico”. 

Porque Alfa es un antiguo boxeador, de ahí el título, “un estratega del combate, y siempre el centro del universo de las mujeres que ama”: “Pero, por encima de todo, un hombre necesitado de una moto con la que rodar en busca de esa libertad que precisa para seguir respirando”.

Aunque en el caso de Cervantes el personaje y la veracidad de los hechos impusieron el tema de la moto, en el caso de Clara Peñalver la moto no ha sido algo tangencial sino fundamental. Motera confesa desde hace años, la libertad de hacer kilómetros a dos ruedas ha sido la herencia más directa que han recibido sus personajes femeninos de la propia autora.

Por eso Ada Levy, la intrépida investigadora, tenía el mismo modelo de moto que usaba antes Peñalver y que ahora ha cambiado por una Ducati Scrambler.

Aunque siguiendo los consejos de familiares y amigos se lo pensó antes de lanzarse con su primera moto y antes de empezar a escribir –se Licenció en Biología en la Universidad de Granada–, la que fuera presentadora del programa sobre arte de RTVE La mitad invisible da un paso más en su carrera de escritora con Las voces de Carol.  

Se trata de la historia de una inspectora que investiga el asesinato de una escritora con esquizofrenia, lo que da pie a la policía a meterse en la cabeza de esta “escuchadora de voces” en un juego literario que debe mucho de su libertad a las horas que la autora pasa sobre su Ducati rodando por el asfalto.

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