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"La nueva Fundación nos permitirá trabajar mejor en Madagascar"

  • El fundador de esta ONG granadina dobla su esfuerzo en favor de los niños de los países pobres

Ríe siempre. José Luis Guirao ríe a la vida desde hace trece años con los niños de los países del Tercer Mundo, desarrollando proyectos de reinserción social, educación sanitaria y educación ambiental, sobre todo en Madagascar, Camboya y Brasil. Este veterinario granadino continúa con sus actividades con el mismo entusiasmo del primer día, cuando en 1994 fundó su organización: La casa del Agua de Coco, aunque en noviembre le dio un nuevo impulso: una Fundación para redoblar esfuerzos.

- ¿Cuál fue el motivo para la creación de la Fundación que usted preside?

-La Casa del Agua De Coco apoya a Amigo de Bel Avenir, otra ONG que trabaja directamente en Madagascar. Para no tener dos estructuras separadas ayudando a los mismos proyectos hemos decidido crear una Fundación, que se llama Agua de Coco, fundiendo las dos fuerzas. Desde ahora podremos trabajar mejor y con menos gastos. Fue una manera de unir nuestros esfuerzos y obtener más resultados.

-¿Cómo se materializa la aportación de los granadinos en sus actividades humanitarias?

-Un componente fundamental es sin duda la ayuda financiera de los ciudadanos. Tenemos casi 700 socios que contribuyen a realizar nuestras obras en los países en vías de desarrollo con subvenciones que suponen el 43% de las donaciones totales.

-¿Cuál es el principal objetivo de esta campaña de beneficencia?

-El principal objetivo que desde siempre queremos alcanzar es la protección de los niños de los países empobrecidos y mejorar su calidad de vida.

-¿Cómo se puede llegar a este resultado?

-Sabemos que los niños pertenecientes a familias pobres y numerosas tienen que ayudar trabajando, pero queremos educar a las familias para que dejen sus hijos el tiempo necesario para instruirse, descansar y tener un espacio de ocio indispensable para mejorar su calidad de vida

-En el sur de Madagascar han alquilado dos cines para los niños...

-Sí, cada año treinta mil niños acuden a educarse y a ver documentales gracias a estas dos salas de cine situadas en los pueblos más pobres de Madagascar: Fianarantsoa y Tulear. Fue una iniciativa que tuvo una gran repercusión. Se trata de difundir a los niños en edad escolar un programa pedagógico acompañado de una película. Nuestros animadores contestan las preguntas de los aldeanos sobre temas tan diversos como el medio ambiente, la higiene de base o los derechos de los niños, para acercarles a estos asuntos.

-Su proyecto educativo, por tanto, tiene una noble finalidad.

Desde el principio, nuestro objetivo ha sido ofrecer una alternativa digna a todos los niños, para evitar que pasen el día deambulando por las calles y que terminen inmersos en el mundo de la delincuencia o de la prostitución.

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