Pablo Luque comparte sus sueños con Granada

Juan Pablo Luque tiene varios hijos, reconoce que ahora se dedica a "plantar geranios en casa" y acaba de publicar 25 sueños de Granada (Esdrújula), un libro que presentó ayer en la Biblioteca Provincial y en el que recopila una serie de "historias" que van describiendo Granada, y que a su juicio van destinadas "a los que viven la ciudad y a los jóvenes, pero también a los mayores".

A lo largo de más de cien páginas, en las que el texto se combina con las ilustraciones de Cayetana Carpintero, Luque, columnista de este periódico, transita "entre lo que es verdad y la fabulación" para describir "espacios, personas o emplazamientos" de la ciudad que lo ha visto nacer y crecer. Así, quien lea el libro encontrará "sueños" referentes al Festival de Música y Danza, la Huerta de San Vicente o el Cine Madrigal, mezclada con otros lugares más prosaicos como una oficina del paro.

El criterio seguido para recoger esos 25 sueños, explica el autor, no es otro que aquello que él mismo (aunque a habla en plural con este periódico, pues asegura que el libro lo han escrito él y su pluma) haya vivido a lo largo de su vida y que el futuro lector pueda reconocer, buscando eso sí que sea "muy liviano de leer, que es de lo que se trata". "Siempre, cuando escribo, tengo muy en cuenta, primero que siempre hay un trasfondo social en lo que escribimos, y que sea algo siempre agradable y ligero de leer", concluye el autor, que asegura que su labor como columnista, limitado por las exigencias físicas del papel, han sido el mejor entrenamiento.

Precisamente, Luque se muestra como un firme defensor del formato físico, de ahí reconozca una locura publicar un libro en 2025, en pleno auge de las pantallas, aunque "el mundo lo hicieron locos", puntualiza y es aquí cuando saca su vena de padre, asegurando que es importante recordar a los hijos que "no podemos olvidarnos de leer, ni de escribir, ni de comprender, son las tres cosas que para mí son esenciales en una educación y precisamente eso contribuye al libro".

No solo leer, también escribir. Para Luque, que puntualiza que no desprecia la innovación, destaca el valor de "coger un bolígrafo y volver a escribir", algo que ayuda mucho a interpretar lo que se nos pasa por la mente. "El tiempo que transcurre mientras coges el bolígrafo te ayuda mucho a comprender y sobre todo a madurar muchas cosas", explica, para añadir un deseo: "Tenemos que volver a la idea humanista del siglo XVI donde todos sabíamos un poco de todo y no sabíamos de nada".

Mirando atrás, a esa vida que ahora relata en su último libro, Luque aboga por "volver al olor a papel, volverlo a experimentar y volverlo a tener en tus manos, de la misma manera que tendrá que volver el periódico", una sensación que, para él, fue clave en la pandemia y que se está olvidando, una sensación "que no tiene nada que ver con un teléfono".

Para terminar, el escritor asegura predicar con el ejemplo y considera fundamental que los hijos "vean lo que sus padres hacen, esa es nuestra misión", explica. Para él es fundamental "cultivar las cosas en familia" y tener siempre cerca a los tuyos y que ellos "vean que sus padres siguen leyendo, siguen escribiendo, siguen trabajando con libros"