Paolo Pinamonti: "La próxima edición del Festival de Música y Danza contará con dos títulos de ópera"
El nuevo director propone este sábado su segundo acto al frente de la institución cultural: una proyección de la cinta 'Blancanieves' con música en directo en el Teatro Isabel la Católica
El director del Festival de Música y Danza apuesta por una cita con sello propio dentro del panorama europeo

Granada/El musicólogo y gestor cultural Paolo Pinamonti (Venecia, 1958) dirigirá el Festival Internacional de Música y Danza de Granada durante los próximos cinco años (2025-2029) en sustitución a Antonio Moral. Licenciado en Filosofía por la Universidad de Venecia, Pinamonti completó sus estudios de Piano en el Conservatorio de Padua (1981). En enero de 2023 pasó a ser director del Archivo Manuel de Falla, aunque la vinculación con la ciudad viene de lejos. El musicólogo italiano es un gran especialista en la obra de Falla, autor al que ha dedicado numerosas investigaciones, destacando el descubrimiento de la música inédita para El gran teatro del mundo, de Calderón de La Barca, así como la publicación de los escritos del músico español en la primera edición italiana. Además de profesor de la Universidad de Venecia, ha sido director del Teatro La Fenice de Venecia, del Teatro de la Zarzuela de Madrid, del San Carlos de Lisboa y del Teatro San Carlo de Nápoles.
Con motivo de la celebración en Granada de la 39 edición de los Premios Goya, este sábado el Festival, con el patrocinio de la Fundación Unicaja, ha programado la proyección de la película Blancanieves con música en directo de Alfonso de Vilallonga en el Teatro Isabel La Católica a cargo de la OCG bajo la dirección de Pablo Urbina. El acto, enmarcado en el calendaro de la ciudad como antesala a la ceremonia del próximo 8 de febrero, es la segunda presentación en sociedad de Pinamonti al frente de la institución cultural tras la propuesta didáctica Ópera Kids.
Pregunta.-¿Por qué ha elegido la proyección de la cinta Blancanieves?
-El Festival quería sumarse a la celebración al programa de celebración de los Goya. Para mí, la música para el cine es un aspecto fundamental de la vida artística y musical del XX, es la gran novedad. Vi Blancanieves cuando salió y me gustó muchísimo. Hablando con la produccion, les ofrecí la posibilidad de hace una proyección con ejecución de la música en vivo en el Teatro de la Zarzuela en 2012. No quería presentar una banda sonora alejada del filme, sino con una proyección cinematográfica. Me parecía que el caso de Blancanieves era emblemático de la perfecta colaboración entre el director de cine Pablo Berger y el compositor Alfonso de Vilallonga. En ese sentido, he pensado en esta película como homenaje también al cine español, teniendo en cuenta que esta película fue galardona con 10 Goya en 2013.
P.-¿Qué peculiaridades impone el Teatro Isabel la Católica para la organización de una proyección así?
-Tiene las características de ser en su origen una sala cinematográfica pero cuenta con el espacio para un pequeño ensamble de 30 elementos. Vamos a retornar a los orígenes del cine mudo, cuando en los cines de toda Europa, en las grandes capitales, había una orquesta ligada a una sala. Eran orquestas importantes, mientras que las salas más pequeñas eran ensambles y si el espacio se reducía sólo el acompañamiento de un piano. Esa operación ya la hizo también Pablo Berger, eligiendo hacer una película muda como homenaje a esta etapa de la historia del cine.
P.-¿Cuántos músicos de la OCG tienen cabida en ese espacio?
-Unos 35 músicos más o menos. Estarán abajo, con una luz un poco más baja para no interferir en la proyección. Habrá también un cuarteto flamenco y estará presente también Alfonso de Vilallonga, que es también pianista y tocará el ukelele.
P.-Ha querido completar la propuesta con una mesa redonda con el compositor y el director de cine en la Madraza.
-Sí, para debartir esta relación entre música e imagen en una cinta que hace muchos guiños a esa tradición del cine mudo pero rodado en 2012.
P.-Su idea es que el Festival tenga una mayor presencia el resto del año en la vida cultural de la ciudad.
-Sí, yo no quiero que se limite solo a un mes intenso de actividad sino que acompañe la vida cultural y musical de Granada sin interferir con otras instituciones que ya están programando, tipo la temporada sinfónica de la OCG, el Festival de Música Sacra, el de Órgano... Cuando haya algo en lo que podamos aportar nuestra contribución, considero importante que el Festival participe. En este caso quiero agradecer la colaboración de Fundación Unicaja, porque sin su apoyo no habría sido posible.
P.-El primer acto ha sido una propuesta pedagógica, Ópera Kids. ¿Habrá algún otro de aquí al arranque de la próxima edición del Festival, el 19 de junio?
-No, en estos cinco meses nos centraremos en ese proyecto de la ópera participativa que se oferta a los niños de los colegios de Granada. Esta semana se ha cerrado la posibilidad de inscribirse y tenemos un número muy alto de alumnos, me parece en torno a 2.500. Estamos muy satisfechos del resultado Ha dado la divertida coincidencia, absolutamente no buscada, de que el arranque sea con dos títulos juntos para la infancia, Blancanieves y Cenicienta, aunque son cosas muy diferentes.
P.-Ha manifestado su voluntad de mantener y aumentar el carácter formativo del Festival, no sólo con la propuesta Ópera Kids y los Cursos Manuel de Falla, también con la selección del repertorio.
-Quiero que el Festival de Música y Danza de Granada, además de la excelencia artística que tenemos que buscar siempre -y las últimas ediciones han sido importantes en su historia en ese sentido con la presencia de grandes artistas y orquestas, y ese camino tiene que continuar- tiene que ofrecer la posibilidad de un repertorio que mire a la gran tradición musical española desde el Renacimiento hasta nuestra contemporáneidad. Eso motivaría también la visita de espectadores extranjeros que pueden venir al Festival buscando música que en otros no escucharían. Además, en los próximos años tenemos hitos imortantes: en 2026 se cumplen los 150 años del nacimiento de Manuel de Falla y 500 de la visita de Carlos V. En 2027, la Edad de Plata en la gran vanguardia musical española. El Festival no puede dejar de celebrar estas efemérides así como su 75 aniversario.
P.-El repertorio de Falla será muy fácil de elegir para un musicólogo especialista. ¿Cómo se selecciona por ejemplo el de Carlos V?
-Será un programa articulado en torno a la música ligada a su trayectoria: sabemos que nació en Gante en 1500, visitó Granada en el 26, en 1530 coronado emperador en Bolonia. Hubo una relación entre compositores españoles y de las cortes italianas.
P.-¿Se le hizo una zambra en el Patio de los Aljibes?
-Exacto, eso también. Esa zambra está descrita en las crónicas de la época y queremos reconstruirla. Todo girará en torno a la música celebrativa de corte que lo acompañó en su vista. Eso nos dará muchas ideas para un programa que se hará en colaboración con el Patronato de la Alhambra. Además, la presencia del flamenco es importante en el Festival, sólo hay que pensar en el recuerdo del Concurso de Cante Jondo.
P.-En el terreno del flamenco, para esta próxima edición habrá una colaboración con Patricia Guerrero, la Academia del Piacere y el Teatro de la Maestranza.
-Sí, considero el flamenco algo fundamental en la programación de nuestro Festival. Colaboramos con ellos para presentar este nuevo espectáculo en el que la tradición flamenca revisada por Patricia dialoga con la antigua música andaluza indagada por la Academia del Piacere en un encuentro entre las danzas antiguas y las nuevas.
P.-¿Alguna otra cosa que se pueda adelantar de la programación?
-En la próxima edición habrá un retorno de la ópera con dos títulos.
P.-Siempre se ha dicho que Granada adolece de una programación estable del género. Se barajó la posibilidad de hacer un teatro de la ópera, un proyecto que ganó por concurso Kengo Kuma pero nunca se llegó a construir. ¿Tendría la ciudad público para sostener una programación estable?
-Ese es el gran problema, porque la ópera es muy cara, históricamente siempre ha sido una forma de espectáculo en el que la recaudación nunca, nunca, nunca puede cubrir los gastos. El Teatro de la Ópera desde su fundación en Venecia en el 1637 nunca ha sido rentable, fue siempre una inversión con otras razones económicas. Inicialmente fue manifestación de la riqueza de una corte. Las familias aristocráticas Venecianas invertían en transformar sus palacios en teatros porque cuestiones inmobiliaria. En el siglo XVIII la ópera fue un instrumento de política de asuntos exteriores: a través de ellas se construían relaciones políticas entre los estados europeos. A finales de ese siglo y principios del XIX era subvencionada por el juego de los salones de los teatros en los que se quedaban los hombres mientras las mujeres asistían como espectadoras. La ópera nunca ha sido rentable pero ha traspasado cuatro siglos de vida. Esto es un debate político en el que no sabría lo que decir, pero sí puedo señalar que si se apuesta por un teatro de la ópera se tiene que invertir muchísmo dinero porque el espacio como construcción no es nada, lo importante es la gestión después.
P.-Aunque ha sido profesor en la Universidad de Venecia y ha dirigido un teatro en su ciudad natal, su relación con Granada viene de lejos.
-Empezó en 1987 con la primera visita al Festival, pero mis primeros contactos con el Archivo Manuel de Falla fueron en 1986 porque teníamos un proyecto en el Teatro La Fenice dedicado a Falla y yo era el encargado de coordinarlo. Por ese motivo me puse en contacto por carta y por teléfono con Maribel de Falla y desde entonces ha crecido una relación de amistad con los herederos de Falla y con la vida musical de Granada.
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