El reportaje

El penúltimo vuelo de la paloma

  • La artista Antje Wichtrey recibe en el Palacio de Carlos V una escultura de una paloma que viaja por el mundo en apoyo de los Derechos Humanos

Existen treinta palomas que circulan de mano en mano por el mundo. Representan los artículos de la Declaración de los Derechos Humanos y una de ellas 'voló' ayer hasta el Palacio de Carlos V para acabar en manos de la artista afincada en Granada Antje Wichtrey. La paloma -una escultura iniciativa de Richard Hillinger- representa el artículo 19 de la Declaración: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de expresión".

Y todo dentro de un proyecto en el que los pájaros de la paz de Hillinger ya han pasado por manos de 'mensajeros' como el Dalai Lama, el escritor Vaclav Havel o Mijail Gorbatchov. Una de ellas está acogida ahora por Antje Wichtrey, quien la recibió de manos de Armin Schubert, Cruz de Honor de la Presidencia de la República de Alemania y fundador de un centro cultural para niños y jóvenes. Schubert leyó una carta a los alumnos del Instituto Generalife escrita para la ocasión por el presidente del Parlamento de Brandeburgo. La carta, en inglés, provocó las risas de los alumnos dejando en mal lugar a su profesor de idiomas. Por su parte, Antje Wichtrey mostró una serie de pinturas inspiradas en los artículos de la Declaración de los Derechos Humanos. "Este texto me parece casi poético, un poco anticuado a veces porque tiene 60 años, y en principio, al dibujar sobre sus artículos, me salieron colores oscuros, grises, casi pensando más en las violaciones de los derechos humanos". Después cambió el chip. "Finalmente preferí hacer un trabajo en positivo, por darle color y poner al ser humano como protagonista", explicó la artista en el Palacio de Carlos V junto al delegado de Cultura, Pedro Benzal, y la directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, María del Mar Villafranca.

Fue precisamente Villafanca la encargada de 'anillar' la paloma de tonos dorados, colocándole el sello de la Alhambra en su base, justo al lado de la firma de la Reina de Tailandia. El próximo vuelo de la paloma será de regreso a Alemania, donde pasará a manos del ministro alemán de Exteriores, Steinmeier. Será en agosto y Antje Wichtrey aprovechará la visita para inaugurar en Brandenburgo una exposición de xilografías sobre los Derechos Humanos. Será el penúltimo vuelo. La paloma número 19 ha viajado hasta Tailandia con la princesa Sirindhorn, a Camboya con un superviviente de los Kmer y a Alemania con Christian Führer (organizador de las manifestaciones en Leipzig del otoño de 1989 que contribuyeron a la caída del muro de Berlín) y con Friedrich Schorlemmer (Premio de la Paz de los editores alemanes). La simbólica paloma toma aliento en el regazo de la artista alemana para proseguir su camino.

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