crítica de teatro

Contra la pereza mental

Contra la pereza mental

Contra la pereza mental

¿…Y si nos dicen que nos vayamos, vamos todos y nos vamos? resulta una diatriba de plena actualidad (pese a llevar escrita más de treinta años) contra el adocenamiento, la transigencia desmedida, la pereza mental y la claudicación sin cuestionamiento de lo establecido, de lo que debe ser. José Moreno Arenas, dramaturgo de Albolote de dilatada y reconocida trayectoria, nos enfrenta ante tal cuestión mediante el mecanismo de presentar una situación en la cual, por un lado, se acata todo sin criterio ni reservas, mientras que enfrente, intervienen aquellos que se oponen, que dicen NO, que opinan y que buscan la realización por sí mismos, alejados de dogmas y doctrinas de cualquier índole. Todo ello abordado desde el humor, la ironía y el buen quehacer que caracteriza al autor, quien recurre, entre otros, a elementos y fórmulas metateatrales para lograr el mayor efecto en el público.

Certera, precisa y ajustada es la dirección escénica de José Manuel Motos

El montaje corre a cargo del Grupo de Teatro del Ilustre Colegio de Abogados de Granada, colectivo independiente que cada vez se aleja más del amateurismo en beneficio de la casi profesionalidad, y que las escasas lagunas de las que pueda adolecer son superadas por entusiasmo e intensidad.

Certera, precisa y ajustada es la dirección escénica de José Manuel Motos, con manejos hábiles de tiempos y espacios, y, sobre todo, la acertada elección y valiosa gestión de los intérpretes en aras de hallar un rumbo y una transmisión no siempre fáciles. En general, el grupo de actantes demuestra, en su ejecución coral del espectáculo, talento y oficio. Aquello que vemos sobre escena se combina con momentos de interacción con el público, en parte formado por algunos de los mismos integrantes del grupo. Entre los actores y las actrices, todos correctos y encomiables, destacan Ceferino Bustos, ese policía que evoluciona, Irene Rodríguez, personaje principal femenino y, sobre todo, Ángel Domínguez, protagonista absoluto, junto a Irene, del evento y cuya presencia se impone siempre desde el escenario.José Manuel Ferro se encarga del apartado técnico, con su conocida solvencia, lleno de matices de todo tipo.

En conjunto, un espectáculo de factura incómoda para según qué mentalidades, combativo, que nos provoca cierta sonrisa por su vía expresiva para, desde ella, impulsarnos a la reflexión. La representación cumple su cometido y, sin duda, cubrirá un amplio margen de mejora con sucesivas funciones. En resumen, una propuesta llena de interés, de valentía, de esfuerzo y de acierto. Y que siga la fiesta.

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