Manuel Piedrahita, periodista y escritor

“En periodismo es mejor llegar el segundo pero con la noticia bien contrastada”

  • El que fuera director de informativos de Radio Nacional de España vuelve a las librerías con su tercera novela 'El hombre que vivió tres veces', editada por Ediciones Tambriz

“En periodismo es mejor llegar el segundo pero con la noticia bien contrastada”

“En periodismo es mejor llegar el segundo pero con la noticia bien contrastada”

-El hombre que vivió tres veces, editada por Ediciones Tambriz, es una confesión íntima de alguien que ha tenido tres vidas: la infancia, la juventud y la senectud. ¿Cuánto hay de biográfico en el libro?

–Todo autor plasma algo de su biografía, aunque en ocasiones la ficción resulta más real que la realidad. Diría que el 60 o 70% es biográfico y el resto me lo invento relativamente: escribo cosas que si no he vivido, las he leído o escuchado.

–¿Hay tres etapas y tres tipos de amor?

–El mismo título es un reflejo de eso: El hombre que vivió tres veces. El amor de ayer, hoy es diferente y mañana será muy distinto. El amor es una faceta bastante importante, pero no es la única. En el libro se narra una primera comunión cuando los niños después se iban a desayunar algo y recibían una pequeña biblia de nácar. Luego, el personaje, en la vejez, vuelve a ir a una comunión y se refleja el cambio de costumbres con un almuerzo pantagruélico y fantásticos regalos. Me gusta tratar otros temas para reflejar el paso del tiempo.

–En ese sentido, el libro da un repaso cronológico desde la primera vez que coge un ascensor hasta internet y el futuro espacial.

–Sí, tras la infancia la segunda parte del libro es una tertulia en un pueblo de Andalucía imaginario que tiene una mezcla de varios. Esa charla sirve para volver al pasado pero desde el presente y mirando al futuro. Temas que van del precio de una bicicleta, que ha pasado de costar 700 pesetas hasta los 5.000 euros que se pueden pagar ahora, al feminismo. He procurado reflejar las diferencias para las nuevas generaciones. Quiero que cuando lo lean digan “¡Qué cosas!”. Por eso utilizo expresiones  como “¡Niña, vamos a guardar las modestias!” O que la madre y las tías de Moncho, el protagonista, se pongan unos manguitos para ir a la iglesia en verano para que no se le vean los brazos. Es el contraste grande entre la época del niño Moncho y don Ramón hablando en la tertulia

–Cómo periodista, ¿cómo ve el lenguaje inclusivo que también aborda en la obra?

–El libro lo escribí entre 2017 y 2018 cuando hasta la Real Academia de la Lengua está tratando ese tema por la relevancia que adquirió. Yo procuro matizar y, aunque en la tertulia hay gente que está de acuerdo con algo, el personaje principal, don Ramón, está a favor de no decir la hembra y el hembro. Hay un ejemplo gracioso de Sebastián, el personaje que ha estudiado Periodismo, cuando dice que él no se molesta porque le digan periodista, si bien siguiendo la línea le tendrían que decir periodisto.

–Usted que ha sido periodista toda su vida. En el prólogo de la novela cita a un profesional norteamericano que define el periodismo como literatura con prisas. 

–En el primer libro que escribí en mi vida ,en 1972, y que se llamaba Periodismo: carrera universitaria, ya citaba eso. Ahora, tras la jubilación, me planteé que un periodista podía escribir una novela literaria sin prisas. Y eso es lo que he hecho con las tres novelas que he escrito hasta ahora: El olivar de las ánimas, Que corra la sangre y esta última El hombre que vivió tres veces, editada por Ediciones Tambriz.

–¿Y cómo ve ahora, como lector, la urgencia aún mayor de los medios digitales?

–Cuando escribí el libro en los setenta no existía internet. Lo de ahora es un periodismo muy sui generis porque no es buen periodismo. Es periodismo de titulares: sí, puedes decir la verdad, pero con eso no es suficiente. Sí para enterarte, pero para informarte tienes que leer buenos artículos bien escritos y reflexionados. Yo dije una vez en una tertulia, cuando era director de informativos de Radio Nacional de España, algo que sorprendió ya entonces: prefiero llegar el segundo pero con la noticia bien contrastada que el primero con la noticia sin contrastar. Ahora se quiere llegar el primero a toda consta y se hace muchas veces mal al lector porque la noticia no es cierta. Luego hay que reformarla y tampoco se reforma, por eso se dice que está manipulada.

–Uno escribe como periodista por el deseo de informar. Y como novelista, ¿para qué escribe?

–Escribo porque me mantiene vivo. Todas las mañanas doy un paseo de 8 o 9 kilómetros. Ejercito mis músculos al andar y cuando escribo ejercito mi cerebro. Cuando voy a documentarme, por ejemplo, sigo aprendiendo. También escribo porque pienso que mis reflexiones pueden contagiar a los lectores, pueden servir de algo

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