Manuel Ruiz Amezcua. Poeta y ensayista

"Mi poesía no se parece en nada a la de los poetas de moda"

  • El escritor jienense recorre cuatro década de versos en 'Del lado de la vida. Antología poética'.

El poeta jienense de la sinceridad, de la disidencia y de la oposición. Amezcua ha construido en cuarenta años una antología poética llamada Del lado de la vida donde una cuidada selección de doce poemas, con varios estrenados en esta obra, defiende a los de abajo, a las víctimas y a los pobres. Alejado de las modas y círculos literarios, ilumina con su versos de rebeldía.

-¿Por qué era necesaria esta Antología?

-Por varias razones. La primera y principal es que yo nunca he publicado en ninguna de las llamadas colecciones mayores. Y eso ha condenado a mi poesía a la fila de atrás, a la marginalidad, que no es mal sitio para la poesía. Sobre todo, teniendo en cuenta a los que están en la primera fila. Me refiero, claro, a los poetas oficiales: a los que pastan en el presupuesto. Los poetas oficiales suelen tener las mismas características siempre: son niños mimados del poder porque repiten el catecismo que al poder de turno le interesa. Por eso tienen todos los premios habidos y por haber, sobre todo los que concede el Gobierno con el dinero de los ciudadanos. Y hay otra razón poderosa para la aparición de esta Antología: ahora mismo todos mis libros están agotados. Con esta Antología en las librerías, cualquiera puede acercarse a una trayectoria que abarca cuarenta años: de 1974 a 2014.

-¿Cómo define este libro? ¿Y estos cuarenta años de trabajo?

-Lo hace por mí Antonio Muñoz Molina en el prólogo. Dice que me han condenado no a una travesía del desierto, sino a una residencia en el desierto. Y habla de por qué ha sido así. Mi poesía no se parece en nada a la de los poetas de moda y a la moda en estos treinta y tantos años últimos. Decía Leopardi que "la moda es la madre de la muerte". He procurado construir algo más duradero. Lo que no sé es si lo he conseguido, porque la última palabra sólo la muestra el tiempo. Ese intento ha estado repleto de mucho esfuerzo, de mucha lucha con el lenguaje, con las formas, con los temas, con el presente eterno y con el presente fugitivo, con nuestra historia y con nuestra naturaleza. Si no sigues la moda te condenan al silencio, te marginan, no tienes presencia pública . Y eso en un mundo mediático equivale al olvido, a la muerte de tu trabajo. Lo saben muy bien los que dominan todos los resortes de los medios de comunicación. Contra eso intenta luchar esta Antología y la editorial que la ha publicado: Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores.

-Su obra ha estado siempre en el punto de mira y ha sido muy comentada. Aparte del reconocimiento que supone, ¿tiene alguna parte negativa? ¿Siente especial responsabilidad a la hora de publicar algo?

-Sin 'dexagerar', como dicen en mi pueblo. Hay otra perspectiva del asunto y yo no veo así la cosa. Es verdad que mi poesía ha merecido la atención de algunas personas relevantes de la cultura española. Esto es verdad y lo puede consultar quien quiera en Internet, así que ahorro detalles. Pero la presencia de mis libros en los medios de comunicación ha sido mínima. Y esto ha sido así porque la crítica de poesía en esos medios está fuertemente controlada por una 'casta' que, además, controla editoriales, reparte premios y un largo etcétera. Pero controlarlo todo es imposible, aunque lo intentan. Ni Hitler, ni Stalin, lograron controlarlo todo. Franco tampoco. El asunto de las 'castas', tan viejo en la historia de España, ha vuelto a la actualidad. Asimismo, la degeneración del lenguaje está llegando a tal grado que, hablando de algo, estamos hablando de lo contrario. Esto mismo ocurrió en las dictaduras. El peso de la responsabilidad con el lenguaje es la primera obligación del que escribe. Quien se vuelve un irresponsable con el lenguaje es porque ya se ha vuelto un irresponsable con la vida. Acaba de aparecer un libro muy bueno sobre ese tema, y se lo recomiendo. Se llama El peso de la responsabilidad de Tony Judt.

-Usted tiene una larguísima experiencia en el ámbito educativo. ¿Qué cree que les falta a los jóvenes de hoy? ¿Ve en ellos inquietudes y ánimos?

-Yo soy un producto del esfuerzo y del trabajo y es que en mi familia el concepto de lucha ha sido una compañía constante. Estudié gracias a las becas, como muchos de mi generación. Partiendo de estas premisas me resulta difícil entender ciertas teorías pedagógicas vigentes durante demasiado tiempo en España, responsables directas del deterioro del sistema educativo. Ninguno de los partidos que se turnan en el poder acometerán la reforma del sistema educativo. Sólo les interesa utilizarlo en su provecho y ocultar su deterioro continuo. No interesa crear ciudadanos, sino súbditos. Cuanta más incultura, más manipulación. Hay que reformar por completo el sistema educativo. Y cuanto más tarde, peor. Llamamos democracia hoy a un sistema en el que no mandan los que son elegidos, sino otros. Los políticos son los recaderos de esos otros. Y les ordenan que mantengan este sistema educativo que no crea ciudadanos libres, sino esclavos . Y les llama con otro nombre. Los jóvenes son hoy víctimas directas de todo esto. Y como tales se tendrán que manifestar. Esto hay que decirlo fuerte y alto y hay que escribirlo y publicarlo. Hay gente muy valiosa a la que no ayudan a encontrar su camino. Y una vez más, lo mejor de España está acabando en el exilio.

-Su conexión con Granada pasa de lo personal a lo profesional. Además ha estudiado la obra de Lorca. ¿Qué recuerdo guarda de esta ciudad?

-Granada ha sido una ciudad muy importante en mi vida. Y no sólo por haberme licenciado en su Universidad. En el palacio de la calle Puentezuelas algunos profesores me enseñaron varias cosas importantes y todavía duraderas. Pero la Universidad para los que estudiábamos aquí en los años setenta no era sólo profesores y notas. El mundo cultural de aquellos años hervía de entusiasmo. En la ciudad había personas muy valiosas por su cultura y me ayudaron a comprender las dos grandes características de ésta: la libertad y la universalidad. Desde el año que acabé la carrera, 1977, hasta el 2003 anduve por ahí dando clases en varios sitios. También estuve en Brasil un tiempo como asesor cultural en la Embajada. Volví como profesor de instituto en el año 2003 y la cosa cultural había cambiado bastante. El mundo de la cultura estaba controlado por un grupo férreamente organizado, con su jefe y sus escuadras. En el año 2009 me fui y no sé qué pasa ahora.

-¿Cuál debe ser la labor de la poesía en esta sociedad? ¿España necesita más poesía?

-Todo lo que sirva para aumentar lo bueno y lo bello debe ser necesario para la sociedad. Ahora bien, ponerse hoy de acuerdo sobre el tema parece más difícil que nunca. Sobre todo porque para la sociedad de hoy Nunca la basura fue tan hermosa, título de un libro reciente del filósofo José Luis Pardo.

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