Lírica

“Mi poesía quiere sugerirle al hombre una hermosa manera de vivir”

  • El creador jienense afincado en Granada publica ‘Nunca se sabe’, un libro que nace de la necesidad de comunicar y en el que versifica la pandemia

“Mi poesía quiere sugerirle al hombre una hermosa manera de vivir”

“Mi poesía quiere sugerirle al hombre una hermosa manera de vivir” / (Granada)

Alfredo Lombardo pinta cuadros y escribe poesía. Nació en Jaén, pero un día vino por Granada y aquí se quedó. En 2011 publicó su primer libro de poesía. Luego vinieron Del jamón el vino y otras devociones y Balada de la ciudad que no quiso ver su río. En nueve años ha publicado 24 títulos, incluido un disco-libro, en el que el tanguista Osvaldo Jiménez canta diez poemas suyos. En los años ochenta escribió y estrenó una obra de teatro con Teatro para un instante y en el programa radiofónico Poesía 70 de Juan de Loxa, en su quinceavo aniversario, leyó una carpeta de diez poemas suyos, momento que le satisface mucho recordar. Su nuevo libro se llama Nunca se sabe. La pandemia en verso. Dice que con su poesía quiere sugerirle al hombre una hermosa manera de vivir.

-¿Tiene alguna finalidad este último libro de poemas dedicado a la pandemia?

-La poesía, estrictamente, no tiene una finalidad. Cuando es verdadera, es una necesidad de comunicación expresada en un determinado lenguaje. Este libro responde a la necesidad de expresar la experiencia vivida por mí en los 69 días en los que se centra el poemario: del 14 de marzo, primer día de confinamiento, hasta el 22 de mayo.

-¿Cómo se le ocurrió la idea?

-Llegado el día 14 de marzo, sencillamente, cambié de cuaderno y me dije: Aquí hay tomate. Mi atención se fue centrando de manera natural en los acontecimientos y noticias que nos machacaban de continuo. Y mi poesía empezó a dar cuenta de ello. Al final del prólogo del libro digo: “Como a mí me sirvieron (estos versos), espero que sirvan a muchos”. Más que una finalidad se trata de una constatación.

- ¿Ve poesía en una pandemia?

-La poesía puede y debe responder a todo. Es abarcadora de toda la condición humana. Quiere ayudar al hombre y sugerirle una manera hermosa de vivir. Vicente Alexandre, con el que tuve alguna relación epistolar, por cierto-, decía: “Yo canto lo que une, no lo que separa”. ¿Y hay algo que nos enfrente más a la radical unidad de los humanos, que una plaga a escala universal? En ese sentido, creo que mucha gente se identificará con estos versos y les iluminará algunos aspectos de su propia experiencia en este tiempo.

-¿Inspiran mucho este tipo de situaciones?

-Nadie puede manejar la inspiración a su antojo. Por definición es imprevisible. Puede manejarse un oficio, una técnica, que desde luego el poeta debe poseer. Pero la inspiración, que el mundo clásico personificaba en las musas, entidades caprichosas, repito, es imprevisible. En sí mismo, una pandemia es algo sobrevenido y depende de la actitud y aptitud con que se afronta para que estimule o desanime la creación poética o de cualquier otro tipo.

¿Hay algo que nos enfrente más a la radical unidad de los humanos que una plaga universal?

-¿Ha abandonado su faceta de pintor?

-Yo empecé a pintar antes que a escribir. Estudié en las escuelas superiores de bellas artes de Valencia, Barcelona y Sevilla. Nunca abandoné del todo la pintura, pero es cierto que en estos últimos diez o quince años ha ocupado menos mi tiempo y atención porque, la poesía, sobre todo su publicación, me ha tenido muy absorbido. Era algo que tenía pendiente y que en algún momento había que acometer.

-¿No se imagina viviendo en otro sitio que no sea el Albaicín?

-Yo siempre quise vivir en el campo. De hecho, he vivido largas temporadas en él. Hay dos cosas que nunca me han fallado: la naturaleza y el arte. Las circunstancias me trajeron a Granada. Creí que por un corto periodo de tiempo, pero la estancia se fue alargando, y aquí estamos. Contestando a su pregunta, le diré que solo cambiaría Albaicín y Sacromonte por más campo, más campo, en todo caso. Pero Granada se enamoró de mí y yo creo que le he correspondido, parte de mi poesía está dedicada a ella.

-¿Cómo lleva la soledad y la pandemia?

-Hay una soledad obligada y una soledad querida y bien llevada. El trabajo del poeta es necesariamente solitario, necesita recogimiento, no aislamiento. Machado usa una comparación para definir la labor poética llena de belleza y acierto, la compara al trabajo de las doradas abejas que después de libar la flor fabrican con lo cosechado blanca cera y dulce miel. La pandemia trae un añadido de obligado apartamiento, pero la soledad es algo que pertenece a la condición humana, no se puede escapar de ella.

-¿Tiene en mente otros proyectos?

-Le contesto un poco irónicamente: mi proyecto principal en este momento es vivir. Ha sido un proyecto constante desde que nací y lo mantengo. Y ahora ya en serio. Tengo un par de libros ya preparados para la imprenta y otro que cerraré a fin de año y que será la segunda parte de este último libro mío sobre la pandemia. Esta pandemia me está proyectando más a mí que yo a ella. Ya digo que le busco título, pero sea cual sea su título como va también de pandemia, en vez de ponerle segunda parte, tendré que ponerle segunda ola, pero no le pondré continuará, no quiero ser cenizo.

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