De profesión 'frontman'
Eskorzo, la banda granadina liderada por Tony Moreno, actúa este sábado en la sala Revert Industrial Copera dentro su gira 'Sé feliz'
"Cántame una copla de esas que te clavan los pelillos en la ropa, la que en tu partida sea nuestra canción de despedida"; añádanse a estas líneas un bajo desatadamente funky y un rítmico sonido de maracas antes de la habitual explosión musical. Así comienza Sé feliz, la canción que da título a la nueva gira de Eskorzo y que el sábado recala en la sala Revert Industrial Copera, un tour con el que la banda granadina celebra de paso sus primeros 20 años en el escenario. Si al cantante Tony Moreno se le pregunta por sus planes de futuro responde al segundo que otras dos décadas de música, llegar a los 60 al frente de Eskorzo como Keith Richards, "pero algo menos cascaíllo". Así que eso de disoluciones para regresos triunfales nada de nada porque hay algunos grupos "a los que se les ve el plumero", afirma para recalcar a continuación que no está hablando de 091.
Como a todas las bandas inclasificables les han llovido los adjetivos calificativos; a estas alturas se lo toman con cierta sorna, aunque el cantante sí admite que lo suyo es la fusión. Tanto que reconoce que, al menos en una banda musical, los flirteos con otras formaciones son altamente saludables. Él se desdobló y echó una canita al aire al frente de Tabletom y la mitad de Eskorzo está con 300. Pero Tony se ha bajado del carro de la banda que lideró Rockberto por cuestiones de agenda y por la distancia con un grupo radicado en Málaga desde sus comienzos . "Ellos no están acostumbrados a trabajar con la música a través de internet, también tengo muchísimos bolos con Eskorzo y al final estaba siendo un lastre para ellos", señala. "Las nuevas tecnologías son maravillosas, te permiten ensayar con un músico que está en Japón, no es lo mismo que un local de ensayo, pero permite hacer muchísimas cosas". Así que, como Los Planetas, donde todos sus miembros tienen mil proyectos paralelos, Eskorzo demuestra que la infidelidad dentro de una banda es saludable. "En la música, porque en lo otro siempre te acaban pillando, y más ahora con los teléfonos móviles", explica para poner sobre la mesa el reverso oscuro de las redes. "¿Qué hubiese sido de los rockeros de los sesenta y los setenta si las grupis hubiesen entrado a sus camerinos con un smartphone en la mano? "Por mucho que queramos, ellos vivieron una época muy chula y al límite", explica el artista, que subraya que los rockeros de ahora ya se cuidan un poquito más. "Cuando llevas 20 años al pie del cañón el cuerpo y la mente piden calma y, a lo mejor, después de un concierto te apetece darte un gran desayuno al día siguiente y no estar muerto en la cama con resaca", explica sobre esta necesidad de cuidarse para poder dar un buen espectáculo. "Aunque seguimos siendo unos fiesteros también buscamos un poco la tranquilidad", apunta para aclarar que no ha dejado de ser un hombre de calle y para huir de esa imagen de quien ya está de vuelta de todo con apenas 40 años.
De hecho, si algo tiene Eskorzo en directo es que es una de las bandas más energéticas del panorama, de esas en las que el público suda tanto como los propios protagonistas, con veinteañeros en sus primeras escaramuzas vitales junto a los coetáneos de Eskorzo instalados en muchos casos en los cuarenta y con muchas noches encima para olvidar. "Siempre estamos con el tema de que no hay cultura musical, de que las nuevas generaciones no han vivido esa época en la que en Los 40 principales había música de calidad, pero ahora, a nivel de radiofórmulas, no se cuida la música", denuncia el cantante sobre un tema que tiene mil aristas, caso del boom de las bandas tributo. Aún no ha surgido ningún homenaje a Eskorzo, aunque muchos grupos les hacen homenajes -o plagios directamente- más o menos disimulados. Él, como coordinador del programa de conciertos de Planta Baja junto a sus compañeros, lo ve en su sala, donde cada mes hay cinco actuaciones con repertorios prestados. "Es un camino fácil para tener público, si yo hiciera un grupo homenaje a los Ramones tendríamos un público asegurado", afirma para mostrar a continuación su disgusto con el nuevo programa musical de La Sexta, A mi manera, un 'gran hermano' musical en el que Marta Sánchez aparece con ciertas ínfulas de creadora. "Ahora lo que abundan son los cantantes de karaoke, pero lo importantes es tener una voz que tenga personalidad, no me gustan esas voces impostadas como las que salen en televisión, que son voces para una orquesta de pachanga. Hay que ser uno mismo", confiesa un artista que, si algo tiene en el escenario, es que se deja llevar como si estuviera duchándose en su casa y en vez de micro estuviera cantándola al bote de champú. Igual que Erik, el batería de Los Planetas, tiene una escuela de percusión, Moreno ironiza con poner una escuela de frontman. "Yo conozco a mucha gente que no disfruta en el escenario, que sufre y pasa un mal rato, los comprendo, hay gente que se estrella contra esa cuarta pared, pero yo y me retroalimento con el público".
Por último, en la reseña de la promotora los catalogan como una banda de culto, aunque Tony Moreno vuelve a huir de las palabras grandilocuentes para acabar aceptando, modestamente, que al menos sí que han puesto "una pequeña semilla" en su parcela que el sábado volverá a crecer en la sala Revert de La Zubia.
3 información La banda actúa el sábado a las 22 horas. Entrada anticipada 12 euros, 15 en taquilla.
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