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A propósito de Cano

ALONSO Cano nació en Granada en el seno de una familia numerosa. Hijo de Miguel Cano, maestro entallador de retablos y carpintero especializado que reproduce lo que los arquitectos le diseñan, y de María de Almansa. Aunque desconocemos su fecha exacta de nacimiento, sí sabemos que fue bautizado el 19 de marzo de 1601 en la iglesia de San Ildefonso. Con tan sólo trece años, en 1614, la familia se traslada a Sevilla debido a los nuevos encargos de trabajo que le piden a Miguel Cano y será precisamente con su padre con quien se inicia en el dibujo y el diseño, llegando a ejercitar una de sus mayores proyecciones: sus diseños de arquitecturas. Con él dará sus primeros pasos en el campo de la retablística, en la que después destacará con nombre propio. Dos años después de establecerse en Sevilla, el 17 de agosto de 1616, Miguel Cano firma el contrato de aprendizaje de Alonso con Pacheco, taller en el que se hizo amigo de Velázquez, y donde permaneció al menos cinco años, hasta obtener su licencia como pintor. Con Pacheco adquirió una maestría en el dibujo, el cromatismo, el estudio de la figura humana, el clasicismo tocado de realismo, así como una fascinación por los valores y recursos del tenebrismo. El año 1624 es la fecha en la que se sitúa su primera obra documentada: la imagen de San Francisco de Borja para la Compañía de Jesús.

Contrajo matrimonio el 26 de enero de 1625 con María de Figueroa, quien murió a los dos años debido a las complicaciones del parto. En 1631 se casa de segundas nupcias con Magdalena de Uceda, que procede de una familia de pintores. Destaca de este período el contrato del retablo mayor para la iglesia de Santa María de la Oliva de Lebrija (Sevilla).

Con el apoyo de Velázquez fue requerido en la Corte en 1638 por el conde duque de Olivares, teniendo que traspasar la finalización de sus trabajos a Juan del Castillo, a quien le deja la pintura y el dorado del retablo de San Juan Evangelista del convento Sevillano de Santa Paula; al imaginero Felipe de Ribas la hechura del Cristo Crucificado como remate del retablo mayor de Santa María de Lebrija; a Martín Moreno, arquitecto y ensamblador, la sillería del coro de la parroquial de Santa Catalina de Sevilla. Y llega a Madrid como pintor y ayudante de cámara del conde-duque de Olivares.

Tras el incendio del palacio del Buen Retiro en 1640, Velázquez le pide a Cano su colaboración para restaurar los lienzos quemados. Este servicio de restaurador para el rey le permite conocer, de `primera mano, la pintura italiana y cerrar su formación. Poco después, en 1644, muere su esposa asesinada en extrañas circunstancias. Atribuyen a Cano su autoría, y él huye a Valencia hasta que finalmente es exculpado. En el 45 vuelve a la Corte con el contrato de la infancia de Cristo para el retablo de Getafe, entre una prolija producción pictórica, con la influencia ya de lo italiano y de los artistas castellanos, unas innovaciones que afianzarán su carácter pictórico.

En 1647 es nombrado mayordomo de la Hermandad de Nuestra Señora de los Siete Dolores de Madrid. En 1648 diseña las ilustraciones del Parnaso Español de Francisco de Quevedo, y entre 1648 y 1659 hace una serie de obras devocionales.

El 28 de julio de 1651, Cano solicita al monarca Felipe IV que interceda ante el Cabildo granadino para ocupar una sede vacante que se había quedado en su Catedral, y aunque inicialmente ésta era de músico, los canónigos verán en las múltiples facetas del artista alguien que les podía ser de gran ayuda. El propio Felipe IV recomendará al artista, al cabildo granatense, recordándoles la necesidad de completar la decoración de la Capilla Mayor de la Catedral, que estaba por terminar. El Cabildo le concede a Cano una prebenda de racionero en la Catedral el 20 febrero de 1652 con una condición: en el transcurso de un año debía ser ordenado sacerdote. El 24 de ese mes, el artista fue presentado en la Catedral como "insigne pintor y escultor y architecto...", instalando su taller en la torre de la misma, y siendo dispensado por el Cabildo de la asistencia a los servicios religiosos en el Coro, salvo las vísperas y las fiestas de guardar. Sólo tres meses después de su llegada a la ciudad de la Alhambra, algunos canónigos presentan su queja en el Cabildo porque Cano "ni asistía al Coro, ni se le veía ocupado en obra alguna". Fuera o no consecuencia de esta queja, la verdad es que en julio de ese mismo año Cano se encuentra inmerso en múltiples trabajos, entre ellos, el proyecto para el facistol o el diseño de las lámparas de la Capilla Mayor, así como también estuvo trabajando en las pinturas del ciclo de la vida de la Virgen que vendrían a completar la decoración del cuerpo alto de la cabecera de la Catedral. Durante ese tiempo, Cano dio las trazas para la iglesia y convento del Santo Ángel Custodio de Granada, cuyas obras serían dirigidas por el arquitecto Juan Luis de Ortega, y para el que también realiza un ciclo de catorce lienzos y cinco esculturas en colaboración con Pedro de Mena que concluye en 1657.

En cuanto al cumplimiento de su obligación, Cano no pudo recibir las órdenes por no haber superado el examen de latín, aunque él aseguraba contar con suficientes conocimientos y que todo se debió a que los examinadores eran enemigos suyos. Al margen de la anécdota, es cierto que el 3 de octubre de 1656 Cano tuvo que dejar su plaza de racionero y marchar a la Corte solicitando el apoyo del rey en la restitución de su prebenda. En 1658 Cano fue finalmente ordenado sacerdote en Salamanca, después de haber sido examinado de latín en Madrid, por el Nuncio papal. Sin embargo, no le fue restituida su prebenda hasta el 25 de junio de 1660, fecha en la que regresó a Granada para terminar los últimos cuatro lienzos del ciclo de la vida de la Virgen. Marchó en el 64 a Málaga donde realizaría la Virgen del Rosario para la Catedral de Málaga. Poco después regresa a Granada y talla los bustos colosales de Adán y Eva para la Catedral y es nombrado maestro mayor de las obras de la Catedral, para la que le realiza el proyecto con el cierre de fachada. El 3 de septiembre muere en Granada, en la casa de la calle Santa Paula, y es enterrado en la cripta de la Catedral.

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