El proyecto de cine "autogestionado" de Juan Cavestany

El autor de teatro prueba suerte en la gran pantalla con 'Dispongo de barcos'

El autor de cine y teatro Juan Cavestany posa entre los actores Antonio de la Torre y Roberto Álamo.
El autor de cine y teatro Juan Cavestany posa entre los actores Antonio de la Torre y Roberto Álamo.
Mateo Sancho Cardiel / Madrid

09 de febrero 2011 - 05:00

Consagrado a las piezas teatrales, de cuando en cuando Juan Cavestany había probado suerte en el séptimo arte, pero ahora se da todo un capricho con Dispongo de barcos, cine experimental y "autogestionado" que da como resultado "una mezcla de géneros arbitraria e imposible de vender", según él.

Cavestany, quien triunfó con su obra Urtain, para la compañía Animalario, y debutó en el cine con Gente de mala calidad, radicaliza sus posturas haciendo uso "del lujo de no tener medios" y embauca a un reparto en el que destacan Antonio de la Torre, también productor de la cinta, y dos compañeros de su trayectoria sobre las tablas: Roberto Álamo y el director teatral Andrés Lima.

Dispongo de barcos, que fue presentada ayer en Madrid y será estrenada el viernes en una sola sala de la capital y en una sola sesión al día durante siete días, es la historia de cuatro personajes "que deambulan, que viven sin rumbo sin saber qué quieren pero queriendo algo", según Cavestany.

Sus protagonistas planean algo que no saben muy bien qué es, sólo por "ese anhelar, ese intentar hacer algo juntos", y buscan encontrarse a sí mismos, o al menos llegar a ese lugar "donde se acepte a la gente por lo que aparenta ser, no por lo que realmente es", como reza uno de los diálogos de la película.

De esta manera, haciendo uso de la retórica, bordeando el absurdo y mezclando géneros con cámara digital al hombro, la película avanza a modo de "viaje extraño e insólito" que, "a partir de la nada", va buscando los caminos de ese concepto tan intangible como es el desconcierto, definió Cavestany.

"Es un planteamiento distinto, pero no es de rechazo ni de negación", explicó su autor, que ha presentado la película en los festivales de Gijón y Sitges, y reconoce "influencias, que no comparaciones", con Luis Buñuel o con Inland Empire, filme que marca "la transición de David Lynch hacia su lugar fuera de la industria".

Pero, aunque reconoce que le encantaría, Cavestany asume que no es un filme destinado a la distribución convencional. "Esta película está destinada a tener una vida peculiar como ella misma", aseveró su director.

"Normalmente puedes escribir muchas cosas que luego no se pueden rodar, pero esta vez he escrito algo que se podía rodar inmediatamente. La película, de hecho, somos nosotros mismos intentando hacer la película", añadió. Y así, Dispongo de barcos, rodada entre descanso de rodajes y preparaciones de nuevas obras de sus artífices, ha tenido "coste de producción cero, al margen de los gastos de intendencia: móvil, menú para que comiera el equipo, y el dinero para que ahora alguien pueda estar sentado viendo esta película en una sala", ha resumido.

Cavestany, después de haber transitado caminos cinematográficos más corrientes, justifica su lanzamiento al vacío de la abstracción: "Para fracasar ya fracaso yo solo. Mis experiencias anteriores han sido modestas y me han puesto en un sitio discreto del cine español".

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