67 festivaL DE MÚSICA Y DANZ | entrevista

"El público debe estar preparado para enfrentarse con cosas nuevas"

  • El director del Festival, Pablo Heras-Casado, estrenó anoche la edición que el dirige y en la que pretende dejar su huella con una programación de calidad e innovadora y un FEX más depurado

Pablo Heras-Casado abrió ayer la primera edición que afronta como director del Festival de Música y Danza.

Pablo Heras-Casado abrió ayer la primera edición que afronta como director del Festival de Música y Danza. / reportaje gráfico: Alex cámara

-Con una agenda tan apretada e internacional, ¿ha resultado más difícil de lo que pensaba compatibilizar su trabajo como director de orquesta con la de dirección del Festival de Música y Danza?

-Bueno, más o menos lo que tenía previsto. Sabía que sería difícil en muchos aspectos, sobre todo por la distancia, pero todo es cuestión de buena planificación. Yo no dejo de tener contacto con el consejo rector -pocos años habrá habido tantas reuniones- ni con el círculo de mecenazgo. Luego, evidentemente, tengo a todo un equipo my bien sincronizado que trabaja. Pero estar fuera también tiene sus ventajas, en muchos casos es práctico para entrevistas, reuniones...

-¿Cómo se concentra para tanta actividad o cómo desconecta?

-Estoy muy acostumbrado porque en un mismo día estoy ensayando en una ciudad concreta un repertorio concreto y al momento siguiente tengo que ser capaz de desconectar porque tengo una reunión de planificación para otro proyecto a tres años vista. O simplemente desconectar para estar con tu familia. Esta rutina de cambiar todo el tiempo de escenario y de situación la tengo muy ejercitada y me sale naturalmente.

-Las clases magistrales de los Cursos Manuel de Falla se han abierto al público este año por primera vez. ¿Qué otras novedades destacaría de esta edición?

-La cuestión de la divulgación es fundamental, porque el Festival tiene que abrirse todo lo posible al público y a los granadinos. Con estas clases se ve el funcionamiento de la cocina, lo que se hace antes de salir a escena. En esta línea también están los encuentros con artistas que charlan con un presentador y con el público. Además, el FEX tiene una presencia muy importante y estoy especialmente contento de la programación de este año: todo lo que se ofrece son espectáculos de primer nivel, muy novedosos y con compañías muy premiadas. La calidad es muy importante y es lo que siempre atrapa al público.

-Usted, en una anterior entrevista a Granada Hoy, había calificado el FEX como "un cajón de sastre en el que se mete todo". ¿Cuáles son las novedades de esta edición?

-Ha habido que depurar muchísimo. Efectivamente era un batiburrillo o un cajón de sastre en el que meter conciertos más asequibles pero sin ningún criterio o selección. Había un montón de servidumbres y no mucho interés. Sea un espectáculo en cualquier rincón de la provincia o un espectáculos para niños, tiene que tener calidad.

-¿Cree que existía la idea de que el FEX se acerca a espectadores más jóvenes mientras que al Festival acude un público de más edad y también de más poder adquisitivo? En Granada, al menos, siempre ha existido un poco esa visión elitista del Festival. ¿Está de acuerdo?

-Evidentemente el FEX es todo gratuito pero cada espectáculo puede ser algo complementario al Festival, no repetir su contenido en versión barata y pobre. Tienen que ser propuestas artísticas alternativas que complementan el formato del Festival con músicas del mundo, teatro de calle, espectáculos para niños...

-Este año ha abierto el Festival con la dirección de Orquesta Les Siècles y participa en uno de los cursos Manuel de Falla. ¿Su presencia en la programación será algo propio de esta edición por la expectación que había con su nombramiento o formará parte del sello Heras-Casado?

-Yo soy director de orquesta y para mí es natural formar parte en el Festival de esa manera, que ya se me había propuesto muchas veces. Mi participación en los cursos es testimonial: también me habían perdido desde hacía tiempo dar clases de dirección y en esta ocasión he querido estar presente y apoyar los cursos de esa manera. Cada año habrá que ir viéndolo sobre la marcha. Siempre antepondré que el público del Festival vea muchos artistas que pasen por aquí, pero estaré presente también como arista, aunque sea de forma testimonial.

-Esta 67 edición tiene un marcado aire francés. Desde el principio manifestó su intención de que el Festival superara localismos y patriotismos. ¿Cómo cree que está progresando ese proceso de internacionalización?

-Cualquier festival de música es evidentemente una manifestación humana universal que no tiene fronteras. Para mí, como artista, hay que saber comunicar al público de forma lo más universal posible lo que haces. Todo debe estar pensado para un llegar a los espectadores, vengan de donde vengan. Con ese propósito, el primer paso es no programar no para traer a Granada músicos que no han estado antes sino músicos que cualquier persona del mundo tendría interés por verlos para que se asomen a la programación. Internacionalizar es dar cabida a todos estos artistas y la programación está pensada para que atraiga a cualquier amante de la música y la danza del mundo. Luego hay que dotar al festival de los medios suficientes para promocionar esto, por eso se presentó en Nueva York o París. Ese trabajo minucioso pero constante de atraer a prensa extranjera, además de los nacionales para que tenga un eco global es muy importante.

-Es un poco más corto que en las últimas ediciones, se desarrolla con 17 días y 26 espectáculos, ¿cómo está respondiendo el público?

-No es del todo cierto que sea más corto. En los últimos tres o cuatro años ha sido más largo, pero todas las décadas anteriores tenía este formato. No es una novedad, es volver al formato original. Y sobre la respuesta del público, está siendo muy buena. Es cierto que para artistas de fama mundial pero que no han tenido tanta presencia en España, la venta de entradas cuesta más, es más lenta. Pero ya contábamos con ello, es un riesgo que hay que asumir cuando uno apuesta por la calidad. Eso es una responsabilidad y un deber del programador, por eso algunos nombres para los que todavía quedan algunas entradas. Por ejemplo, en el ámbito de la danza he apostado por propuestas que tengan contraste, con estéticas más novedosas.

-En cuanto a la danza, dijo que el reto era "ofrecer propuestas diferentes, contrastadas y contemporáneas que no ahuyenten al público".

-No quiero ahuyentar al público pero si la historia de la humanidad se hubiese hecho sólo con propuestas para contentar a los espectadores no estaríamos donde estamos. El público debe estar preparado para enfrentarse con cosas nuevas. Para oír una y otra vez la misma Quinta de Beethoven o la misma Sexta de Tchaikovsky no estamos los artistas, ni los festivales, ni los creadores o compositores. Hay que ofrecer nuevas perspectivas con la máxima calidad o el arte se muere.

-¿En este marco puede englobarse la propuesta Diosas y demonias de Blanca Li y la estrella del Ballet del Bolshoï María Alexandrova?

-Blanca Li es una gran personalidad en Francia, su país de adopción, y una granadina universal. Un festival como el de Granada tiene que ser un escaparate de las propuestas más interesantes e innovadoras, sea con ballet contemporáneo o con un repertorio más clásico. Lo que no se puede repetir lo que se hace en un escenario una y otra vez desde hace 30 años.

-A eso se refería cuando decía que "Granada ha sido siempre una ciudad beethoveniana y wagneriana"?

-No exactamente. La novedad que el gran público desconoce es que mucho antes de que el Festival fuera un festival, cuando se hacían conciertos en el Carlos V a finales del siglo XIX, el público y la ciudad apreciaban mucho la música de Beethoven y de Wagner. Nadie se podía imaginar que tan al sur de Europa había esa afición tan grande por esos dos compositores. Hay que contextualizar que Granada en ese momento era una ciudad muy Europea, no sólo exótica y de folklore.

-Al hilo de la insistencia con las creaciones propias del Festival, usted respondía que lo importante es que los artistas hagan programas propios para el marco específico del Festival. Esa es la línea de trabajo de esta edición.

-Exactamente. En esta edición, prácticamente todo responde a eso. Un festival, el de Granada o cualquier otro, no debe ser una acumulación de grandes éxitos de la música y programas al tuntún que se repitan y hayan estado en otros festivales otras temporadas. Un Festival tiene que ser capaz de generar un discurso y generar algo nuevo. Muchas veces se contratan programas a un manager que tienen solistas u orquestas en gira, y se compra un pack que ya viene hecho. Eso es lo menos creativo que se puede uno imaginar. Es un corta y pega. A mí como artista me interesa crear una línea, no sólo traerlos necesito saber qué van a hacer. En ese sentido, prácticamente el 90% de la programación está confeccionada para el Festival.

-Este año se presentó también una nueva imagen del Festival. ¿Cómo está funcionando?

-Pues creo que de maravilla, a todo el mundo le encanta. Al equipo, y a mí personalmente, nos gusta mucho. Tiene continuidad con el logo anterior pero con un paso o modernización que es necesaria.

-Se puede seguir su gira por su actividad en redes sociales, en las que es muy activo. ¿Cómo se está desarrollando en este apartado el Festival?

-Yo soy muy sensible a esto. Había una web demasiado antigua, muy obsoleta y limitada. En relación con la nueva imagen, hemos creado una web del siglo XXI. Ahora el trabajo en redes sociales tiene que ser muy constante. Yo creo que se puede hacer un material muy bueno con mucha calidad, y me parece que el Festival está haciendo muy buen trabajo.

-La OCG recobra protagonismo en esta edición. ¿Qué opina de lo que está ocurriendo con la orquesta?

-No tengo las últimas informaciones, pero según tengo entendido la deuda que acumulaba la OCG por la falta de pagos de las administraciones se está solventado. Es muy penoso que atraviese esa situación una orquesta como la OCG, que ha demostrado que ha estado sobradamente a la altura en un momento en el que se le han limitado muchísimo los recursos; que ha sabido mantener el nivel artístico que ha tenido siempre muy por encima del resto de orquestas de Andalucía, lo tengo que decir; que se ha mostrado fuerte y orgullosa de sí misma... Y que sea precisamente la que más problemas tiene para subsistir financieramente y a la que más se le negocia y se le ponen más problemas para la financiación es triste. Por parte de las administraciones es vergonzoso y espero que haya una solución rápida. Evidentemente, yo estoy convencido, además de por el apego y por el amor que le tengo, que la orquesta debe tener un papel preponderante.

-El nuevo ministro de Cultura, José Guirao, es un almeriense que está ligado a la ciudad a través de la Fundación Lorca, ¿cree que su nombramiento será beneficioso para Granada?

-Espero que sí y ruego encarecidamente que haya alguien que tenga la clarividencia de darle a la ciudad la importancia que ha tenido históricamente y que tiene todavía hoy en día. Y que sepa también contrapesar bien la importancia artística de la Andalucía oriental. Alguien bien conectado, a la altura del legado que tiene Granada. Siempre, cuando hay un cambio, es una ocasión para nuevas oportunidades, aunque tengo que decir que con el anterior Gobierno había un apoyo claro al festival.

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