"Si el público supiese que tú y yo..."
Un libro recopila todas las cartas de amor que la novelista gallega Emilia Pardo Bazán escribió al escritor Benito Pérez Galdós durante el romance que ambos mantuvieron
El investigador sevillano Juan Manuel Hernández, que, junto con Isabel Parreño, ha recopilado las cartas de amor de Emilia Pardo Bazán a Benito Pérez Galdós, ha destacado el valor literario y el carácter privado de estas cartas, en una de las cuales Pardo Bazán escribe: "Si el público supiese que tú y yo..."
Hernández y Parreño presentaron esta semana en Sevilla esta recopilación del casi centenar de cartas que se conservan de la correspondencia entre Pardo Bazán y Pérez Galdós, que ya era conocida pero que ahora se reúne íntegra, ordenada por fechas y divida en tres periodos, los años de amistad, los años de la relación amorosa y los años en que, tras la ruptura, conservan la amistad.
Cuando la correspondencia se inicia, "Emilia aún es joven y Pérez Galdós ya es una eminencia; ella le expresa su admiración y surge una amistad que con el tiempo se transformará en una relación amorosa", dijo a Efe Hernández, quien calificó estas cartas como "muy frescas, y sin intención literaria, aunque la gran escritora que es Pardo Bazán se hace muy presente".
También se distinguen por "un vocabulario muy rico, y por la gracia que tiene escribiendo Emilia Pardo Bazán", una mujer que cuando mantiene esta relación con Galdós está casada "aunque oficiosamente separada", según Hernández.
A diferencia de otros escritores como Clarín, Valera y Blasco Ibáñez que en algún momento u otro la menospreciaron por su condición de mujer o porque no era una mujer guapa, Galdós, según Hernández, siempre la respetó como mujer y como escritora, y de ahí el cariño, la franqueza y la sinceridad que contienen estas cartas, en muchas de las cuales Pardo Bazán le sigue hablando de usted.
Además de la principal novelista española del XIX, Pardo Bazán era una mujer independiente y valiente, una adelantada en su época, de modo que -destaca Hernández- en una de sus cartas de 1889 le pide perdón a Galdós por el daño que le haya causado una infidelidad suya con un potentado de la época durante una visita a Barcelona.
En esta ocasión le escribe: "Eras mi felicidad y tuve miedo de quedarme sin ella (...) Perdóname el agravio y el error, porque he visto que te hice mucho daño; a ti, que solo mereces rosas y bienes y que eres digno del amor de la misma Santa Teresa si resucitase".
Miquiño mío. Cartas a Galdós es el título elegido para esta edición a cargo de Turner, ya que miquiño, gatito en gallego, es uno de los muchos apelativos cariñosos con los que Pardo Bazán se dirigía a Pérez Galdós en estas cartas.
En una carta de 1887, figura la que parece la primera cita amorosa en un hotel, propuesta por la escritora al novelista, en la que le sugiere la hora diciéndole que asista "si desea usted verme tanto como yo rabio por echarle la vista encima".
Ocho años más joven que Pérez Galdós, Pardo Bazán le da ánimos para afrontar la vejez en una carta: "Aunque llegues a estar muchísimo menos fuerte que hoy, no solo yo, que a decir verdad siempre vi en ti una porción de cosas más bonitas aún que los éxtasis famosos, sino cualquier mujer mejor que yo te querrá entrañablemente".
La generosidad demostrada en esas líneas convive en otras misivas con la simpatía y la gracia que, según Hernández, caracterizan el estilo epistolar de Emilia Pardo Bazán, como cuando reconoce que no es una mujer físicamente afortunada: "Tu cartita de hoy me quitará algo de trabajar, distrayéndome el espíritu y llevándome hacia aquel solitario paseo de la Ronda, con tu cabeza en mi hombro y tus brazos alrededor de mi cuerpo ¡Este cuerpo del diablo! ¿Cómo haríamos para que yo me convirtiera en aérea sílfide que no dobla con sus pies ni el cáliz de los lirios?".
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