Pasa el tiempo, pero no por ella. Tenía tan sólo trece años cuando Pilar Cuesta estrenaba la película Zampo y yo y hoy la misma sala madrileña, convertida en el Teatro Gran Vía, volvía a recibir a Ana Belén para mostrar, como ella misma dice, "un ratito" de su Anatomía.
Esta semana ya cumple unos cuantos y lo celebra con una serie de conciertos consecutivos en este teatro madrileño, en el que pone fin a una gira que comenzó en enero en Almería y con la que presenta su último álbum, Anatomía.
A lo largo de ese "ratito" de más de dos horas, una Ana Belén espléndida tanto de voz, como de anatomía, hacía pocas concesiones al pasado y mostraba lo mejor de sus últimos trabajos, eso sí, sin que faltasen algunas imprescindibles de su repertorio como Lía, Qué será, Sólo le pido a Dios, El hombre del piano o A la sombra de un león.
Para abrir y tras ir llamando uno a uno a los siete músicos que la acompañan, incluido su hijo David San José, eligió uno de sus clásicos, Derroche, para ir desgranado tema a tema este Anatomía, que vio la luz en marzo del año pasado.
Nominado a los Grammy Latinos en la categoría de mejor álbum pop femenino y en el que se rodea de artistas como Joaquín Sabina, Víctor Manuel o Bebe, que firman los textos de las canciones de un trabajo producido por Javier Limón.
Sonaron títulos como Otro nuevo planeta, En el callejón, Sálvese quien pueda, A veces sueño con nubes, Me gustaría, Consuelo, Si te vas o Pobrecita de mi, un tema de Sabina cercano al son cubano cargado de referencias biográficas, con alusiones a la calle del Oso del madrileño barrio de Lavapiés donde nació, a sus comienzos, a su boda en Gibraltar, a su marido... Un nuevo paso para Ana Belén, que este mismo año ha logrado varios galardones por su papel de Fedra.
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