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Un recorrido desmitifica la imagen de la mujer musulmana

  • Una visita por los espacios menos habituales de la Alhambra da una nueva visión

Un itinerario por espacios de la Alhambra habitualmente cerrados al público desmitifica la imagen de la mujer musulmana de las épocas andalusí y renacentista, marcada en el imaginario colectivo por su sumisión al hombre, y muestra a féminas que, aunque relegadas a un segundo plano, mantenían su identidad.

Esta visita guiada, con la que el Patronato de la Alhambra y Generalife pretende recuperar la presencia de las mujeres en la Granada islámica y renacentista (del siglo XI a 1492) a través de las estancias que habitaron, se inicia en la Torre de las Infantas, una de las últimas construcciones palaciegas que se hicieron en el conjunto monumental.

Con apariencia externa de fortaleza, la torre, que toma su nombre de uno de los cuentos de Washington Irving, no deja adivinar desde fuera su interior de estancia palaciega con estructura propia de las casas hispanomusulmanas, caracterizadas por las escasas ventanas al exterior para preservar la intimidad y ocultar las miradas. Susana Morente, historiadora del arte y guía de esta visita que se une a otras de distinta temática por la Alhambra, explica que no es posible dar una visión general de la mujer de aquella época sin tener en cuenta los condicionantes del momento y la clase social a la que pertenecían. Las mujeres rurales, por ejemplo, solían acompañar a sus hombres al campo a trabajar y estaban menos recluidas que las del ámbito urbano, que, aunque dedicadas fundamentalmente a sus casas, también frecuentaban espacios públicos como el mercado o el cementerio. "Cuanto más alta la clase social, más espeso el velo -metafórico- que las recubre y su enclaustramiento", apunta la historiadora.

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