Robert Redford, el actor que sólo ganó un Oscar, pero como mejor director
Fue reconocido por su debut detrás de las cámaras en 'Gente Corriente' y el Honorífico a su carrera en 2002
Muere el actor Robert Redford a los 89 años
Considerado durante décadas el guapo oficial de Hollywood, Robert Redford, fallecido este martes a los 89 años, fue mucho más que una cara bonita. Comprometido políticamente, fue un gran defensor del medioambiente, fundó el Festival de Sundance y dejó muchos títulos para la historia, como actor y como director.
Protagonizó películas míticas como Dos hombres y un destino (1969), El golpe (1973), Descalzos por el parque (1967), Memorias de África (1985), Tal como éramos (1973), Todos los hombres del presidente (1976), Las aventuras deJeremiah Johnson (1972) o Los tres días del cóndor (1975). Sin embargo, no ganó ningún Oscar como intérprete y sí uno como director, por Gente corriente (1980), una película que sin embargo no ha envejecido tan bien como los títulos en los que participó como actor, y el Honorífico en 2002.
Su carrera como dirección fue corta, de apenas una decena de películas, no fue tan brillante como la de actor, aunque se podía jactar de haber lanzado a un joven Timothy Hutton en Gente corriente o a una adolescente Scarlet Johansson en El hombre que susurraba a los caballos (1998).
Deshacerse de la etiqueta de guapo
Desde su primera aparición televisiva con 24 años, Redford luchó sin descanso para quitarse la etiqueta de guapo a través de un trabajo serio y comprometido como actor y director, pero la adoración por su belleza le acompañó hasta el final. Sus ojos azules, su rebelde pelo rubio y su eterna sonrisa contribuyeron a hacer de él una leyenda que rivalizaba en belleza con Paul Newman, con el que formó una pareja mítica en el cine pese a que solo protagonizaron dos películas juntos: Dos hombres y un destino (1969) y El golpe (1973).
"Durante la mayor parte de mi vida he intentado no encasillarme. Hubo un tiempo en el que realmente tuve una época dura cuando empecé a actuar en películas y, de repente, todo giraba en torno a mi apariencia. Me convertí en actor porque me sentí atraído por el oficio en el teatro de Nueva York, así que no estaba preparado para entrar en el cine y, de repente, ser juzgado por mi físico", dijo en 2016 en un encuentro con los medios.
Cine independiente
Su presencia constante era un símbolo de la resistencia del cine clásico de Hollywood. Y la fundación del Festival de Sundance en 1978 demostró que su amor y su trabajo por el cine iban más allá de su estatus de estrella. Precisamente el festival, que se ha celebrado en Utah desde aquel año, cerrará en 2026 su etapa en las montañas de Park City, por otra ciudad también rodeada de montañas, Boulder (Colorado). Una última edición que iba a honrar a Redford para reconocer "el inmenso impacto" y "su inquebrantable compromiso con el fomento y desarrollo de narradores independientes y sus historias", según la organización. Pero Redford, poco dado a los homenajes y a los actos multitudinarios, se fue cuatro meses antes de que llegara ese momento, con la misma discreción con la que vivió su leyenda, alejado de toda extravagancia. Como señaló en una entrevista: "La palabra 'independiente' resume mi manera de ver la vida".
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