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El rock y el indie abandonan la nocturnidad

  • Una docena de grupos encabezados por Los Planetas y Lori Meyers abarrotaron el Palacio de Congresos

A las 12 de la mañana, con butacas de por medio y sin una barra llena de grifos de cerveza: así se celebró ayer la Fiesta de Radio 3, donde lo realmente importante era tan sólo una cosa: la música. Lo mejor del panorama granadino rockero, indie y alternativo se congregó ayer ante centenares de personas que rodearon el Palacio de Congresos haciendo cola para ver a todos los grandes grupos de este género a la vez. Familias con niños se mezclaban con jóvenes y mayores de todas las clases y estilos para asistir a doce breves (pero intensas) actuaciones, que hicieron de este 'mini-festival' la mejor cita posible con la música que Radio 3 apuesta por difundir: aquella que pierde el miedo a experimentar y se enorgullece de llevar colgado el cartel de 'diferente'.

La energía de Eskorzo dio el pistoletazo de salida a la Fiesta. El ritmo latino del Camino del Fuego puso a bailar de inmediato a todo el mundo mientras la gente continuaba entrando aún en la sala. Royal Mail y su música de toque británico y ritmos persistentes recogieron el testigo, y aunque la gente comenzó a escucharlos sentados no tardó en levantarse y acompañar a las palmas a este grupo. Los emergentes Trepat empezaron suave, creciendo poco a poco en intensidad hasta llegar al culmen de una gran actuación.

Antes de que sonara una sola cuerda de la guitarra de Noni, sólo con nombrarlos el público ya estaba en pie y con los móviles preparados para grabar: había llegado el momento de Lori Meyers. Con las versiones acústicasn de Impronta, Luces de Neón y Emborracharme se metieron en el bolsillo tanto a los fans como a los que pasaban por allí con sus temas, convertidos ya en himnos de pista. Al terminar, el vocalista de Loja comentó que "siempre es un placer tocar en Granada, caminar por nuestros bares y estar con nuestra gente".

Una "versión superreducida" del grupo Aurora, en palabras de Paula Quintana, una de las presentadoras, continuó con la Fiesta. Tan reducida que sólo contaba con su cantante, que guitarra en mano ofreció uno de los momentos más íntimos. Soleá Morente fue la siguiente artista. Tras saludar al público con un "buenas noches" pese a apenas haber pasado el mediodía (un simpático error de costumbres en el que también cayó más adelante Antonio García), Soleá convirtió el Hey, That's No Way to Say Goodbay de Leonard Cohen en una 'copla rockera', haciendo gala de un espectacular torrente de voz. Su actuación se situó entre dos breves charlas con Nano Barrera y José Sánchez Montes, respectivos autores del libro Un rockero llamado Enrique Morente y el documental Morente sueña la Alhambra, que junto a la hija del artista ofrecieron sus palabras de respeto y admiración al cantante que tan bien representó en su momento el espíritu de Radio 3, apostando por la experimentación y la novedad.

Antonio Arias, el histórico miembro de Lagartija Nick, pasó de acompañar a Soleá a la guitarra como parte de su banda a ser el protagonista, otorgándole al rock su momento de gloria. Cuando le preguntaron tras su actuación cómo se puede identificar a un músico granadino de culquier otro, respondió en clave de humor que "un artista de Graná es el que está en Plaza Larga tocando la guitarra con una japonesa al lado", una definición que se complementaría con la de Eric de los Planetas, que bromeando afirmó que lo que los diferencia de otros es 'la malafollá'.

Con dos panderetas marcando frenéticamente el ritmo se presentaron los miembros de Pájaro Jack, que con su rock-indie suave reanimaron un poco a un público que empezaba a estar más tiempo en la butaca que en pie... una situación que no duró mucho: los Niños Mutantes irrumpieron con fuerza entre los aplausos de un público completamente entregado que coreó las letras de Hermana mía, Todo va a cambiar y Errante, los tres temas escogidos por este grupo para la Fiesta de Radio 3, emisora que definió Alberto Martínez, su vocalista, como "la más necesaria de España". Los miembros del grupo comentaron con los presentadores la importancia que tienen las bandas emergentes en esta ciudad, que parecen contagiarse el talento entre ellas, una metáfora que recogieron en la frase "Granada es el ébola musical".

Después de Niños Mutantes llegó el turno de los veteranos. Los Planetas cantaron Los poetas, Señora de las Alturas y el Romance de Juan de Osuna, tres temas de Una ópera egipcia, su último disco, optando por no llevar ninguno de sus grandes clásicos a escena y apostando por lo más reciente de su discografía.

Jose Antonio García (091) sucedió a los padres del indie español, derrochando tanta energía que aunque su afinación se tambalease el movimiento del público no hiciera lo mismo. El mítico grupo 091 fue además el ganador del concurso de Twitter #ChampionsGranada, una competición de fútbol ficticia donde los grupos recopilaban fans para vencer a sus contrincantes.

Además de los conciertos, a lo largo del programa diferentes personas del mundo de la cultura granadina se sumaron a la Fiesta, comentando con los presentadores entre actuación y actuación sus proyectos y opiniones. De esta forma, el portavoz de la plataforma Salvemos la Vega, el propietario de Discos Bora-Bora o El Niño de las Pinturas desfilaron por el escenario. Este último, que venía de pasar una noche "de castañas y anís" destacó la importancia de la música en su arte: "La música es algo que nos acompaña a lo largo de toda la vida". El cantaor Juan Pinilla apareció también para hablar de su último disco, del que destacó su carácter reivindicativo. "El flamenco es parte de la lucha social. Se tiende a pensar en este género como algo conservador, incluso situado a la derecha, pero para nada es así, desde sus inicios hasta hoy". El cantaor habló también del potencial cultural de la ciudad, que definió como "inmenso". "El problema" - añadió - "es la gestión".

Napoleón Solo fue el grupo encargado de cerrar el concierto, convirtiendo Antes de que ocurriera, un trabajo de Chica Disco, en el último tema que sonó en la Fiesta de Radio 3, que se cerró por todo lo alto entre aplausos al equipo, a los músicos y al mismo público. Un cartel de primerísimo nivel comunicó a España entera que Granada, en esto de la música alternativa, es una ciudad experta. Generaciones consolidadas junto a bandas emergentes hicieron de esta inusual mañana de conciertos uno de los eventos más mágicos en torno al rock y al indie... tanto que no hizo falta la barra.

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