Roger Wolfe: "El sustento me lo gano con la traducción, a la escritura creativa le he sacado un rendimiento económico muy escaso"
El escritor inglés acude a La Zubia para participar en un encuentro con lectores y recitar poemas de algunos otros autores
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La Zubia/Aunque nacido en Inglaterra, Roger Wolfe (Westerham, Kent, 1962) es un español más, un alicantino concretamente después de haberse al Levante con toda su familia a los cinco años, aunque ahora reside en Madrid. Fruto de esa mezcla de culturas, considera al Siglo de Oro y Shakespeare como sus referentes, pero también a Cohen y al Renacimiento.
Cultivador de la poesía, el ensayo, el relato y la novela, Wolfe ha publicado unos veinticinco libros desde los inicios de su carrera, aunque las facturas las paga, como él mismo reconoce, la traducción y la interpretación. Pese a todo, los versos siguen siendo su predilección y este fin de semana se trasladó a La Casa Con Libros, en La Zubia, para hablar de otros autores dentro del ciclo Poesía que quise escribir, que impulsa el espacio y en el que recita líneas de otros autores.
Pregunta.¿Qué se le ha perdido a un inglés en La Zubia?
Respuesta.El espíritu de la poesía. A veces hay que salir en su busca.
P.Viene a leer poemas de otros autores ¿cuáles considera sus referentes?
R.El Renacimiento y el Siglo de Oro español, Shakespeare, Eliot, los grandes poetas anglosajones de la segunda mitad del siglo XX, Leonard Cohen y la poesía de la mejor canción de autor; el rock and roll.
P.Hablando de referentes, se le consideró durante mucho tiempo el Bukowski español.
R.Sí. Luché contra ese estereotipo durante lustros. Ahora suelo decir lo menos posible al respecto, mientras voy dejando que el tiempo ponga las cosas en su sitio. En España existe al menos un poeta que es mucho más bukowskiano, en el sentido técnico, que yo: mi amigo Karmelo C. Irribaren. Yo vengo de otras fuentes.
P.Sus primeros poemas estaban dedicados a Orson Welles y Dylan Thomas. ¿Sigue teniéndolos como referentes o es de esos que cambia con los años?
R.Sigo profesándoles lealtad. Yo cambio mucho, con el fin de continuar siendo el mismo.
P.Viene a una ciudad pequeña y una librería de barrio, ¿qué papel juegan estos lugares, fuera de las grandes urbes y las grandes cadenas?
R.Representan la esencia inmarcesible de las cosas verdaderas.
P.Aunque inglés, gran parte de su vida se desarrolló en Alicante, la tierra de Miguel Hernández, y ahora viene a la de Lorca. ¿Cuál es su relación con el poeta?
R.Lorca es gigantesco. Poeta en Nueva York y La casa de Bernarda Alba son dos cumbres de la angustia que hacen de su autor un himalaya.
P.Usted estuvo en el traslado de los restos de Miguel Hernández en los años 80, ¿confía en que los de Lorca corran el mismo camino?
R.No estoy al corriente de este asunto. Mi humilde opinión es que tanto a los vivos como a los muertos se les debe dejar vivir y descansar en paz.
P.Lleva publicando desde los años 80, ¿cómo ve a los poetas jóvenes? ¿algún consejo?
R.Los veo activos, y abiertos a todo tipo de influencias. Eso me parece bueno. En cuanto a qué les diría, el dictum es viejo: nulla dies sine linea [ningún día sin una línea], de lectura y de escritura. Y mantener siempre vivo el apetito.
P.Siguiendo con los nuevos tiempos, ¿cómo ve la irrupción de la inteligencia artificial en la poesía? Con ese componente casi místico que tiene muchas veces la poesía, ¿podrá una máquina componer poemas?
R.Las máquinas tienen cada día mayor capacidad, y es posible que llegue un momento en que puedan hacer prácticamente cualquier cosa que hagan los humanos. El quid de la cuestión está en saber si podrán hacerlo de la misma manera. Yo creo que no.
P.Para acabar, lleva publicando desde los años 80, casi medio siglo, parece que sí se puede vivir de la poesía.
R.Yo el sustento me lo gano con la traducción y la interpretación. He ido sacándole algún rendimiento económico a la escritura creativa, aquí y allá, durante muchos años; pero un rendimiento muy escaso. Esa situación podría cambiar; mientras tanto, sigo trabajando, literalmente por amor al arte.
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