"Me sabía mis vinilos al dedillo. Con el iPod no sabes nada de las canciones"

Aunque salió el año pasado y lleva ya varios meses de gira con él, Antonio Luque presenta esta noche en la sala El Tren su último disco, 'Ronroneando', acompañado de su banda al completo

Luque en una de sus imágenes preferidas, inédita hasta ahora en prensa.
Luque en una de sus imágenes preferidas, inédita hasta ahora en prensa.
José Miguel Bolívar / Granada

28 de mayo 2009 - 05:00

Puede que sea el vinagre lo que le da ese toque agrio y descarnado a las canciones de Sr. Chinarro y que, a causa de la ingesta masiva en la ensalada que habrá comido muchas de un tiempo a esta parte a tenor de todo lo mucho que ha adelgazado -"a mis padres les digo que hago mucho deporte pero ellos creen que es por la droga", bromea-. Así de particular se inspira en el desamor. Después de la entrevista, Antonio Luque se queda haciendo lo que más le gusta: una canción nueva con la profesora de su hijo Guillermo de protagonista. Esta noche, le tocará hacer algo que le gusta menos, presentar las antiguas en directo en la sala El Tren sin que se le pase la vinagreta.

-La última vez que estuvo en Granada fue en la sala Planta Baja con un violonchelista. Ahora vuelve con toda la artillería...

-Aquel concierto fue un poco extraño. Quizá no debería haberlo hecho. Ahora vamos con el grupo de siempre (Javi Vega, Jordi Gil y Pablo Cabra) en la presentación como tal de Ronroneando, aunque salió ya hace tiempo. En realidad, esos términos de presentaciones y tal son cosas de discográficas.

-En su myspace se pueden escuchar canciones de sus primeros discos de los que renegaba no hace mucho e incluso decía que no le gustaban...

-He cambiado de opinión, es mi especialidad. Les he dado una oportunidad porque costaron mucho esfuerzo y muchas horas en su momento y son canciones que los segadores del grupo quieren oír. Me he reconciliado un poco con esa época, no es que renegara de ellas. No suenan muy bien, pero era los medios que teníamos entonces. El otro día tocamos en Barcelona canciones antiguas como Desilusión o Bye Bye, que no les suenan mucho a los que conocen Sr. Chinarro por los dos últimos discos. Pero entonces, los fans de los primeros discos empezaron a pedir canciones antiguas sin parar. Cada uno tiene sus favoritas y ahora incluimos más en el repertorio.

-En alguna entrevista se ha vanagloriado de tocar canciones que la gente no conocía y a las que les aplaudían igual...

-Sí, pero eso no sé si es porque prestan poca atención al concierto o mucha, sinceramente. A veces he tocado canciones que había compuesto el día anterior y a la gente le han encantado. Cuando estuvimos en Brasilia hace poco, en el Instituto Cervantes, tocamos una canción que compuse un día antes en el hotel y que se llamaba Brasilia. A todo el mundo le encantó. El embajador de España se llevó una copia de la letra original y de eso sí me vanaglorio porque soy un vanidoso, pero de lo otro, no.

-Subió precisamente esa canción a un myspace que se hizo con su nombre verdadero: Antonio Luque. ¿Tanto le impresionó la reacción del embajador?

-La subí, pero no por eso. Me creé ese myspace para subir cosas que hiciera yo mismo en plan casero pero ya lo he cerrado porque no me convencía mucho. Como no tengo que trabajar, me meto en internet o cojo el ordenador para hacer música, pero al final te pones a navegar y pierdes el tiempo. Tuve un Facebook pero lo cerré al poco de abrírmelo. También he tenido Fotolog y todas esas tonterías...

-¿Qué opina de las ideas de la Ministra de ilegalizar las descargas por internet?

-Estoy totalmente de acuerdo. ¿Por qué se tienen que regalar los discos? ¿Sabes cuanto cuesta grabar un disco? Es muy caro. ¿Quién va a pagar eso cuando las discográficas se hundan? ¿Yo con mis conciertos? Las multinacionales se equivocaron con el formato CD, que les den por culo. Yo no tengo una discográfica pero hago discos en estudios que hay que pagar. ¿Vosotros me vais a regalar el periódico mañana?

-En internet se puede consultar la prensa gratis...

-Sí, desde luego. A vosotros os quedan también cuatro días... Son puestos de trabajos que dejan de existir, en las discográficas o en los periódicos. ¿Por qué tengo que regalar mi trabajo? Es que no me cabe en la cabeza. No es un tema de dinero porque por lo que te cuesta un ADSL, que son setenta euros, piensa en todos los discos que te puedes comprar.

-Pero, ¿nunca ha grabado una cinta casette de Varios a sus amigos?

-Claro que sí, pero era distinto. En aquella época yo tenía mis vinilos como oro en paño y me los sabía al dedillo. De hecho, me los sabía tan bien que yo mismo me puse a hacer canciones. Pero es que antes yo me gastaba mi dinero en vinilos y te fijabas en cada detalle. Ahora la gente tiene mil canciones en el iPod de las que no sabe nada absolutamente. Se descargan muchas cosas y luego a lo que se dedican es a chatear. Yo siempre he defendido el uso de internet pero al final, los que ganan dinero de verdad son las compañías de teléfono. No me parece bien que se regale la música porque nada regala nada a nadie.

-En este último disco se atreve a cantar una bossa nova. ¿Podría hacer también un bolero?

-Sí, claro que sí. De hecho, he buscado canciones de Antonio Machín por si alguna me pegaba. Me atrevería sin problema. Hay que reinventarse y arriesgar. Siempre que no hagas frikadas y no espantes a tus fans de siempre. Me gustan, en serio, aunque en el próximo disco vamos a hacer rockabilly. En el primer concierto que di en el instituto con Los Sensibles tocamos una canción mía muy primitiva y dos de The Cure y dos de The Cramps. Voy a volver a mis raíces. ¡Ahora sí estoy preparado para el rock and roll! Echo de menos esa época en las que íbamos a los conciertos en un Ford K.

-Ya no tendrá un Ford K, ¿no? ¿Qué coche conduce ahora?

-Da igual. A los conciertos vamos siempre en la furgoneta de Javi porque cargar con tantos tambores y el amplificador de bajo, que es enorme, es un coñazo. Ser tres personas lo simplifica todo.

-El año pasado creó una nueva banda, Los Boquerones en Vinagre.

-Fue un proyecto que monté en Málaga. Soy de Sevilla y con Sr. Chinarro ensayamos allí. Es una locura hacerte 400 km. cada vez que se te ocurre una idea o quieres probar algo nuevo, así que monté esa banda en Málaga para probar cosas nuevas y conocer a músicos locales. No cuajó. La violinista me dijo que si le llevaba canciones en partitura seguiría tocando. A ver si soy capaz. De esa aventura, me queda un bajista que no es poco. Se sabe cuarenta y cinco canciones de Sr. Chinarro, que es algo que no se ni si podría decir yo mismo y mira que soy yo el que las he escrito.

-Aunque tenga sus aventuras en paralelo, ¿lo de Sr. Chinarro es su pareja estable?

-Sí, pero es un matrimonio en el que cabe mucha gente. No es cómo los matrimonios normales.

-¿Es cómo tener un harén de bajistas y guitarristas?

-Prefiero verlo como un equipo de fútbol que puede tener alienaciones diferentes.

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