Actual

El skyline que soñó una ciudadCampo Baeza, el sueño cumplido en un Cubo

  • Kengo Kuma, Rafael Moneo, Norman Foster o Álvaro Siza iban a diseñar la Granada del futuro con una serie de proyectos que terminaron en el olvido

Kengo Kuma es el arquitecto que construirá el estadio olímpico de Tokio que albergará los juegos de 2020. Es el mismo que en 2008 ganó el concurso de ideas para edificar en Granada el Teatro de la Ópera, un proyecto al que se puso el nombre de Granatum y que estaba presupuestado en cerca de 60 millones de euros. Dentro de cuatro años Kengo Kuma será como el Giorgio Armani de la moda, el Messi del fútbol o el Steven Spielberg del cine, con un proyecto que será el centro del mundo por espacio de dos semanas. Su firma podría ser uno de los iconos arquitectónicos de la ciudad, pero acabó durmiendo el sueño de los justos junto a otros proyectos que hubiesen puesto a la ciudad en la pasarela mundial del diseño, caso de la estación de tren de Moneo, la torre de Norman Foster para Caja Rural, el teleférico o el Atrio de Álvaro Siza. Proyectos que hubiesen cambiado el skyline de Granada para siempre. Recientemente, El mundo Today publicó una de sus falsas noticias en la que aseguraba que EEUU suplicaba a Al Qaeda que derribase el nuevo edificio de Santiago Calatrava en Nueva York; y lo cierto es que el controvertido arquitecto español estuvo también a punto de dejar su sello en la ciudad, ya que fue el elegido en primera instancia para diseñar el Palacio de los Deportes del Zaidín, aunque el trabajo finalmente se encargó a Ignacio Paricio y Lluis Clotet.

La arquitectura de autor y los proyecto faraónicos quedaron en muchos casos enterrados al poco de nacer, todo lo contrario de lo que sucedió en Valencia, donde se concentra la mayor cantidad sueños hechos piedra de los últimos decenios. Es el caso del que iba a ser el nuevo techo de la ciudad, un edificio de 83 metros de altura y 25 plantas en la zona del Cerrillo de Maracena en el que Caja Rural de Granada iba a instalar su nueva sede que iba a llevar la firma del británico Norman Foster, galardonado con el premio Pritzker en 1999 y Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2009. Autor de obras tan emblemáticas como la renovación del edificio del Reichstag de Berlín, Foster también ideó para Granada en la década de los noventa un proyecto denominado Puerta de la Vega, una controvertida operación urbanística junto a la casa de verano de Federico García Lorca, la Huerta de San Vicente, que acabó en el cajón de los proyectos imposibles.

Kengo Kuma fue en 2008 el elegido para levantar el gran Espacio Escénico en un solar de propiedad municipal junto al Cubo de CajaGranada. El edificio proyectado se organizaba por medio de una infinidad de elementos de pequeña escala para crear una forma rotunda y de gran presencia, con una clara inspiración en formas que provienen de la biología. Era un proyecto rompedor, de esos que los ciudadanos acaban rebautizando y que evocaba la silueta orgánica de la fruta del granado "Kengo Kuma ha sido autor de obras de gran importancia, entre ellas el Teatro de la Ópera de Granada", según reza en su perfil de la Wikipedia que necesita de una rápida actualización porque la semilla del Granatum no acabó nunca de germinar.

Igual que la estación de tren de Rafael Moneo, el único arquitecto español que ha sido galardonado con el Premio Pritzker, además de ser merecedor del Príncipe de Asturias en 2012. Lo que iba a ser un espacio pionero, vanguardista moderno y cosmopolita se ha quedado reducido a una estación low cost, con el agravante de ser de momento una estación que tiene el mismo tránsito que el famoso aeropuerto de Castellón.

El esbozo que el arquitecto Rafael Moneo presentó en 2010 era una estación "moderna, accesible, soterrada, intermodal y eficiente en el uso de la energía", con una superficie de 45.000 metros cuadrados y estructurada en dos plantas que estaban llamadas a convertirse en uno de los grandes miradores de la ciudad por sus vistas privilegiadas a Sierra Nevada y la Alhambra. En la presentación, Moneo insistió en que la estación iba a ser una "gran ventana panorámica" a la ciudad y en el efecto positivo que esto tendría para los viajeros que reconocerían las señas de identidad de Granada al primer golpe de vista.

En la mayoría de los casos, el castillo de naipes y de ladrillos se derrumbó por la llegada de la crisis. No fue el caso del Atrio de la Alhambra, que tenía su financiación asegurada pero que provocó una de esas controversias que sólo son parangonables a una discusión entre aficionados del Madrid y del Barcelona antes de un clásico. Otro premio Pritzker, el portugués Álvaro Siza, firmaba junto al granadino Juan Domingo Santos un proyecto que acabó en los insondables cajones de la administración, igual que el arca de la alianza en Indiana Jones. La por entonces directora del Patronato de la Alhambra, María del Mar Villafranca, defendía el Atrio como "un gran proyecto cultural" que llevaría la ciudad al siglo XXI. El exalcalde, José Torres Hurtado, lo calificó por su parte como "un gran centro comercial". El Atrio fue definido por sus autores como la "superposición de una geometría regular sobre un territorio de pronunciada topografía", y en sus 5.700 m² contaba con un vestíbulo, zonas de atención al turista y entrega de información cultural, así como tiendas, cafeterías y restaurantes, junto al soterramiento de los estacionamientos para eliminar su impacto visual. Nada más llegar al Patronato de la Alhambra en el verano de 2015, Reynaldo Fernández frenó en seco el proyecto y la polémica.

Igual que el teleférico que se presentó en 2006 y pretendía unir Sierra Nevada con Granada en 2010. La idea era construir un funicular que en 40 minutos transportara a un máximo de 3.600 personas en un trayecto de 19 kilómetros con una inversión prevista de 150 millones de euros. Parques Nacionales se opuso al proyecto y la Junta lo paralizó por la "incidencia negativa directa" en los ecosistemas del macizo montañoso, una resolución que en 2014 anuló el TSJA.

Por suerte para ellos, los faraones vivieron otra época en la que pudieron llevar a cabo sus sueños de piedra.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios