Spencer Tunick: "Esta fotografía es un regalo para los participantes y para los ciudadanos de Granada que quieran unirse"

El fotógrafo estadounidense se estrena en Andalucía con una instalación con cuerpos pintados de verde en un olivar granadino para celebrar el centenario de Cervezas Alhambra, que abre hoy el plazo de inscripción de los voluntarios

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Spencer Tunick durante su visita a Granada para explorar los espacios de su próxima instalación. / Marcus Bonato

El fotógrafo neoyorquino Spencer Tunick (1967), conocido por sus impactantes instalaciones de multitudes desnudas en entornos urbanos y naturales, ha elegido un olivar a las afueras de Granada como escenario de su próximo proyecto. La intervención artística, titulada Retrato Alhambra 1925, tendrá lugar el próximo 20 de septiembre y forma parte de la celebración del centenario de Cervezas Alhambra. Será la primera vez que el artista trabaje en Andalucía y lo hará cubriendo los cuerpos con pintura corporal verde, en una imagen simbólica que busca fundir cuerpo y paisaje.

Tunick es autor de 75 instalaciones a gran escala en numerosos países, con la participación de cientos y miles de voluntarios desnudos, creando imágenes originales y atemporales de una gran belleza plástica. Es especialmente recordado su proyecto en el Zócalo de la Ciudad de México donde participaron 18.000 personas desnudas o la de Munich, en 2012. El desarrollo de sus obras se convierte en un acontecimiento memorable en los lugares donde las realiza y también dejará huella en Andalucía. Cualquier persona mayor de edad puede vivir la extraordinaria experiencia de participar en una obra de arte que dará la vuelta al mundo. Los voluntarios recibirán a cambio una edición limitada impresa de esta fotografía única. El registro está abierto desde hoy, 3 de julio, en la web retratoalhambra1925.com.

Pregunta.-¿Por qué eligió un olivar para esta obra?

Respuesta.-Estaba viajando desde Madrid a Granada para buscar localizaciones en la ciudad, que era la idea inicial. Mientras iba en la furgoneta, empecé a ver los olivares desde la ventana. Me parecieron figuras humanas, como soldados en formación, y sentí que debía hacer la obra allí. Empecé a hacer fotos desde el vehículo, y en mi presentación final propuse esta nueva idea. Cervezas Alhambra creyó en mi visión y me dio libertad total para hacerla realidad.

P.-¿Cuándo visitó Granada para preparar esta instalación?

R.-Volé a Madrid y desde allí íbamos a coger un tren a Granada, pero hubo un apagón general, así que alquilamos una furgoneta y condujimos hasta Granada. Fue durante ese trayecto cuando vi esos increíbles olivares. Me recordaron a personas, a soldados. Fue fascinante. Me hizo recordar cuando ves por primera vez una secuoya o una montaña: algo tan grande que casi no parece real. Como un monstruo japonés agazapado, sus músculos forman las montañas. Entonces pensé: estaría bien que los cuerpos humanos representaran los olivos. No se lo conté a nadie en la furgoneta. Solo tomé fotos. Luego, tras explorar la ciudad, incluí la idea del olivar en mi presentación final.

P.-¿Qué emoción quiere despertar en los voluntarios y en quienes vean la imagen final?

R.-Cuando visité Granada, me sorprendió ver en la Alhambra, en el palacio y en la ciudad, el uso de un tono único de verde. Pensé que quizás podríamos replicar ese color exacto. Lo ves incluso en los plásticos que cubren las obras, esas lonas que podrían ser azules o amarillas… pero no, usan ese verde. Y, de alguna manera, eso fue simbiótico con los colores de Alhambra. Y otra cosa: llevo más de 15 años queriendo hacer una obra en verde.

P.-¿Lleva más de 15 años buscando hacer una instalación en ese color?

R.-Sí, he estado haciendo pruebas con tonos de verde durante ese tiempo y nunca encontraba el momento justo. Pensaba en hacer algo verde claro frente a una central nuclear, pero eso nunca sucedió. El verde oscuro conecta más con la naturaleza. Y cuando escuché que estaban interesados en trabajar conmigo, les propuse esta idea. Me dijeron que estaban algo preocupados por la desnudez y comenté a Cervezas Alhambra que llevo queriendo hacer algo en verde desde hace años. Les gustó, y así se completó mi propuesta, que en Cervezas Alhambra apoyaron con entusiasmo. Pero esto no es solo para mí, esta fotografía es un regalo para los participantes y para los ciudadanos de Granada que quieran unirse.

P.-¿El verde que usará en los cuerpos es el mismo de la botella de Alhambra Reserva 1925?

R.-Hay muchos tonos en el diseño de esa botella. El que yo elegí es el más oscuro, el que llevo años desarrollando. Pero le añadí un poco de amarillo, y eso me permitió igualar el verde del Palacio de la Alhambra y muchos tonos que se ven por la ciudad. Ese toque amarillo lo hace más vibrante. Creo que es más bello que un verde con más azul. El amarillo hace que destaque.

P.-¿Qué requisitos tienen que tener los voluntarios que quieran participar en su obra?

R.-Lo importante es que tengan espíritu joven. Lo esencial es que la gente pueda informarse y absorber la información, para ello lo mejor es visitar retratoalhambra1925.com. Allí pueden ver ejemplos de mis obras y pensar si quieren formar parte. Lo interesante es que como estarán cubiertos de verde, en cierto modo podrán mantener el anonimato. Si alguien es tímido, simplemente formará parte de una abstracción. No tienen que preocuparse de ser reconocidos.

P.-¿Hubo alguna resistencia inicial por parte de Cervezas Alhambra a la idea de los cuerpos desnudos?

R.-No diría que fue resistencia, pero sí algo de pudor. Querían algo innovador, pero con cierto recato. Así que les ofrecí dos ideas: una con pintura corporal y otra con tela. Nunca había hecho una obra con tela verde, así que lo planteé, pero les gustó más la idea de la pintura corporal. Así que trabajé aquí en Nueva York con la mayor empresa de pintura corporal de Estados Unidos. Está a solo diez minutos de mi casa. De hecho, estos días he estado trabajando con ellos para perfeccionar el tono y la textura.

P.-¿Participarán personas solo de Granada?

R.-Esto no es solo para Granada, es para Andalucía. Pueden venir personas de cualquier ciudad de Barcelona, Madrid o cualquier lugar del mundo. Puedes planificar un viaje, vivir la experiencia y llevarte un recuerdo para siempre.

P.-¿Podrá verse alguna parte de la Alhambra o la ciudad en la imagen final?

R.-Me han dado libertad total para hacer lo que quiera, y eso es maravilloso. El arte necesita esa libertad. Esto no es un anuncio, es una obra artística. Es un regalo para la gente de Andalucía. Y va a ser hermoso.

P.-En una época de sobreexposición en redes, ¿qué lugar ocupa el cuerpo humano en su obra? ¿Ha cambiado su sentido?

R.-Llevo casi 30 años trabajando con el cuerpo y he hecho solo cuatro o cinco obras con pintura corporal, así que esto sigue siendo nuevo para mí. Estoy tan emocionado como quienes van a participar. Lo bueno de esta obra es que el verde nos acercará un poco más a la naturaleza. Es una conexión con los árboles, con el tiempo, con la lentitud de la vida. Una reflexión sobre el cuerpo, sobre el futuro, sobre cómo nos sentimos con nosotros mismos. Será una obra muy reflexiva, pero también muy emocionante para quienes participen.

P.-Sus instalaciones fotográficas reúnen cuerpos anónimos en paisajes urbanos o naturales, transformándolos en una narrativa colectiva y visual. ¿Qué papel pueden jugar hoy las tecnologías digitales en la expansión de esa experiencia artística más allá del instante fotográfico?

R.-He intentado proponer a museos y ferias usar más tecnología, pero a veces hay limitaciones. Me encantaría hacer una instalación con 50 cámaras rodeando a las personas, para crear algo en 3D. Incluso he imaginado usar imágenes de la NASA para llevar a todos los participantes a Marte (ríe). Imagina cuerpos verdes en Marte… sería increíble. Pero por ahora, sigo trabajando con la fotografía tradicional y la conexión humana directa.

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