Susana Martín Gijón convierte la Granada de 1585 en un thriller histórico con 'La Capitana'

Alfaguara publica una novela negra ambientada en el convento de San José y en los días convulsos de la Reforma carmelitana con sor Ana de Jesús y San Juan de la Cruz como tándem investigador

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Susana Martín Gijón a la entrada del Carmen de los Mártires, escenario de su nueva novela ambientada en la Granada del siglo XVI. / Francisco Neyra/ Picwild

Granada, 04 de octubre 2025 - 15:10

Granada finales del XVI en el claustro del Convento de San José aparece un cadáver atrozmente desfigurado, un hallazgo que enciende todas las alarmas en una ciudad bastión de la cristiandad tras la capitulación del último reino nazarí. Ese es el punto de partida de La Capitana, la nueva novela de Susana Martín Gijón, que traslada a Granada su proyecto de novela negra histórica iniciado en Sevilla con La Babilonia, 1580. “Quien no conozca Granada, leyendo la novela sentirá ganas de recorrerla. Al principio del libro hay un mapa de la época con las localizaciones más importantes, y quien ya conozca la ciudad la reconocerá en cada página", señala. Publicada Alfaguara (Penguin Random House), la novela ha salido a la venta esta semana.

La autora sitúa la trama cinco años después de los hechos narrados en La Babilonia, 1580 y la imbrica en un doble eje: por un lado, la tensión interna de la Reforma descalza, con el pulso entre Jerónimo Gracián y Nicolás Doria por el rumbo de la Orden; por otro, el impacto social y religioso de una Granada que conjuga esplendor monumental y heridas abiertas. En ese tablero, sor Ana de Jesús, priora del convento granadino y designada por Teresa de Jesús para extender la Reforma, y San Juan de la Cruz, forman el dúo detectivesco más singular de la novela negra española. Ambos se ven obligados a investigar sin escándalo el crimen.

Granada, personaje y escenario

La obra fija sus coordenadas en Granada: en el convento de San José con la Alhambra como horizonte, pero en otros muchos más lugares que la autora ha recorrido con los medios de comunicación de toda España. La ruta literaria inspirada en los escenarios de La capitana llevó a los asistentes desde el Carmen de los Mártires hasta algunos de los enclaves más significativos de la Granada del siglo XVI: la Cuesta de Gomérez, la Puerta de las Granadas, la Plaza Nueva y la Real Chancillería, la Casa de los Tiros con su Cuadra Dorada, el convento de San José, el Palacio de Abrantes, la Universidad y la Catedral, la Plaza Bib-Rambla y, finalmente, el monasterio de San Jerónimo. “Los hitos de la ruta son escenarios reales de la novela. Empezamos por el Carmen de los Mártires, donde estuvo San Juan de la Cruz, y seguimos hacia el convento de San José, epicentro de la trama. Ese era el camino que él hacía a diario, descalzo, cuesta abajo y cuesta arriba.”

En su novela, la escritora también hace caminar a sus personajes por un paisaje donde conviven austeridad, litigios, devoción y política; un territorio en el que nombres como Juan Latino dejan su trazo en la narración. La clausura no es decorado, sino maquinaria dramática: desde su encierro, estas mujeres inciden en la gran política de su tiempo.

"Mientras que en mi anterior novela, Sevilla era una ciudad pujante, en expansión y llena de riqueza, en Granada me encuentro justo en lo contrario: una ciudad ahogada tras la expulsión de los moriscos, en crisis y con el rey enfadado. Es una ciudad oscura, llena de conventos, monasterios e iglesias. Me fascinaba ese contraste entre las dos ciudades. Sevilla era el epicentro del mundo viejo y nuevo; Granada, en cambio, representaba la decadencia tras el esplendor, el bastión de la cristiandad que se quedó sin aire", cuenta sobre un momento de la historia en el que se acaban de fundar en la ciudad "las órdenes de los Carmelitas Descalzos de la Reforma Teresiana, dirigidas por San Juan de la Cruz y, en el convento de San José, por Sor Ana de Jesús, la capitana de las prioras".

El personaje histórico más conocido del dúo de investigadores llegó a Granada tras su etapa más oscura“Fray Juan, después San Juan de la Cruz, fue prior aquí. En este lugar escribió sus obras más famosas, tras escapar de la cárcel de Toledo. Llegó a Granada buscando paz y serenidad, y aquí encontró ese espacio de tranquilidad espiritual.”

Rigor histórico

Por ese motivo, la ruta literaria de este miércoles arrancó precisamente en el Carmen de los Mártires. “En este lugar se conserva el llamado cedro de San Juan, que en realidad es un ciprés. Lo sembró él mismo, traído de México. Es un árbol muy venerado y tiene un papel importante en la novela.”

Porque el volumen es fruto de un intenso trabajo de documentación. “Mi intención era hacer un libro de intriga criminal con mucho ritmo y giros de guion, pero también con rigor histórico. Quería dar a conocer una etapa menos visibilizada de Granada y rescatar personajes que me resultan fascinantes y que han pasado de puntillas por la historia.”

Perspectiva de género

La obra también aporta la perspectiva de género a esta revisión. “La gran protagonista es Sor Ana de Jesús, la Capitana de las Prioras. Fue una mujer que lideró su orden, fundó conventos por toda Europa y luchó por erradicar privilegios dentro de la Iglesia. Es un intento de reparación hacia todas esas mujeres que la historia canceló”, cuenta la autora, que aporta una mirada femenina al género. “Creo que devolverles su lugar a estas mujeres es un ejercicio de justicia y de reparación. Tuvieron vidas fascinantes y una enorme influencia, pero quedaron invisibilizadas.”

"Mi referente, sin duda, es Umberto Eco, por todo ese mundo de clausura y monasterio. Pero aquí hay una diferencia importante: queda mucho por rescatar de los conventos femeninos, que fueron espacios de independencia e intelecto para las mujeres del siglo XVI", puntualiza.

Intriga en clausura y política de altos vuelos

El hallazgo del cadáver no es un accidente aislado. La descalcez está en el punto de mira de parte de la jerarquía; el propio Fray Juan fue encarcelado por sus hermanos y tuvo que fugarse años atrás. En paralelo, la Orden se encamina al capítulo de Lisboa, donde habrá relevo de provincial. El padre Gracián, afín a la difunta Teresa, teme ser desbancado por Doria, cuya línea conservadora amenaza con limitar la autonomía de las religiosas. ¿A quién favorecen los desórdenes en un convento de monjas? La política de la Orden y la intriga en clausura se contaminan mutuamente.

Mientras crecen las sospechas, sor Ana y fray Juan descubren que conocen menos de lo que creen a las almas que pastorean. La priora, a la que muchos llaman ya "la Capitana” por sus dotes de gobierno, equilibra la defensa de su comunidad con la necesidad de contener la marea. Las pistas bifurcan en dos direcciones: conspiración interna y móviles íntimos que emergen a medida que salen a la luz los secretos de las religiosas.

Un reparto coral de mujeres con nombre y conflicto

Pero el elenco femenino rehúye del tópico. Sor Ana de Jesús aparece “eminentemente práctica”, honesta y nada ingenua. La capitana, a sus casi cuarenta años, dirige el convento entre apuros y acreedores. Sor María, con enanismo, ha convertido su particularidad en autoridad serena. Sor Brianda, maestra de novicias, pelirroja y despierta, leal pero celosa de su autonomía. La novicia Lucía, hija de una de las casas nobles más ricas —su padre, don Cristóbal de Gálvez, es alcalde del crimen bajo la presidencia de la Chancillería de Fernando Niño de Guevara—, encuentra el primer cadáver. Agustina, única plebeya entre las descalzas, mantiene en secreto una relación muy íntima con Lucía. Y al fondo, un coro de hermanas —Patrocinio Evangelista, Cándida Bautista, Antonia del Espíritu Santo, María de Cristo, Emérita del Rosario— que reaccionan a la tragedia con rezos, miedo, ironía o curiosidad, componiendo un mosaico vivo de la clausura.

Susana Martín en la Cuadra Dorada, en la Casa de los Tiros. / Alfaguara

Lo morisco

La novela no elude el contexto morisco: aparece Samira, cristiana nueva, que pone en evidencia la quimera de la pureza de sangre en un tiempo donde la sospecha y la exclusión marcan biografías. La mirada de sor Ana, acostumbrada a convivir con moriscos, introduce matices frente al dogma: “La mayoría no han abrazado de forma sincera el catolicismo, sino que se resignan a seguir los ritos para no ser expulsados de su casa y su tierra”.

La autora

Susana Martín Gijón (Sevilla, 1981) es autora de la saga negra protagonizada por la inspectora Camino VargasProgenie (2020), cuyos derechos audiovisuales han sido adquiridos, Especie (2021) y Planeta (2022)—, y ha sido reconocida con el Premio Avuelapluma de las Letras, el Premio Cordoblack por su contribución a la renovación del género negro, el Premio Cubelles Noir a mejor novela en castellano y el Premio Granada Noir. Con La Babilonia, 1580 (Alfaguara, 2023) dio el salto a la negra histórica; La capitana consolida esa senda. El resultado es un thriller histórico que combina intriga, aventura y emoción, con prosa ágil y un cruce eficaz entre lo negro, lo histórico y lo aventurero.

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