Julia Navarro | Escritora
"Un hurra por quienes dicen no"
Granada/La periodista y escritora bielorrusa Svetlana Aleksiévich, premio Nobel de Literatura en 2015, ha sido nombrada este lunes doctora 'honoris causa' de la Universidad de Granada en un acto celebrado en la Facultad de Derecho. "Para mí es un gran honor encontrarme en una Facultad como esta en la que hay retratos de tantísima importancia", manifestó ante los medios minutos antes de la ceremonioa, en la que ha alertado de que las democracias están "a prueba de fuego" por los conflictos bélicos. Hija de maestros, Svetlana Alexsiévich (1948) ha dedicado parte de su trayectoria profesional a dar voz a las víctimas de enfrentamientos bélicos y a contar la II Guerra Mundial, la de Afganistán o el desastre de Chernóbil desde un punto de vista que aún no aparecía en los libros de historia.
La investidura reconoce además el compromiso con los derechos humanos y con la paz de esta escritora que tuvo que exiliarse en otoño de 2020 desde Bielorrusia a Berlín, donde reside actualmente. Aleksiévich ha recalcado que es un "gran honor" recibir este reconocimiento, una investidura que coincide con un momento convulso en las relaciones internacionales, con varios conflictos armados abiertos. "Están a prueba de fuego nuestras democracias y tenemos que ver si aguantan el desafío, y no solo en el espacio postsoviético, en todo el mundo, porque Ucrania está luchando por todo el mundo", ha añadido la periodista.
La premio Nobel de Literatura ha hecho hincapié en la importancia de construir y mantener estos gobiernos democráticos como "elementos sólidos a los que aferrarse" para evitar que se pierdan sus valores en época de conflictos. "Ahora estamos viviendo un periodo en el que la democracia se está perdiendo, de ahí la importancia del conocimiento y la ley". "Por eso estoy encantada de encontrarme aquí con mucha gente que piensa igual que yo. Eso ahora es un lujo", agregó la narradora.
El vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado de la Universidad de Granada, Juan Manuel Martín García, ha recalcado la importancia de incorporar al claustro a una premio Nobel que es "voz del compromiso y el respeto a los derechos humanos". Por su parte, el decano de la Facultad de Traducción e Interpretación y padrino de la doctoranda, Enrique Quero, ha añadido que si hay una obra que merece especial atención y que está de gran actualidad es la suya. "Nadie como ella describió la transición del estado soviético al postsoviético que ha traído las consecuencias actuales. Supo sacar a relucir la realidad de todo aquello", ha añadido Quero, quien ha subrayado su gran capacidad de análisis y su gran visión sustentada en una literatura de testimonios "de una calidad artística nunca antes vista".
Svetlana Aleksiévich ha contado en más de una ocasión que dejó en su piso de Minsk un libro a medias dedicado al amor para partir al exilio alemán y dedicarse a seguir escribiendo de guerras, una tarea que afronta "con la sensación de que el siglo XXI aún no ha empezado". La escritora ha reconocido la dureza de mirar desde el exilio la actual invasión rusa a Ucrania. "Es muy difícil imaginar que todos nosotros, que nos considerábamos prácticamente el mismo país, ahora estemos en esta situación", ha apuntado la escritora, de padre bielorruso y madre ucraniana y con familiares en ambos lados del actual conflicto.
Aleksiévich, que ya escribió un libro sobre la guerra en Afganistán (Los muchachos de zinc, 1989), ha explicado que nunca imaginó que la guerra fuera en su "casa". En una visita a Granada en 1922 afirmó: "Tengo la sensación de que el siglo XXI aún no ha empezado", resume le escritora, para la que los pronósticos de futuro que hizo hace un par de años han dado un vuelvo para presentar una realidad que "en nada se parece a lo que esperábamos".
Cree que aunque en El fin del Homo sovieticus (2015) defendió el final del hombre rojo soviético y ese final no ha llegado. "Resulta que el hombre rojo soviético sigue vivo y sigue matando, y sigue muriendo. Al final la historia se repite y el comunismo todavía no se ha acabado. Resulta que la libertad no llega tan rápido, y que el camino de la libertad es largo", ha añadido. Aleksiévich ha recordado en varias ocasiones aquellos años noventa durante la perestroika en el que vislumbró un futuro de libertad: "Y nos parecía que esa libertad y la nueva vida estaban a la vuelta de la esquina". "Pero resulta que no es tan fácil, que no es suficiente salir por la puerta de la cárcel, por la puerta de un campo de concentración, para ser libre".
Aleksiévich intenta mantener la libertad artística para reflejar su visión del mundo pero sabe que un Nobel supone obligaciones. "La cultura sufre pérdidas durante las guerras porque tienes que estar en la barricada, y desde allí ves el mundo menos colorido", ha añadido en otras ocasiones la literata en referencia a aquel libro pendiente sobre el amor, aunque también reconoce que el sufrimiento no contiene toda la verdad sobre la vida.
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