El tebeo de la 'Gente menuda' del siglo pasado
El Centro Cultural CajaGranada de Puerta Real acoge una doble exposición que gira en torno a la figura del dibujante motrileño Francisco López Rubio
El Centro Cultural CajaGranada de Puerta Real presentó ayer una doble muestra muy especial que, por una parte, homenajea la figura del dibujante motrileño López Rubio y, por otra, reivindica el legado del suplemento cultural Gente Menuda.
En 1920, por primera vez en la historia, un caricaturista conseguía una medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes. Francisco López Rubio (Motril 1895 - Madrid 1965) empezaba a marcar la historia del dibujo español del siglo XX. Casi nueve décadas después, el museo de Puerta Real le rinde un homenaje a este granadino ilustre y a los personajes que alegraron la infancia de varias generaciones.
López Rubio ha desaparecido de la memoria pese a ser, durante los años veinte y treinta del siglo pasado, uno de los dibujantes más populares. Fue popular él, como lo fueron sus creaciones -el conejo Roenueces, don Oppas, el mago Pirulo, el profesor Bismuto y los pequeños Lita y Lito-. Inspirado en la fórmula del menos es más, este granadino creó una serie de personajes entrañables que jugaban y se divertían en Gente Menuda. Su tendencia a eliminar lo superfluo de los dibujos le llevaba a conseguir la mayor de las transparencias, un criterio conocido como línea clara, del que llegó a ser uno de sus principales exponentes.
Buena parte de la exposición que acoge CajaGranada está dedicada a recordar sus trabajos infantiles, así como un sinfín de ilustraciones, recortables, mapas, dibujos para colorear o juegos.
Por otro lado, Gente menuda fue una publicación que marcó a generaciones de españoles que crecieron con Celia y con el conejo Roenueces. En sus páginas confluían las vanguardias, las firmas más importantes de la literatura y los trazos de los mejores ilustradores del momento.
Un simple dato sirve para mostrar que Gente Menuda era algo excepcional: el nivel de los escritores y artistas que consiguió reunir en sus páginas. Ahí está su magia. Escriben Carlos Luis de Cuenca, María Atocha Ossorio y Gallardo, María de Echarri, María de Perales y José A. Luengo, entre otros. Asimismo dibujan creadores sobresalientes como Sancha, Xaudaró, Francisco López Rubio o Regidor, Atiza, Gascón, Cilla, Méndez Bringa, Espí, Medina Vera y Huertas. Aunque hay un nombre que se impone a todos ellos. Y no necesita apellidos.
Es Celia, ese personaje entrañable que, en 1928, Elena Fortún dio a luz para sus páginas. Sin duda, el personaje más importante de la literatura infantil española. Pero esa niña repipi, del recién estrenado barrio de Salamanca no estuvo sola. La acompañaban los personajes creados por Francisco López Rubio como el conejo Roenueces, el conde don Oppas, el profesor Bismuto o el mago Pirulo... Todos hicieron de Gente menuda su casa. Un suplemento que, aunque resurgió como cabecera a finales del siglo XX, tuvo su reinado en las primeras décadas de ese siglo. Ahora regresa a la sala de exposiciones de Puerta Real.
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