Santos Zunzunegui. Catedrático en Comunicación Audiovisual

"Es terrorífico que los medios de comunicación se conviertan en jueces"

  • El crítico de cine, que inauguró ayer un curso de la Facultad de Comunicación y Documentación, asegura que los jóvenes están dominados por la actualidad y que incluso Tarantino ya es viejo para ellos

Probablemente, el nuevo artefacto digital del que presume con los amigos se convierta en una reliquia en unos meses. Es el mensaje que defiende Santos Zunzunegui, catedrático en Comunicación Audiovisual de la Universidad País Vasco y crítico de cine, que abrió ayer el II Curso en medios audiovisuales y periodismo en la era digital que organiza la Facultad de Comunicación y Documentación de Granada.

-Titula su conferencia 'Las ruinas del futuro. Dogmas e interrogaciones de la imagen digital'. ¿A qué se refiere?

-Hay una idea de Peter Greenaway que dice que el cine ha durado 100 años pero que no sabemos cuánto va a durar el pixel. Son tan rápidas las mutaciones tecnológicas en la actualidad que a lo mejor mañana despertamos con una nueva tecnología que deja obsoleto lo que creemos ahora que es lo último. Piense que ahora mismo está el Blu-ray y no tenemos claro que sea una tecnología que se vaya a quedar. Hay muchos interrogantes en este terreno, la capacidad de invención tecnológica es tan rápida que todos los sistemas se quedan obsoletos prácticamente en el momento que aparecen.

-¿Será el 3D la salvación de las salas de cine o será una de esas ruinas del futuro?

-Pues no estoy muy seguro de que sea la salvación porque el 3D ya está llegando a la televisión y no es improbable que llegue a los ordenadores. Y si lo puedo ver en 3D en el ordenador para qué voy a ir a una sala de cine. Es verdad que a corto plazo es una alternativa, pero es probable que no perdure en el tiempo.

-En ese sentido, los jóvenes tienen dos cosas claras: prefieren ver cine en sus ordenadores y no pagar por ver las películas.

-Hoy en día el público menor de 20 años consume cine en medios digitales como el ordenador o el iPod y la sala oscura tiene poco que ver con ellos.

-Nuestra generación se reía de sus padres porque no sabían utilizar el móvil. ¿Qué pensarán nuestros hijos de nosotros?

-El mío se ríe de mí, estoy todo el día preguntándole cosas del ordenador. Pero sus hijos se reirán de él, no hay que preocuparse por eso.

-En cuando a los medios de comunicación, en la película 'La sombra del poder' asoma la moraleja de que las noticias importantes deben publicarse en papel. ¿Todavía tiene ese prurito la prensa sobre el medio digital?

-Bueno, es mucho decir , y eso lo saben sobre todo lo que trabajan en papel. Lo serio es serio sea publicado en digital o en papel. El periodismo serio tendrá también que emigrar al digital si como parece acaba desapareciendo el periódico de papel.

-¿Todo se reduce a una cuestión ética por encima del soporte?

-En el fondo, los problemas éticos están siempre detrás de todo y son problemas que no tienen nada que ver con el papel ni el digital, sino con cuestiones morales que se pueden inflingir. Lo vemos todos los días.

-¿Por ejemplo?

-Las televisiones privadas, en general, están convertidas en un estercolero moral. Ahí tenemos lo que ha pasado hace unos días en un famoso programa de televisión [en referencia a Ana Rosa Quintana y su entrevista a la mujer de Santiago del Valle] que es algo terrorífico, los medios de comunicación se convierten en jueces y policías por mero afán de espectáculo, no tiene nada que ver con la justicia sino con tener más audiencia.

-¿Más que la objetividad en la información hay que buscar la honestidad?

-Lo firmo ahora mismo.

-¿Las nuevas generaciones creen que el cine lo descubrió Tarantino o por lo que puede observar en sus alumnos tienen un bagaje más amplio?

-Hoy en día pasa una cosa curiosa. Los alumnos tienen a su disposición toda la historia del cine a través de internet, cosa que mi generación no pudo, pero viven muy dominados por la actualidad. Tarantino, probablemente, ya es viejo para ellos, se ha quedado antiguo. Es una paradoja porque no tenemos tiempo para mirar atrás.

-¿Quizás porque se ha perdido esa aspiración de mucha gente de los sesenta y setenta de ser simplemente cinéfilo, sin más pretensiones?

-No lo sé, pero hoy en día el cine compite con los videojuegos, las redes sociales... Quién nos iba a decir hace un par de años que estar twitteando iba a convertirse en una forma de ocio. Pero bueno, los jóvenes tienen que bregar con un mundo totalmente distinto, un mundo de mutaciones tecnológicas aceleradas donde no sabes si se está moviendo el terreno que acabas de pisar.

-Incluso telediarios de prestigio como los de TVE recurren cada vez más a twitter en sus informaciones.

-Es algo que estamos viendo y que nace ahora, es algo casi de meses atrás.

-Ganó el Premio Francisco Ayala por 'La mirada plural', un ensayo sobre el cine y los cineastas en el siglo XX. ¿Qué director recomienda a sus alumnos?

-Bueno, yo tengo una especial debilidad por cineastas como John Ford.

-Hablando de John Ford, ¿qué le ha parecido que 'Valor de ley', de los Coen, se haya quedado sin un Oscar?

-Debo reconocer que no me ha gustado demasiado Valor de ley. Fui a verla con muchas expectativas que no se cumplieron.

-La crítica se deshizo en elogios...

-Sí, soy consciente de que la crítica la puso por las nubes.

-¿Y 'El discurso del rey'?

-Pues no la he visto, me gusta mucho La red social, que creo que es muy superior a la de los Coen desde mi punto de vista.

-¿Qué opinión tiene de la controvertida Ley Sinde?

-Pues creo que antes de hacer una ley hay que discutir a fondo el problema para estar seguros de no hacer una cosa que no sirva para nada. Lo que no quiere cierto sector es que se abra un debate importante sobre lo que significa la red y cómo gestionarla defendiendo los derechos de los creadores y al mismo tiempo sin ponerle puertas. Una ley que no entra en profundidad en los cambios tecnológicos y sociales está condenada al fracaso.

-Álex de la Iglesia sí planteaba este gran debate.

-Una ley no es una cosa que se hace para los próximos 15 días. Las transformaciones tecnológicas son tan importantes que no podemos abordarlas con la mentalidad del siglo XIX o el siglo XX. Hay un debate social por hacer porque al creador hay que remunerarle, claro, pero no sé si los herederos tienen que estar 80 años después cobrando derechos.

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