Una tierra de elfos, orcos y hobbits

El Teatro Municipal José Tamayo de la Chana acoge hoy el estreno de Bilbo, el hobbit, una obra de la compañía García Lorca Teatro para un Instante, dirigido por Miguel Serrano y el director francés Richard Navarro.

Con la música de Pablo Sánchez de Medina y la interpretación de Ildefonso Gutiérrez y Pedro Jiménez, la obra ahonda en la literatura de Tolkien, conocido sobre todo por su fabulosa trilogía El Señor de los Anillos. Sin embargo, es en su obra precedente El Hobbit, menos conocida, "en la que encontramos la base de sus libros posteriores, y cuya lectura debiera de ser obligatoria antes de abordar la trilogía, pues es en ella donde Tolkien construye una realidad paralela, que será el origen y la estructura del mundo inventado por este autor". Es cierto que Tolkien recoge y se inspira, en los cuentos antiguos de celtas y anglo-sajones, pero desde esas y otras fuentes, consigue construir una realidad fantástica tan coherente, que al conocerla se tiene la impresión de que es historia antigua y no ficción lo que se narra en él.

En la época en la que transcurre esta historia, la tierra era plana, y estaba habitada por seres fantásticos, Elfos, Enanos, Magos, Hombres y Orcos ocupaban la Tierra Media. Además de ellos, estaban los Hobbits, los más humildes de todos sus pobladores, amantes de la naturaleza y de los placeres sencillos. Eran pequeños de tamaño, y muy escurridizos, y hasta el comienzo de esta historia, casi nunca se les nombraba en las canciones heroicas.

Bilbo era, como todos los Hobbits, de carácter tranquilo, y enemigo de aventuras y sobresaltos. Pero, hete aquí que , enrolado en contra de su voluntad por Gandalf el Mago, nuestro hobbit deberá dejar el agujero donde habita, y que tanto ama, para adentrarse en lo desconocido del mundo, que para él , por cierto, era casi todo, y en compañía de 13 Enanos, ir detrás de un tesoro perdido, que se encuentra en La Montaña Solitaria, bajo la custodia de Smaug el Dragón.

Cuando Richard Navarro adaptó Bilbo para teatro, allá por 1991, no se imaginaba el enorme éxito que la pieza iba a tener. La combinación de una novela fabulosa, una puesta en escena muy original, y el virtuosismo en los intérpretes hizo que el público y la crítica coincidieran, por una vez, dando a Bilbo una acogida maravillosa. Más de 400 representaciones, y 65.000 espectadores, hasta el momento, certifican el éxito de la versión francesa de la pieza.

Tras su estreno en 1991, y después de que el espectáculo interrumpiera su explotación en Francia, y viendo que el interés de los programadores y del público no disminuía, sino más bien lo contrario, Richard decide reponer Bilbo, para lo cual contacta con Miguel Serrano, y Teatro para un Instante, y juntos realizan una nueva versión de la pieza, en francés, actualizando los lenguajes y reforzando el juego teatral. Esta nueva versión tiene la misma acogida que la anterior, y permanece de gira hasta 2008, año en el que cesa su explotación.

Desde que Richard y Serrano hicieron esa segunda versión, en el año 2004, las dos compañías mantienen contactos para poner en escena una versión española del espectáculo. Y es ahora, en 2010, cuando se dan las circunstancias propicias para acometer esta nueva creación, a la que podremos definir sin equivocarnos como una tercera versión de la pieza, en la que se pretende actualizar de nuevo el lenguaje, y reforzar el espectáculo en su aspecto visual y mágico.

Para ello, cuentan con la ayuda de Pablo Sánchez de Medina, que se encarga de la música y los ámbitos sonoros, y del iraní Hossein Zeinali, licenciado en Teatro por la Universidad de Teherán, y gran escenógrafo. Y además, con el equipo de Teatro para un Instante: Marta Yáñez en la regiduría, Pepe Cantero en la producción, Fanny Jiménez en el atrezzo, y Laura Pardo, en la oficina.