Melange, el narcótico con regusto a canela que protagoniza la mítica novela Dune. Una explosión de sabor, una droga. Ese es el nombre de la banda que hoy tocará en una de las noches de inauguración de la sala Planta Baja. La banda sería un caramelo de colores -por su gusto por la psicodelia y el folk- al que al darle vueltas en la lengua descubres nuevos sabores. Matices vacilantes que provocan que quien los escucha se relama los labios sin darse cuenta.

-Llegan a Planta Baja en su fin de semana grande, la inauguración de temporada. ¿Conocían la sala?

-Sí la conocemos. Es una sala mítica. Cada miembro del grupo ha tocado en Planta Baja con sus anteriores formaciones, como Rip KC, Lüger. También tocamos como Melange a principios de 2017, presentando el primer disco.

-Son músicos multibanda, ¿ha propiciado eso que su sonido sea tan rico en matices?

-Puede que sí, porque todos hemos tocado muchos estilos, aunque cuando nos juntamos no estábamos buscando un sonido definido. Otro grupos dicen: vamos a tocar ye-yé, rockabilly o hip hop…nosotros no, dentro del formato de rock no queríamos un sonido definido.

-Les etiquetan como una banda "folk rock nómada para el siglo XXI". ¿No es eso demasiado complicado?

-(risas) Bueno es una etiquta más. El rock es siempre rock, pero el folk para la mayoría del grupo es una música de cabecera.

-Al hilo de esto, Melange suena mucho a tradición española, y a veces incluso a la andaluza, ¿qué les atrae de las raíces?

-Básicamente, aunque es difícil de definir, es la pureza y el arraigo. Aunque también la mezcla porque el folk es muchas veces mezcla de culturas. Personalmente lo que más me atrae es que a diferencia del rock o el pop, que son estilos muy globales, (un grupo francés puede hacer un rock muy anglosajón), el folk habla mucho del pueblo del que nazca. El folk es algo más, te lleva a las raíces del ser humano.

-¿Cuáles son sus influencias?

-Personalmente me encanta la música armenia, la norafricana y toda la música del este de europa como Hungría, Bulgaria o la antigua Yugoslavia…Y dentro del rock and roll, el folk británico. El folk francés (risas).

-Qué completo.

-Esto no significa que en Melange vayas a escuchar todo esto, aunque sí hay mucha música que se pega… Algún soniquete.

-¿Por qué el nombre Melange?

-Está cogido de la novela Dune, es la especia. Todo el culebrón del libro discurre a través de Melange. Unos más y otros menos, todos somos admiradores de la novela.

-El disco lo grabaron en Granada, en Producciones Peligrosas. Siendo madrileños, ¿por qué ese viaje al sur?

-Carlos Díaz es muy buen amigo nuestro y desde que escuchó los primeros ensayos de Melange allá por 2014 nos dijo que eso lo tenía que grabar él. Que tenía la receta perfecta.

-¿Por qué necesidad surge Melange si todos pertenecían ya a otras bandas?

-Tras la desaparición de Lüger, y gracias a Miguel Rosón surgió todo. Él tenía unas canciones en casa las cuales oyeron Dani y Mario. Ellos le dijeron cómo podía tener esas canciones guardadas y que a eso había que darle salida y había que hacer un grupo con ellas. Una vez grabado el disco llegué yo y me tiraron el anzuelo.

-En menos de un año consiguieron más de 15 canciones ¿qué lleva a estado de excitación creativa?

-Somos muy creativos y cada miembro del grupo podría hacer un disco por sí solo. Ese es el nivel de creatividad. Había más de 15 canciones, y para grabar este disco Viento bravo que tiene 9 canciones tuvimos que dejar muchas fuera. De hecho si nos dedicáramos en exclusiva a la música -somos trabajadores y hay que ganarse la vida- podríamos grabar incluso tres discos al año.

-Tienen también muchos toques de psicodelia en su sonido.

-La psicodelia nunca se fue, aunque ahora ha vuelto, entre comillas, porque en el mundo indie se han recuperado esos sonidos. Hay muchos grupos que si no fuera por otros como Tame Impala seguirían siendop grupos indie como en los 90. Ahora hay muchos que se han apuntado a ese sonido, el cual me parece que está un poco saturado. Se abusa mucho de la típica baladita psicodélica cuando este estilo es mucho más grande. Dentro de ella también está el miedo, lo feo, lo políticamente incorrecto...