Artes escénicas

El títere recupera su público y su lugar

  • Valderrubio acoge el primer fin de semana del Rinconcillo de Cristobica

El títere recupera su público y su lugar

El títere recupera su público y su lugar / María Álvarez (Granada)

Los niños son los que más se recuperan y los que mejor se adaptan. Al menos tienen fama de eso. Pero también es cierto que el tiempo es relativo y durante la infancia transcurre más despacio. La capacidad de concentración es más efímera pero increíblemente intensa, y un episodio grabado en la memoria a edades tempranas puede marcar de por vida. Es cierto que ellos pueden a amoldarse mejor a las circunstancias que ha impuesto la pandemia pero un año en la vida de un pequeño tiene más valor que en la de un adulto. Por eso es tan importante que recuperen lo antes posible todo lo que el virus les robó de sus rutinas y sus aprendizajes, desde los juegos hasta esos espectáculos culturales en directo que hacían que sus imaginaciones volaran durante una o dos horas.

Eso es lo que han podido hacer los niños que este fin de semana disfrutaron en Valderrubio de los diversos espectáculos que ofrece el festival de títeres de la Diputación de Granada, el Rinconcillo de Cristobica, que cumple su décimo séptima edición.

La obra teatral de ‘Eco’ tiene el lirismo del clown y el encanto de las piezas de títeres

Durante la tarde del sábado y la mañana del domingo, varios centenares de pequeños que acudieron a la Casa Federico García Lorca de Valderrubio crecieron un poco viendo teatro de objetos. Así fue en el caso de Eco, el montaje de Ymedio Teatro. La compañía andaluza dirigida por Álex Ramos y Santos Sánchez llevó al escenario de la Casa de Bernarda Alba una obro con la que los pequeños pudieron reflexionar sobre ese momento disruptivo que tocó vivir cuando, de la noche a la mañana. Y lo hicieron viendo como los protagonistas se habían quedado solos, encerrados en un pequeño espacio. Eso les hace iniciar un viaje interior, mirarse a los ojos...El resultado es una pieza teatral llena de lirismo que tiene mucho de clown, de mímica pero también de títeres. Ante los ojos del espectador una cinta de adhesiva toma forma de marioneta, las camisas cobran vida y los gorros de dormir pelean tras una caja convertida en biombo.

Pero en el Patio de la Casa de Bernarda Alba también pudo verse Torta y Leche, de Juan Catalina; el espectáculo de Cristobal Purchinela, de la Compañía Alauda Teatro; o la instalación Ingenii Machina, una curiosa atracción interactiva que permitía al propio público manipular las máquinas y marionetas. Y la magia de los objetos regresará otra vez a los espacios lorquianos en el segundo y último fin de semana del Rinconcillo de Cristobica, que terminará el 18 de mayo.

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