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El toque flamenco de Miles Davis

Lugar: sábado 6 de julio. Lugar: Paraje de la Ermita de los Tres Juanes. Aforo: 1200 personas.

Sin el retraso de la jornada previa el singular paraje de la Ermita de los Tres Juanes se llenó de música de altura en lo que podría haber sido un mini festival dentro del Festival de Jazz en el Lago. En concreto, como alguien propuso, uno dedicado a ese particular territorio donde se encuentra la cadencia del jazz con el compás flamenco. Y para llevarlo a cabo, un cartel inmejorable era el formado por los dos pianistas que lo integraban. Por un lado, Chano Domínguez, maestro de maestros en esta fusión, y Jesús Fernández, uno de los músicos locales que con mayor dedicación se ha entregado a esta causa.

El idilio entre ambas músicas viene de antiguo, y seguramente uno de los primeros en olfatear esa intersección fue, precisamente, Miles Davis, que iba a ser el invitado de honor de la noche. En 1960 el trompetista de Illinois publicó Sketches of Spain, un disco en el que buceaba en clave de jazz por las músicas de tradición española y que mostró, como tantas veces haría a lo largo de su carrera, nuevos senderos de exploración jazzística. El protagonismo, sin embargo, iba a recaer en otra de sus obras maestras, el álbum Kind of Blue, que publicado el año anterior, supondría en su época y posteriormente todo un hito, hasta ser considerado en cualquier lista el más importante disco de jazz de todos los tiempos. Basándose en este trabajo, Chano Domínguez editó el año pasado, bajo el prestigioso sello Blue Note, Flamenco Sketches, un álbum con el que se postula para los premios Grammy, y que sería la base de su actuación del sábado. Abrió fuego, sin embargo, el trío de Jesús Hernández, que junto al bajo de Manuel Sáez y la batería de Álvaro Maldonado atacó su particular variación Goldberg de la obra de Bach, titulada Sugestiones Goldberg y convertida en una soleá.

No en vano su origen como pianista hay que buscarlo en su formación clásica. A partir de ahí fue incorporando a sus músicos invitados, primero con el cante de Coloraíto, por seguiriyas, y más tarde por tientos con la incorporación del trompetista Julián Sánchez para hacer Sueño alfa. El tono introspectivo y tenue que imprimió a su actuación apenas se vio alterado por el brío con que acometieron La bojaira, una insinuada bulería, y las alegrías de ¡Esa morena guapa! uno de los momentos más celebrados de su concierto. Con el percusionista Rubem Dantas y el guitarrista Guga Murray, ambos brasileños, incorporados al grupo poco a poco fueron desgranando el resto de temas de su álbum, desde la granaína Camino de Maua, hasta algunos cantes de ida y vuelta deconstruidos, podríamos decir, entre guajiras y colombianas.

Así el concierto adquirió tonos más cálidos con la versión por bulerías del clásico Laura y el tema Iris de Wayne Shorter, que dejaron para el bis. Tras una breve pausa para repasar la afinación del piano, llegó el turno al gran Chano Domínguez. Acompañado por un trío de ases a su altura, el bajista Gary Willis, el excelso batería David Gómez y Daniel Navarro, que se hizo cargo del cajón y levantó al público de sus asientos con sus taconeos, el gaditano se dispuso a dar una lección de música con uno de los más lustrosos que se pueden escoger del amplio repertorio del jazz. Interpretadas en el mismo orden en que han sido publicadas en el álbum, Chano comenzó con Flamenco Sketches, inconmensurable, y continuó con la deliciosa Freddie Freeloader, a la que dotó de un arreglo para sintetizador que le permitió ejercer de héroe de la guitarra, y que volvió loco al respetable.

A continuación volvió a dejar la rienda corta para atacar la balada Blue in green, y de nuevo proporcionó un clímax con So what. Domínguez, que es un prodigioso conocedor del flamenco y del jazz, sonó menos aflamencado que en otras ocasiones. Especialista en dotar de color flamenco a músicas de origen ajeno, precisamente en este proyecto parece haberse decantado por la sutileza y no apostar todo al mismo color. En su actuación del sábado además tiró más de una vez por el sonido del sintetizador para electrizar la propuesta, algo que a buen seguro habría complacido al Miles Davis de los setenta. Y así culminaron con All blues y las dos piezas extras que ha incluido en su Flamenco Sketches y que no estaban en Kind of blue, la sugerente Nardis, un tema atribuido a Bill Evans y que nunca llegó a grabar Davis, y Serpent's Tooth, de su etapa en Prestige Records.

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