La traducción literal del arte
El Centro Damián Bayón de Santa Fe reúne más de setenta obras de artistas como Rodríguez Acosta, José Gallego o Julio Juste unidos por la genial precisión del taller de serigrafías del alemán Christian Walterl La muestra se puede visitar hasta el 25 de julio, de martes a domingo de 17 a 21 horas.
Sobre Bastidores no sería nada sin Christian Mathias Walter. Él es precisamente el bastidor callado que enorgullece a obras ya de por sí orgullosas por pertenecer a nombres del arte como José Guerrero, Miguel Rodríguez Acosta, Frederic Amat, Julio Juste y Rogelio López Cuenca, entre una lista que roza el centenar. La exposición que lucen las paredes del Centro Damián Bayón de Santa Fe es una muestra dedicada a las serigrafías de los artistas que han trabajado junto al alemán en su taller de la Vega desde 1986, cuando recibió el encargo de serigrafiar Homenaje a Zóbel, de Guerrero.
Si hay algo que describa su labor es la absoluta precisión con la que realiza "la traducción de la obra pictórica en la serigrafía". El comisario de Sobre Bastidores, Joaquín Peña-Toro, explica que Walter logra la interpretación lo más cercana posible a la obra del autor pero respetando el vocabulario de la técnica serigráfica. Por eso lo de bastidor callado. Porque si bien no firma las estampaciones, su mano es fundamental en la conversión, haciendo 'única' y limitada una obra cuya finalidad es la edición múltiple.
Setenta obras exponen en otros sentidos la multiplicidad. El comisario destaca la diversidad generacional que simbolizan obras de Rodríguez Acosta -destaca la pareja de estampas Alhambrería VII y IX- junto a títulos de jóvenes autores como David Costa. La diversidad de estilos se manifiesta en dos tipos de artistas que Peña-Toro divide en "autores geométricos y contundentes y otros vaporosos e históricos". En el grupo de los primeros, incluye a Rogelio López Cuenca, que expone aquí siete piezas con una estética casi publicitaria -en Copyleft mezcla puños en alto con una paella festiva, siluetas vectorizadas en una sola tinta negra alrededor del disco de arroz dorado-. En el segundo, estarían Rodríguez Acosta o Soledad Sevilla, que tiene en la muestra la pieza En ruinas.
Sobre Bastidores es una continuación de una primera exposición que tuvo lugar en 2007 en el desaparecido centro cultural de CajaGranada, donde se mostraban dos décadas de producción serigráfica del taller de Christian M. Walter. Ahora se muestran nuevas piezas, algunas de ellas inéditas o producidas muy recientemente por artistas como Santiago Ydáñez.
Es el caso también de una obra que Julio Juste realizó para el cartel del Festival Internacional de Música y Danza de 1995 y que finalmente no salió a la luz. En la pieza Brandy Brindis, el artista se acerca al diseño gráfico donde collage, tejido, ceras y serigrafía participan por igual para hablar de Manuel de Falla.
Además de los autores y los estilos, las serigrafías que se pueden ver en Damián Bayón tienen la particularidad de las diferentes soluciones gráficas y los diferentes soportes, tales como los papeles hechos a mano para Juan Vida o los "más livianos para artistas más sutiles".
Francisco Guzmán, por su parte, utiliza tejidos de lienzo, y Juste vuelve a ser un ejemplo perfecto para simbolizar la diversidad material con su retal de tela negra en Patrones de medida, en la que un trampantojo 'atrapa' al espectador.
La continuidad en la "acertada programación" del centro Damián Bayón de Santa Fe supone también un guiño a sus visitantes más fieles, como subraya el comisario de la exposición, porque recoge obras de artistas que han pasado por allí en las últimas fechas. Es el caso de Valentín Albardíaz, Carlos Vega o Soledad Sevilla.
Nombres muy diferentes que el comisario ha distribuido teniendo en cuenta la "cercanía y los contrastes". Lo que les une y también lo que les separa con el único hilo argumental de un nombre propio: el de Christian Walter.
Todos son "pequeños tesoros" que ha pulido él con una exactitud abrumadora. Al principio de los 80, llegó a Granada después de conocer la serigrafía en su natal Saarbrücken (en Alemania), estampando ocasionalmente en una institución ferial.
Ahora, como le define Peña Toro, su taller se ha convertido en una institución artística en sí misma. Algo que se ha ganado por su "calidad, implantación, continuidad y significado después de veinte años".
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