La vida es un cabaret

La actriz y cantante Liza Minnelli cumple 65 años · Aunque tuvo mala suerte en la vida también conoció el éxito con interpretaciones memorables

Liza Minnelli, una estrella desde la cuna.
Liza Minnelli, una estrella desde la cuna.
Chris Melzer / Nueva York

12 de marzo 2011 - 05:00

Pudo haber sido su mayor éxito, pero todos relacionan a New York, New York con Frank Sinatra, aunque fue Liza Minnelli la que en realidad interpretó la canción. La actriz y cantante tuvo mala suerte en la vida, pero también éxito, tanto a nivel profesional como privado. El sábado la diva cumple 65 años.

Minnelli ya era famosa antes de nacer. Hollywood esperaba con ansias el nacimiento del hijo de la superestrella Judy Garland (El mago de Oz) y el director Vincente Minnelli (El padre de la novia). Cuando la pequeña Liza May recibió el nombre de una canción de George Gershwin -después de todo el hermano de su padrino- se auguraba una carrera de ensueño. Las estrellas pasaban a tomar café y asustaban a la pequeña. "Era increíblemente tímida. Y en nuestra casa siempre había tantos adultos, y más encima gente que era conocida en todo el país", recordó seis décadas después en una entrevista con dpa. Una vez le habló Sammy Davis Jr. "Era muy, muy amable y simplemente quería decir algo tierno. Pero yo sólo pensaba: ¡Alguien habla conmigo! ¿Por qué nadie me ayuda? No me salía ninguna palabra".

Actuó por primera vez a los tres años. También participó en el clásico cinematográfico de su padre Un americano en París, pero fue sobre todo su madre quien la marcó. Garland empujó a su hija al negocio del espectáculo, aunque aún así fue una rival celosa de su competidora talentosa y mucho menor. Sin embargo, a diferencia de la estrella infantil Judy, su hija Liza partió desde abajo, aunque avanzó a alta velocidad gracias al impulso familiar.

Liza se convirtió en una estrella de Broadway y en una solicitada cantante de los clubes nocturnos. A los 20 años ya era "la Minnelli" y luego vino Cabaret. Con su interpretación de Sally Bowles, la cantante estadounidense de clubes nocturnos en el Berlín de 1931 ensombrecido por los nazis, celebró un éxito mundial y creó un ícono que fue copiado una y otra vez. Obviamente recibió un premio Oscar y desde entonces no puede terminar ningún concierto sin cantar Mein Herr o Money. Sin embargo, la fama mundial se convirtió en su maldición. Aunque siguió teniendo éxito como cantante, la medida de todo era Cabaret. No hubo más papeles y tampoco un compañero que la apoyara.

Minnelli buscó toda su vida al hombre adecuado. A los 21 años se casó con el primero, Peter Allen, del cual se separó cinco años después, después de que él confesara su homosexualidad. Dos años después fue el turno del cineasta Jack Haley, pero también ese matrimonio duró apenas cinco años. El mismo año del divorcio se casó con el artista Mark Gero, pero también esa unión duró sólo media década. Fue suficiente para que se hundiera en el abismo: Alcohol, drogas y sobrepeso determinaron la vida de la ex estrella mundial, que terminó de hundirse por la pérdida de un bebé. Sin siquiera haber alcanzado los 40 años, Minnelli parecía estar acabada.

Pero aunque fue muchas veces débil, también fue combativa. Cuando en 1986 se celebró el centenario de la Estatua de la Libertad, realizó un espectáculo perfecto. Sus discos volvieron a venderse y la diva estuvo nuevamente de moda. Sin embargo, como si de un musical se tratara, volvió a caer. A fines del año 2000 su regreso fue detenido por una encefalitis que casi le causó la muerte. Pero Liza no sería Liza si se rindiera.

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