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La vida en las marionetas

  • El Parque de las Ciencias acoge la magna exposición 'Títeres. 30 años de Etcétera' en torno a todos los montajes de la compañía granadina, algunos de ellos realizados con figuras de más de diez metros y complejos sistemas de movimiento.

El fascinante mundo de los títeres se hace mucho más fascinante aún desde ayer en el Parque de las Ciencias, en que fue inaugurada la muestra Títeres. 30 años de Etcétera, en torno a la compañía teatral granadina dirigida por Enrique Lanz. Muñecos gigantes, de hasta 12 metros de longitud, talleres de construcción, documentos de Federico García Lorca, Manuel de Falla o Hermenegildo Lanz y hasta representaciones teatrales jalonan la exposición, que podrá contemplarse hasta julio del año que viene y que es una de las más grandes que se han activado en el museo granadino.

Enrique Lanz, nieto de Hermenegildo Lanz, aquel constructor de títeres que colaboró con Manuel de Falla y García Lorca en los años veinte para sus funciones teatrales, se ha convertido en uno de los grandes maestros de este arte. Y eso puede comprobarse en cada una de las propuestas que hay en la exposición, que celebra los treinta años de existencia de su compañía, Etcétera. La muestra es, además, un recorrido por el mundo de los títeres de todo el mundo, desde China a Malí, pasando por la India, Turquía, Indonesia, Italia, Bélgica o Vietnam. A lo largo de la trayectoria de la compañía, Etcétera ha ido recopilando títeres de todo el mundo para una colección particular que ahora se exhibe en el Parque de las Ciencias.

Pero, sin duda, lo más espectacular de la exposición es El retablo de maese Pedro, un gigantesco montaje que se estrenó en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona en 2009 con enorme éxito y en el que se emplea figuras de hasta cinco metros de altura.

La exposición es un recorrido, primero, por los documentos que de Manuel de Falla y Federico García Lorca conservó siempre Hermenegildo Lanz, para luego pasar por las marionetas que Enrique Lanz ha ido recogiendo en todo el mundo y terminar en los diferentes montajes que ha ido realizando la compañía Etcétera desde que la fundaron Lanz y Fabiola Garrido en 1981. Entre esos montajes están La serva padrona, Soñando el carnaval de los animales, que incluye a un dinosaurio de 12 metros y la cabeza de un elefante a tamaño real,  o Pedro y el lobo, cuya representación de 25 minutos de duración puede contemplarse también en la muestra.

Otro de los rincones con gran interés que pueden contemplarse son los bocetos y títeres que Hermenegildo Lanz realizó en 1923 para la representación, ideada por él mismo junto a Falla y Lorca, de Los títeres de cachiporra.

La exposición, además, ofrece al espectador la posibilidad de conocer cómo es un taller de marionetas e incluso comprobar cómo funcionan los sistemas de pesos y contrapesos que mueven a los muñecos. Es una visita entre bastidores a un mundo de ensoñación.

El director del Parque de las Ciencias, Ernesto Páramo, resaltó las más de 1.000 representaciones que la compañía Etcétera lleva realizadas a lo largo de sus treinta años de historia. También recordó cómo, en el año 2008, los Príncipes de Asturias rompieron el protocolo de seguridad para comprobar cómo funcionaba la marioneta de un violinista durante la inauguración de la ampliación del museo. "Esta exposición va a ayudar a inspirarse a muchísimas personas", dijo Páramo, quien resaltó que "la creatividad es el territorio común de las artes y las ciencias".

"Éste es un momento muy especial para mí", dijo por su parte Enrique Lanz. "El Parque de las Ciencias es la única institución que nos ha abierto las puertas". Lanz recordó, además, a la treintena de personas que han hecho posible la compañía Etcétera entre artistas, artesanos y técnicos. La muestra tiene una extensión de 1.600 metros cuadrados y alberga a más de 300 títeres. También pueden verse 17 escenas de teatro de papel y 8 grandes escenografías originales.

"El de los títeres es un arte marginal y poco conocido", señaló Lanz, quien ofrece todo su saber en el oficio para que el público pueda conocer cómo funciona realmente un espectáculo de marionetas cuando se hace con seriedad y cariño por la profesión. Resulta fascinante, por ejemplo, ver el ensamblaje interno de El retablo de maese Pedro y todo el ingenio que tuvo  que utilizar Enrique Lanz para dar vida a unas figuras gigantescas. También hay proyecciones audivisuales para ver cómo funcionario los diferentes montajes realizados por Etcétera a lo largo de su carrera.

Otra de las curiosidades, por poco conocidas, según explicó la comisaria de la muestra, Yanisbel Martínez, son los bocetos y manuscritos de Hermenegildo Lanz para la representación de Cuento de brujas, otro proyecto en común con Falla y Lorca.

El éxito de la exposición se comprobó ayer al ver la enorme afluencia de público en el acto de la inauguración y la fascinación que las diferentes propuestas produjeron entre los asistentes, especialmente los niños.

Títeres. 30 años de Etcétera tiene incluso un área de descanso en el que espectador puede ver todos los carteles de los espectáculos de la compañía o leer curiosidades sobre el mundo de las marionetas. La muestra culmina con un pequeño teatro con capacidad para 150 personas en el que se representa la obra Pedro y el Lobo que, a lo largo de toda su historia, ha tenido más de 1.000 representaciones.

La exposición es una invitación a la imaginación, al disfrute y al aprecio por un arte que, considerado menor, es absolutamente desbordante cuando se hace con pasión.

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