En el juego literario que comparten autores y lectores, resulta habitual que los segundos construyan sus particulares imágenes e identidades de los primeros a partir de las pistas que éstos dejan en sus obras. En el caso de la británica Agatha Christie (1890-1976), resulta difícil desligar su nombre de la literatura policiaca y de misterio; y esto se debe, en gran parte, a que la producción que la escritora dedicó al género se ha traducido en más de cuatro mil millones de novelas vendidas en todo el mundo, lo que la convierte en el segundo mayor patrimonio literario en lengua inglesa después de las obras de William Shakespeare.

Hércules Poirot y Miss Marple son dos verdaderos iconos del siglo XX, aupados a los altares tanto a través de los libros como del cine y el teatro. Aunque el crimen ensombreció el resto de la escritura de Christie, que gozó también de un notable de éxito como autora de literatura romántica, lo cierto es que la creadora de títulos imprescindibles como Asesinato en el Orient Express cultivó otros muchos registros que permitirían a sus conocedores hablar de otra Agatha Christie. Ahora, la editorial malagueña Confluencias acaba de publicar Estrella sobre Belén, un volumen que reúne, por primera vez en castellano, los relatos navideños de la reina del crimen.

Estrella sobre Belén, publicado originalmente en 1965 en Harper Collins con el título Star over Bethlehem, llega así por primera vez al lector español con la traducción de Jesús Aguado, en una hermosa edición con ilustraciones de Javier Forneles Ten. El volumen incluye seis relatos (Estrella sobre Belén, Un burro travieso, El autobús acuático, Un fresco atardecer, Promoción aprobada en las alturas y La isla), completados mediante algunos poemas que aportan moralejas, imágenes y sabores aún más populares a las narraciones. El lenguaje es sencillo y directo, y el formato breve se presta especialmente a aquella costumbre tan británica de la lectura en voz alta en el calor del hogar. La variedad argumental también es notoria, desde relecturas de los episodios evangélicos sobre la Natividad (incluido un hermoso cuento dedicado al burro que comparte establo con la Sagrada Familia, en el que no resulta descabellado advertir la huella de Apuleyo) hasta deudas dickensianas como la que rinde El autobús acuático, cuya protagonista, la señora Hargreaves, es una viuda arisca que huye del contacto con la gente, a pesar de sus convicciones religiosas, hasta que se encuentra con un peculiar desconocido. En los cuentos, de cualquier forma, la intención no es únicamente moral en cuanto al uso de la Navidad como argumento por el que apelar a la mejor condición de las personas: también late, sin ánimo alguno de ocultación, una profunda intención cristiana de divulgar los principios auténticos de la Navidad. Agatha Christie muestra especial interés en contar en qué consisten las fiestas, qué importancia tiene para el mundo el nacimiento de Jesús y cómo deben actuar las personas en consecuencia. Pero, ante todo, Estrella de Belén es una delicia. Y sin enigmas que resolver.