'Zapatos de piel de caimán': la obra total que resucita la historia secreta de la música granadina (1957-2000)

Juan Jesús García más que un crítico musical es una institución en la música granadina. Él que ha ayudado a impulsar la carrera de tantos músicos emergentes convertidos después en estrellas nacionales desvela ahora un proyecto propio: una obra que, más que un libro, es un monumento a la memoria sonora de una ciudad. Bajo el sugerente título de Zapatos de piel de Caimán, la colosal obra de 567 páginas repletas de material gráfico, ve la luz en Lola libros. Esta publicación exhaustiva, que abarca la historia musical de Granada desde 1957 hasta el año 2000, es el resultado de un compromiso personal que se inició hace casi cuatro décadas. Con un trabajo de investigación enorme en el que aparecen los nombres de más de 10.000 protagonistas, el volumen se erige como la enciclopedia definitiva sobre la vida musical de la ciudad de la Alhambra con el apoyo de Antonio Muñoz Molina y Jesús Ordovás en los prólogos, más un epílogo de Eduardo Tébar.

Entre el archivo y el Síndrome de Diógenes

El origen del libro se remonta a los años ochenta. Cuenta el crítico que la idea inicial era cubrir el periodo de 1957 a 1987 y publicarlo precisamente en 1987-88. Este proyecto original quedó en punto muerto, pero la pasión por preservar la memoria musical se impuso y García siguió atesorando un archivo documental grandioso. "Los amigos que me quieren dicen que mi casa es un museo y los que me quieren menos que tengo Síndrome de Diógenes", bromea.

El autor confiesa que su metodología se basó en el papel porque era el único sustento informativo posible antes del año 2000. “Yo en casa no es que tenga cajas de artículos, es que tengo baúles”, revela el autor. Este archivo infinito se ha complementado con la recopilación digital de webs históricas como la ya desaparecida Guateque.com, y la aún activa Granamusic.tk, creada por el baterista y abogado Juanjo Megías.

La pandemia como catalizador de la memoria

Después de mucho recopilar y escribir, el libro pudo ver la luz gracias a la pausa forzosa de la pandemia. García explica que su objetivo era llegar a la actualidad, pero la escena musical avanzaba más rápido de lo que él podía escribir. Fue entonces cuando tomó la decisión crucial de fijar el corte en el año 2000.

Los meses de confinamiento se volvieron sorprendentemente productivos. Primero, porque las hemerotecas estaban accesibles digitalmente, y segundo, porque "a todos los que llamabas estaban en sus casas". Esto facilitó la localización y las entrevistas de cientos de músicos. De su trabajo de campo, García solo conserva tres audios de entrevistas (Joe Strummer, Chavela Vargas y Paco de Lucía); el resto de sus conversaciones —incluidas las que mantuvo con los pioneros de los años 60— fueron transcritas sobre la marcha y así se fue ampliando un material que ahora da cuerpo a la obra.

Los primeros capítulos ya estaban redactados en los años ochenta, cuando entrevistó a pioneros como Los Windy o Los Nevada, el grupo donde Miguel Ríos, con apenas 18 años, se metía de "maletilla" a cantar. Estos músicos, con sus difíciles inicios en un panorama musical que despertaba tantos amores como odios, como las salas en las que dieron sus conciertos o los medios en los que concedieron sus entrevistas, están ya desaparecidos.

Estructura decenal

Zapatos de Piel de Caimán está estructurado por décadas, proporcionando una visión global de todo el mundillo musical de Granada. Cada década incluye un capítulo general, varios específicos de los principales protagonistas y se cierra con un diccionario exhaustivo de grupos y solistas, cuyo espacio está determinado en gran medida por su discografía. Sin embargo, el autor subraya que la obra no es una enciclopedia puramente objetiva: "Tiene ese sesgo personal que me hace obligatorio destacar algunos personajes, como Enrique Novi o Jesús Arias, por cercanía personal".

Además de las bandas y solistas (Los Ángeles, 091, Miguel Ríos, Lagartija Nick, etc.), la obra está "salpicada" con artículos dedicados a los medios de comunicación, los festivales y los personajes claves que daban vida a la escena: fotógrafos, diseñadores gráficos, programadores... Es, en palabras del autor, "un álbum de familia" con muchísimos complementos —desde flyers y anuncios hasta las famosas colecciones de postales— que aportan plasticidad a la historia.

Los Héroes y las Décadas Fructíferas

Al preguntar por las voces que han tenido más peso en la recopilación, García destaca la generosidad de los propios protagonistas, quienes cedieron "generosamente" gran parte del material fotográfico y documental, incluyendo fotos de la "familia 091" o cartas de prohibición. Todo el material que aparece en el libro, ya sea un carné profesional de banda o un documento histórico, lo conserva el autor.

En cuanto a los nombres propios, Miguel Ríos se lleva el protagonismo absoluto, al ser considerado la "percha sobre la que se puede colgar toda la historia de la música granadina", además de contar con un capítulo propio muy extenso. En los 60 destacan Los Ángeles y Los Windy's, además de la insospechada figura de Miguel Gallardo, el cantante de Hoy tengo ganas de ti, que vendió millones de discos a nivel mundial y era de Granada. Los 60, como los 80, fue una década muy fructífera en la que García ficha unos 200 grupos nacidos generalmente en la clase media o alta, porque eran los que podían costearse los instrumentos en condiciones muy adversas. La década de los 70 fue de gran dificultad. "Pocos grabaron, aunque brillaron bandas como la del Tío Paco o el Nono Trío. Los jóvenes de finales de esta década serían los grandes nombres de los 80, 091, La Guardia o TNT", resume el crítico. Los 90, se sostuvieorn también en parte sobre los gigantes de los 80, pero ya con una fuerte recuperación y reinterpretación de la música de los 60.

La arquitectura de Jokin Martín

El ambicioso diseño del libro tiene una historia paralela. García recurrió inicialmente a su amigo Jokin Martín para pedir consejo y él se ofreció a hacerlo. "Le pregunté por nombres de diseñadores que me pudiera recomendar y me dijo: "No busques a nadie, ese libro lo tengo que hacer yo". Y así fue". Durante dos años, ambos trabajaron "página por página colocando fotos" hasta el fallecimiento de Joaquín. La arquitectura inicial es toda suya, pero los "detalles finales" y el afinado corrieron a cargo de Aurora Pulido, a quien García agradece el acabado precioso de la obra.

Los prólogos son obra de dos figuras capitales. Antonio Muñoz Molina, amigo de García desde sus tiempos en Granada y quien, además de escritor, fue parte de la historia al gestionar la programación musical en el Ayuntamiento durante unos años. El crítico musical y Jesús Ordovás también se conocen desde los años ochenta. Su relación comenzó siendo laboral, cuando García le hacía de "corresponsal" desde Granada para Radio 3, y se afianzó en encuentros personales.

La obra, cuyo lanzamiento se ha producido este mismo mes de diciembre, nace como libro, pero su riqueza documental y fotográfica abre las puertas a futuras exposiciones o incluso conciertos temáticos. Sobre una posible continuación, un "volumen 2" (2000-2025), García se muestra escéptico debido al esfuerzo titánico del primero si bien deja la puerta abierta.

Al final, Zapatos de piel de caimán no es solo un inventario de discos y bandas, sino el mapa de una ciudad que solo se entiende cuando se apagan las luces de los monumentos. Juan Jesús García captura en estas páginas la esencia de una Granada subterránea y eléctrica, donde las canciones nacían lejos de los despachos oficiales. La música, insiste García, no puede disociarse de los ambientes nocturnos y los locales, verdaderos start-ups o "maceteros bien abonados" donde germinaban las ideas, a menudo "a las 4 de la mañana cuando el alcohol entra en combustión". Es en esa mezcla de humo, madrugada y pasión donde se forjó la identidad sonora de una provincia, y es en este libro donde esa memoria ha encontrado su refugio definitivo.