Aire cálido de abril

Aire cálido de abril

Abril para vivir, abril para cantar, abril, flor de la vida al corazón... que cantaba Carlos Cano en 1988, el mes que en este cancionero analítico abríamos con una interpelación de Joaquín Sabina que hoy, a día 30 y último, ya podemos afirmar que sí, que nos lo han robado, que lo hemos vivido en reclusión en todas sus fechas, que se va sin que podamos haber disfrutado esa explosión vitalista que lleva escrita en su propio nombre, el más musical de todos los que componen el calendario. 
En ausencia de este abril que se nos va sin haberlo disfrutado, la meteorología nos ha brindado una sucesión de jornadas nubosas que anunciaban lluvias que no siempre llegaron y pocas veces con la intensidad necesaria. Mirado por este lado, habrá sido más llevadero permanecer recluidos cuando el paisaje es gris que si este encierro hubiera ofrecido al otro lado de la ventana esa estampa de primavera que nos invita, que nos empuja, que nos saca a la calle a disfrutar de ese Aire cálido de abril al que cantaba Alameda, grupo de rock sinfónico andaluz en 1981, años aquellos a caballo entre finales de los 70 y principios de los 80 en que triunfaba en toda España esta expresión rockera del sur del que fueron pioneros los ritmos aflamencados de Smash, finalmente identificados con voz propia por Triana. Y, a continuación, Alameda, que se disolvieron en 1985 cuando empezaban a sacudirse la etiqueta de 'seguidismo' con la que se les vinculaba a Triana, sevillanos como ellos. Y no es extraño que encontremos esas similitudes: a fin de cuentas uno de los fundadores de Triana y otro de Alameda habían convivido en Los Payos, trío calificado 'pachanguero' porque exploraron canciones facilonas de verano pero que, visto con la perspectiva de los años, añaden ritmos apreciables y precursores de tiempos posteriores. 
Alameda toma el nombre del barrio de Sevilla donde nació el grupo. Para cuando aparece este Aire cálido de abril, la banda cuenta en su producción con grandes éxitos comerciales como Aires de la Alameda o Amanecer en el Puerto y ha colaborado con Camarón en el disco La leyenda del tiempo. El tema que se asoma hoy a este cancionero representa, sin embargo, un punto de inflexión: no escaló en ventas ni difusión al nivel de sus precedentes. Y quizá ahí sembró la semilla de la disolución, porque solo hubo un disco más, Noche andaluza, dos años después. El último disco de Alameda, que, paradójicamente, fue su mayor éxito y por el que más se les recuerda, por el acierto en la adaptación de las notas musicales de Enrique Granados para piano, del mismo título, además de otros temas que convierten en música poemas de Juan Ramón Jiménez. 
Como sevillanos, los Alameda cantan a ese Aire cálido de abril que preludia primavera en la capital de la Giralda, esa explosión vitalista de jazmines y azahares que estallan en la noche sevillana mediando el mes de marzo y perfuman a partir de entonces las calles y plazas de tan singular ciudad durante lo que resta de primavera. Quien no haya vivido allí tal vez no lo entienda, pero sí sevillanos como Alameda, aunque su Aire cálido de abril entona conceptos románticos que podrían valer tanto para un desamor como para un amor "que en un instante muere". Hubo besos que fueron "vida y aroma de jazmín" para el cantante, que "como en un sueño pude ver / lo más profundo de tu ser", pero "...se apagó la luz de tu mirada". Y es que "fueron las dudas y el temor / las que anidaron mi razón / y así me vi envuelto entre tinieblas". 
En un amor que "como el agua que en la fuente / fluye limpia y transparente / es tu mirar y tu sonrisa alegre", que es "como el viento que al pasar / levanta olas en el mar", Alameda encuentra "una esperanza nueva " cuando "sentí pasando sobre mí / el aire cálido de abril" que le lleva a caminar "despacio y en silencio", mientras "en el camino pude ver / que no hay distancias como ayer, / que mi dolor se ahogaba con el tiempo".    
El rock andaluz murió de éxito. A los pioneros Triana le siguieron Alameda, los cordobeses de Medina Azahara y los gaditanos de Cai, cuyos respectivos componentes representaban una generación que había crecido escuchando coplas por la radio y comprando discos de rock en inglés. La fusión fluía por una inercia natural entre sus fundamentos musicales a ritmos identificables con bulería y rumba, más canciones de verso vitalista y primaveral. De ahí, este Aire cálido de abril. Abril, "para sentir, / abril para soñar, / abril la primavera amaneció", que cantó Carlos Cano.  

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios