Análisis

manuel campo vidal

Bienvenidos al decisivo y enigmático 2023

En España gobernará quien gane significativamente en esa cita electoral previa

No se acabará el mundo en 2023, aunque en Brasil y en el estado mexicano de Sinaloa lo parezca. Cierta oposición viene anunciándolo en España desde hace un lustro y sin embargo vamos cada vez mejor, salvo en agresividad verbal: la inflación más baja de la Eurozona, el empleo más alto de los últimos años, el precio menos doloroso de la electricidad gracias a la excepción ibérica arrancada a Bruselas, etc. Con todo, hoy cuesta más vivir. No se acabará el mundo, pero sí es verdad lo que escribe en una tarjeta Manuel Baltar, presidente de la Diputación de Ourense: "Feliz 2023, año decisivo". Así es: en 2023 nos jugamos los cuatro años siguientes. En cada municipio y provincia, en Comunidades Autónomas y en el país entero. Decisivo y enigmático año.

El panorama puede ser bien distinto a partir de mayo, con elecciones municipales y autonómicas en 12 comunidades. Casi seguro que en España gobernará en la próxima legislatura quien gane significativamente en esa cita electoral previa. Pero, cómputos generales al margen, veamos como puede cambiar en cinco meses este país.

Aunque el Partido Socialista ganara en ese recuento global de mayo, no sería lo mismo si perdiera la ciudad de Sevilla, la cuarta en población, la primera gran urbe que gobierna el PSOE. El nuevo alcalde Antonio Muñoz parece asentado en un año, pero hay que votar. No será igual si a ese partido se le escapan algunas de las seis diputaciones provinciales andaluzas que ahora ostenta. O si el independentismo gana Barcelona, ciudad que hace cuatro años salvó in extremis Manuel Valls, llegado de Francia para una operación política fallida pero que prestó ese servicio. Las encuestas sorprenden cuando pronostican que el extremeño Guillermo Fernández Vara podría no repetir, como la riojana Concha Andreu, mientras que otros sondeos los dan como seguros. Todo está en el aire, porque no olviden que José Ramón Bugallo perdió la alcaldía de Santiago por solo 13 votos, 13, aunque recuperó la ciudad cuatro años después. Cada papeleta importa.

Vayamos al campo popular. Lo normal es que Martínez Almeida renueve en Madrid, pero la ciudad no va como iba. "Se encaminaba a la mayoría absoluta cuando Pablo Casado lo nombró portavoz nacional del PP", estima Abel Caballero, alcalde de Vigo y presidente de la FEMP. Lo de Isabel Díaz Ayuso se discute poco, pese a la huelga de los sanitarios, aunque lo que se medirá en general es cuánta dependencia de Vox le quedará al PP para mantener posiciones, o para avanzar. El PP arrasaría ahora en Zaragoza, la quinta capital de España, pero al alcalde Azcón lo destinan a medirse con el socialista Lambán que gobierna Aragón con un cuatripartito. A saber.

Y después quedan las incógnitas de los aliados pequeños pero imprescindibles. ¿Enviará Pablo Iglesias a Podemos a formar listas distintas de las de Yolanda Díaz? En las autonómicas andaluzas ya se vio el resultado: Vox obtuvo tantos votos como las dos candidaturas de izquierda sumadas, pero las dobló en escaños. Algún congreso médico que estudie medicinas antiegos es urgente.

El 2023 traerá también la presidencia española de la Unión Europea, de julio a diciembre. A la oposición actual le quedará poco más que ensombrecer ese gran acontecimiento. Es lo que hará Carles Puigdemont en Barcelona con manifestaciones contra la Cumbre hispanofrancesa del 19 de enero. España es muy difícil y Cataluña más. Qué les voy a contar yo, si en Camporrells, mi pueblo pirenaico de solo 139 habitantes censados, se preparan cuatro candidaturas para el ayuntamiento. Casi todos candidatos.

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