Análisis

Enrique Gervilla / Mateo Arias

El valor educativo del arte: la altura y dignidad de los valores estéticos

Los centros educativos fundados por el padre Manjón cuentan con un legado patrimonial de primer nivel, con obras de Risueño, Gómez-Moreno o López Mezquita

El valor educativo del arte: la altura y dignidad de los valores estéticos

El valor educativo del arte: la altura y dignidad de los valores estéticos / G.H. (Granada)

La existencia del ser humano, en cuanto humano, es imposible sin un conjunto de valores que den sentido a su vida, pues decir valor es decir bien, ideal o mejor. Según Ortega y Gasset (1961): "La versión en que más reiteradamente ha preferido ocultarse el Valor es la idea de Bien".  

Cada valor se presenta para su realización de modo diverso y complementario, pues unos afectan a la fuerza o necesidad atendiendo las necesidades básicas de supervivencia: comida, salud, descanso… Otros atienden a la altura o dignidad, velando por las necesidades superiores espirituales, propias y exclusivas de los humanos: moral, belleza, religión... Éstos conforman la persona en su más estricta personalidad.

El orden vivencial de los valores

Es importante señalar que el dinamismo propio de los valores inferiores impulsa al ser humano hacia los niveles superiores, pues la naturaleza humana tiende hacia la plenitud: "La satisfacción de una necesidad básica abre las puertas de la conciencia al predominio de una necesidad superior” (Maslow, 1998).

Tomando como fundamento la altura y la fuerza de los valores, podemos construir la siguiente pirámide en la que se expresa el orden preferencial de la vivencia de los valores, en orden ascendente (fuerza-altura), y en orden descendente (altura-fuerza).  

Inicialmente es preciso atender a los valores inferiores y, desde ellos, ascender a los superiores, pues sin la satisfacción de las necesidades corporales básicas es imposible realizar cualquier otra actividad superior.

La altura e importancia de los valores estéticos

El ser humano es una unidad de cuerpo y espíritu, de animales y de dioses, siguiendo el lenguaje platónico. El destino, pues, del ser humano es humanizarse, desplegar al máximo todas sus potencialidades, incorporando valores a su existencia. Nuevamente, en palabras de Maslow (1998): "el hombre muestra en su propia naturaleza un impulso hacia un ser cada vez más pleno, hacia una realización cada vez más perfecta de su humanidad, en el mismo sentido científico y natural en el que decimos que una bellota ‘apremia hacia’ su conversión en encina, o en el que observamos que un tigre ‘presiona hacia’ su realización como tigre, o un caballo hacia su realización como equino".

La estética ha sido un valor tan antiguo como la filosofía misma, sin embargo su importancia ha sido diversa en cada momento histórico como ya afirmó Ortega (1961): "Cada raza, cada época parecen haber tenido una peculiar sensibilidad para determinados valores, y han padecido, en cambio, extraña ceguera para otros". Atendiendo a su etimología el vocablo estética alude a la sensibilidad y a los sentidos. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2001), la belleza es la “propiedad de las cosas que hace amarlas infundiendo en nosotros deleite espiritual”. Santo Tomás entendió la belleza como lo agradable: son bellas aquellas cosas que son agradables. Los valores estéticos son, pues, aquellos que al contemplarnos nos agradan, son deseados o deseables por su belleza en alguna de sus manifestaciones artísticas: pintura, escultura, literatura, danza, música, etc.

La "Presentación del Niño en el templo", de López Mezquita, es una de las primeras obras documentadas del autor La "Presentación del Niño en el templo", de López Mezquita, es una de las primeras obras documentadas del autor

La "Presentación del Niño en el templo", de López Mezquita, es una de las primeras obras documentadas del autor / G.H. (Granada)

 El Patrimonio Avemariano: enseñar observando

La educación  siempre se fundamenta en la transmisión de diversos valores a través de la enseñanza. El P. Manjón inició esta labor mediante numerosos recursos didácticos, que continúan estando vigentes actualmente en las Escuelas del Ave María de Granada. En ella constatamos su patrimonio histórico y cultural, el cual se ha conservado y salvaguardado para el disfrute y conocimiento de sus alumnos

El actual Patronato de las Escuelas apuesta por poner en valor cada una de las piezas que integran ese patrimonio didáctico, ahora más visible a través de la Casa Museo del Ave María ubicada en la Cuesta del Chapiz. Allí se exhiben una serie de obras anteriormente albergadas en diferentes colegios, como por ejemplo, La Inmaculada del centro Ave María de San Isidro y otras muchas del centro Ave María Casa Madre.

En la Casa Museo, inaugurada el 30 de noviembre del pasado año se pueden contemplar obras de pintores y escultores de la talla de Risueño, López Mezquita o Gómez Moreno, las cuales cubren ahora sus paredes junto a los escritos del Fundador. Entre otras obras, podemos enfatizar el Descanso de la Huida a Egipto de José Risueño, escultura que destaca por ser una de las piezas más sobresalientes dentro de las obras de dicho autor. Risueño nos muestra también a la Sagrada Familia agotada, con los ojos entornados, a punto de alcanzar el sueño. María abraza a su hijo y este cruza los brazos, mientras que José aparece apartado, pero envuelve con su manto rojo a su familia  Esta obra nos recuerda a Alonso Cano en el elegante cruce de piernas de María que sin duda nos remiten a la famosa Virgen de Belén, ubicada en la Catedral de Granada.

En las Escuelas contamos, también, con una copia del cuadro de Alonso Cano realizada por José Ruiz de Almodóvar en 1896. Indudablemente estamos ante una copia de gran calidad. Se percibe que María, aunque aparece en una pose entronizada, presenta una interacción maternal con su Hijo. La perspectiva es baja, facilitando de este modo la monumentalidad.

Por otro lado, la iconografía de la Virgen de Belén será muy repetida a lo largo de los siglos, existiendo multitud de pinturas y esculturas en iglesias  y conventos que hacen referencia a este tema. Prueba de ello es la obra de Ruiz de Almodóvar quien realizó un gran número de retratos por encargo tanto en España como en Londres y París.

Con lo indicado hemos pretendido realizar un pequeño esbozo de algunas de las obras de gran valor histórico-artístico que han formado y forman parte de ese educar jugando y enseñar observando, tan característico y propio de las escuelas del Ave María.

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