Análisis

Jesús Quero

Un referente de la familia socialista

Si algo distinguía a Ángel Díaz Sol, a nuestro querido 'Gordo', como cariñosamente se le conocía, era su gran humanidad, su capacidad de preocuparse por las vicisitudes personales, familiares o laborales de sus correligionarios políticos

Ángel Díaz Sol, junto a Jesús Quero, en una visita a Moncloa, a principios de los 90.

Ángel Díaz Sol, junto a Jesús Quero, en una visita a Moncloa, a principios de los 90. / Archivo de Jesús Quero

La lectura del lacónico whatsapp me estremece: "Buenos días, por decir algo. Ha fallecido Ángel Díaz Sol”. Aunque conocía desde hacía días que se encontraba muy grave, no por esperada la noticia resulta menos dolorosa. A partir de ahí, se te agolpan los recuerdos, los muchos buenos y malos momentos vividos, los logros, los fracasos, casi todos compartidos con él durante la docena de años en que ocupó la Secretaría General del PSOE en la provincia de Granada.

Nos conocimos en 1976, en una cena en el restaurante El Mesón, que un viejo socialista, Pepe Ubago, regentaba detrás del Ayuntamiento. El objetivo de la misma era ver cómo podíamos reunificar los tres, en aquel momento ilegales partidos socialistas que empezaban a organizarse en Granada, PSOE, PSA Y PSP, al que yo representaba aquella noche. Huelga decir que aquella iniciativa fracasó estrepitosamente y no sería hasta pasados dos años cuando se consiguiera la unificación socialista.

Años después, en 1983, el PSOE había atravesado la mayor crisis de su historia en la provincia. Las elecciones a la Diputación se saldaron con una escisión, en la que abandonó la organización un número importante de militantes enfrentados con la dirección. En esos momentos críticos se celebró un Congreso en el que resultó elegido como secretario general Ángel Díaz Sol, en un momento en que, sinceramente, ese cargo no era demasiado apetecible, pero él no se arredró frente a las dificultades y consiguió sentar las bases de la gran organización que hasta hoy, cuatro décadas después, ha obtenido en casi todas las convocatorias electorales el respaldo mayoritario de los granadinos y granadinas.

Permaneció en el cargo hasta 1995. Doce años en los que Ángel fue el referente indiscutible del socialismo granadino, en unos tiempos en los que la hegemonía de la organización se hacía sentir en todas las Administraciones públicas, en los ayuntamientos, la Diputación, la Junta y el Gobierno de la Nación. Doce años en los que Ángel peleó, de manera incansable, por conseguir que se materializaran los grandes proyectos de la provincia. Autovías, Rules, modernización del aeropuerto, Mundial de Esquí… En todos los asuntos candentes estaba siempre presente la figura del diputado Díaz Sol, al par que en todos los aspectos encaminados a mejorar la vida de los granadinos. Educación, Salud, pensiones, desempleo… Fue la época en la que pudimos empezar a hablar con propiedad de “Estado de bienestar”. 

Ángel Díaz Sol junto a Jesús Quero en Fermasa Ángel Díaz Sol junto a Jesús Quero en Fermasa

Ángel Díaz Sol junto a Jesús Quero en Fermasa / Archivo de Jesús Quero

Tuve la oportunidad y el honor de acompañarlo en las distintas comisiones ejecutivas que formó durante esos años. Compartí con él posicionamientos en muchas ocasiones, discrepamos otras veces, pero siempre lo hicimos desde el respeto y desde el afecto. El mismo respeto que siempre tuvieron por Ángel Diaz responsables políticos de otras formaciones.

Porque si algo distinguía a Ángel, a nuestro querido Gordo, como cariñosamente se le conocía, era su gran humanidad, su capacidad de preocuparse por las vicisitudes personales, familiares o laborales de sus correligionarios políticos. Era una época en la que se hablaba de la “familia socialista”, en la que además de coincidencia ideológica, también había espacio para el compañerismo y la amistad sincera. ¡Cuantas horas de interminables reuniones y cuantas horas de largas conversaciones de barra de bar! Una época en la que los contrincantes políticos, por los que también se interesaba, eran sólo los adversarios y no los enemigos. Otros tiempos…

Que la tierra te sea leve, querido Ángel. Junto a la tristeza por tu pérdida sentimos la alegría de haber coincidido contigo en la vida y haber podido compartir tanto.¡Hasta siempre!

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