A la sombra de los olmos

José Martínez Olmos

pepemolmos@gmail.com

Nos quedamos con el toque

"Las medidas adoptadas y el toque de queda (siendo muy restrictivas) pueden no ser suficientes y creo que llegan tarde para el objetivo de evitar el colapso asistencial"

Estamos en tiempos de “toque de queda” que, se concretará en la imposibilidad de circular por la vía pública ni desarrollar ninguna actividad en el horario comprendido entre las 23 horas y las 6 horas tanto en Granada como en los municipios del área metropolitana.

Esta medida, junto a otras como el cierre de las aulas en la universidad o restricciones en los aforos de bares, restaurantes y otros negocios y actividades, va a marcar nuestras vidas durante varias semanas. 

La evolución imparable de la pandemia condiciona un incremento preocupante de la presión asistencial tanto en lo que se refiere a la ocupación de camas de hospitalización general y camas en unidades de cuidados intensivos, como en la atención primaria donde (desde hace mucho tiempo), los profesionales manifiestan estar sobrepasados y no poder atender las necesidades de la población.

El riesgo de colapso sanitario es uno de los aspectos más preocupantes en la actual evolución de la pandemia; evitar el mismo es (para mi) un objetivo esencial hasta el punto que considero que hay ya lugares en los que el confinamiento total es la medida más adecuada. Así, lo veo necesario para el caso de la ciudad de Granada y su área metropolitana. Para ello, (incluso puede que para el “toque de queda”), la declaración del estado de alarma es el procedimiento que más garantías jurídicas ofrece.

Y es que en Granada, como sucede en otros lugares del territorio español y dado el alto nivel de incidencia acumulada y la gran presión asistencial en nuestros hospitales y centros de salud, las medidas adoptadas y el “toque de queda” (siendo muy restrictivas) pueden no ser suficientes y creo que llegan tarde para el objetivo de evitar el colapso asistencial, doblegando la curva de la epidemia.

Es imprescindible asumir la gravedad del momento y valorar que, hasta ahora, ha quedado claro que las restricciones adoptadas en las últimas semanas y meses por la Junta han sido insuficientes para evitar la transmisión comunitaria sostenida y el crecimiento de casos que ha llevado a la enorme presión asistencial. Ese es el verdadero toque con el que habría que haberse quedado hace tiempo: que todo ha sido insuficiente.

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