Sánchez como problema

¿Alguno de ustedes espera que el viaje de Sánchez a Marruecos nos solucione algún problema real

En el PSOE se dieron cuenta enseguida los líderes jubilados, que son los más ágiles y valientes, como los generales retirados. Pero, tras el fiasco de las elecciones gallegas, ya saben en todo el partido que, además de tener un líder, tienen un problema. Siempre fue la especialidad del personaje, si uno se fija. Sánchez crea problemas que no había y no soluciona ni los que va creando ni los que ya estaban antes de que él viniese. Pregunten a los del campo. Pregunten a los enfermos de ELA. Pregunten a los servicios contra el narcotráfico. Pregunten. Quizá, a bote pronto, parezca una formulación demasiado genérica y sesgada. Pero hagamos una prueba. ¿Alguno de ustedes espera que el viaje de Pedro Sánchez a Marruecos nos solucione algún problema real? ¿O más bien, siendo sinceros, por muy socialista que pueda ser usted, nos tememos que nos cree nuevos problemas, con suerte sólo diplomáticos, tal vez incluso geoestratégicos?

Esto no es coger Rabat por las hojas, sino establecer un patrón. No cabe duda de que sus aliados nacionalistas, que desean una España postrada, lo mantienen por sus habilidades insuperables para crear problemas a la nación que preside. ¿Y sus votantes? ¿Esperan alguna política de alto aliento del presidente Sánchez? ¿O lo votan por su especialidad, esto es, por crearles problemas, sí, pero aún mayores a las personas de derechas? En su propio discurso profundo, esto es, en lo que va por debajo, Sánchez siempre tira de muro entre españoles, porque se sabe bueno, muy bueno dando quebraderos de cabeza al personal. Con esa satisfacción cainita tienen que conformarse los que le apoyan, que también tendrán problemas, aunque menos. Pero según se ve en las encuestas y en las elecciones, la gente empieza a preferir que alguien le solucione algo.

Sánchez también le plantea un problema a Feijóo. Como es un problema, Feijóo tiene la tentación de basar todo su programa político en sustituirlo. Conseguirá votos sólo con eso, por supuesto. Pero el día que Sánchez no esté, seguirá España teniendo problemas (y muchos de nuevo cuño) que el nuevo presidente tendrá que solucionar. Feijóo no discute asuntos de fondo (la agenda 2030, la demografía declinante, la regeneración institucional, la energía nuclear, el plan hidrológico) y sólo se centra en el voto útil contra el Problema Sánchez. Es otro problema de Sánchez: empobrece un debate que necesitamos mucho más amplio.

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