Es cierto que somos los más 'malafollás' y 'la tierra del chavico', pero ahora, por si algo nos faltara, según un estudio realizado por una plataforma de educación, somos los más maleducados de España, aunque, si les sirve de consuelo, compartimos tan ilustre mérito con Santa Cruz de Tenerife y Alicante-Elche. Para mayor recochineo, los más educados, los gallegos vigueses, quizás por eso Galicia se ha llevado la AESIA… Maleducados conduciendo, en el restaurante, en la cola del supermercado, o con el móvil, son algunos de los comportamientos más maleducados que se nos atribuyen, pero, para más inri, según esta encuesta, los granadinos achacamos estas conductas groseras a los forasteros, o sea, a residentes transitorios y turistas.

Por si esto fuera poco, otra encuesta, ésta del INE, define al granadino medio como persona con redes sociales, conectada a Internet y con problemas para hablar inglés. ¿Me pueden decir cuántos hijos de la Gran Bretaña hablan español? Casi ninguno, porque es un idioma demasiado perfecto y completo como para que lo aprendan quienes poseen uno telegráfico, que encima han conseguido imponer a todo el planeta. Imperialismos aparte, si verdaderamente es cierta la mayor mala educación granadina, deberíamos esforzarnos un poquito para mejorarla, aunque dudo mucho que la mala educación al conducir, en el restaurante, haciendo colas o con pegados al móvil sin atender a nuestros interlocutores -conducta que detesto-, sea exclusiva de Granada y sus dos ciudades hermanas en los malos modos, son conductas universales que hay que evitar y que no dependen de dónde seas sino de cómo de educado estés y seas. Dar las gracias y mostrar cortesía son elementos esenciales de la buena educación que ahora se perciben como de 'pringaos' desgraciadamente en Granada y en toda España.

Puede que, y por darnos algo de autoestima, los encuestados granadinos que nos vieron tan escasos en buenas maneras, confundiesen la mala educación con la "malafollá", porque ésta sí que forma parte de la idiosincrasia granadina, pero que en modo alguno comporta mal carácter o mala educación, sino una muy peculiar ironía/humor negro granadino, que no es indicativo de descortesía alguna, sino de una singular forma de ser.

En fin, no creo que Granada sea puntera en estos menesteres de la grosería, sino que abunda en estos tiempos en toda España, porque está enquistada en la actual sociedad española, por mor de la nefasta combinación entre tolerancia absoluta a cualquier conducta/ausencia de enseñanza de modales básicos/nefastas políticas y leyes de educación.

No somos peores, pero nunca olvidemos los buenos modales…