El Coro de la OCG fue ayer el protagonista, en el Monasterio de San Jerónimo, de la clausura de las clases magistrales de Dirección Coral impartidas por Marthieu Romano y Harry Christophers. Dirigido por el propio Romano y por cinco alumnos (Francesc Gamón, José Antonio Vázquez, Rocky Tejada, Valentín Tejada y Alejandro Wolfgang Espigares), el Coro ha demostrado una vez más su alta calidad y capacidad para abordar repertorios de gran dificultad, como han sido las obras de Francis Poulenc con grandes contrastes y agudos extremos en las sopranos. Repertorio formado por música renacentista y del siglo XX.

Es de justicia felicitar por el magnífico trabajo realizado a Héctor Eliel Márquez, compositor, pianista y director del Coro de adultos y el coro jóven de la OCG, y de la también joven Schola Pueri Cantores de la Catedral de Granada. En Granada hay una gran tradición de canto coral. Hace pocos meses que se ha constituido la Federación Provincial Granadina de Coros, que recoge a más de 20 agrupaciones.

El canto coral aporta una serie de beneficios tanto en el plano ético y social, reforzando el sentimiento de comunidad, como en el físico y en la salud. Estas propiedades se conocen desde la antigüedad y el canto coral ha sido utilizado en rituales, en representaciones dramáticas, por las religiones, en los ideales ilustrados y patrióticos, por el fascismo y el comunismo, en las manifestaciones populares, etc.

Grandes teóricos y estudiosos del canto coral han sido Zortan Kodaly (1882-1967), Carl Orff (1895-1982) o nuestro Felipe Pedrell (1841-1922), y recientemente la tesis doctoral de María Luisa de la Calle Maldonado de Guevara (2014), en la Universidad Complutense, ha investigado su papel en la educación primaria y secundaria.

Siempre son de agradecer una cuidadas notas al programa, como en esta caso las realizadas por el profesor de la Universidad de Granada Joaquín López González.

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