Ciudadanos decentes

24 de septiembre 2025 - 03:07

Amediodía de ayer me enteré de que el hermano de Pedro Sánchez habrá de sentarse en el banquillo de los acusados, para ser juzgado por una serie de delitos como son los de prevaricación y tráfico de influencias, por haber tenido –presuntamente, siempre presuntamente– el deshonor de haber aceptado una colocación en un puesto de trabajo público, remunerado con dinero de todos nosotros, sin cumplir las exigencias que para ello establecen las vigentes leyes y atropellando los derechos de otros ciudadanos. Apenas hace unos días sabíamos que el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, se sentará –también, sin dimitir– en el banquillo del juzgado, acusado de otra serie de supuestos delitos, entre ellos no haber tenido la boca cerrada, debidamente, para guardar un secreto que, por el honor de su profesión y cargo, debiera haber sabido silenciar.

Hace ya semanas, supimos que un exministro –José Luis Ábalos– había sido judicialmente “empapelado” por haber aprovechado su cargo y oficio para beneficio de él mismo, de algunos terceros de nombres secretos –por el momento– y posiblemente hasta de algún partido político que, teóricamente, hubiera de cumplir y defender al Estado de Derecho. También hemos sabido que un asistente del antiguo ministro de Fomento, un ex portero de discoteca, sin más mérito conocido que ser un liante de mucho cuidado, correveidile y enredador de fajos de billetes de desconocida procedencia y operativo, incluso, fuera de las leyes que nos rigen –vuelvo a decir que presuntamente, todo presuntamente– llamado con el nórdico apelativo de Koldo, también es objeto principal de uno o varios procedimientos judiciales.

Y otro liante máximo en las obscuras antesacristías, donde se trajina con negocios del Estado, tratados con el nada honorable –sino todo lo contrario– antipatriota Carlos Puigdemont; pero que manda más, mucho más que Pedro Sánchez y su (des)Gobierno entero, más su banquillo de suplentes y cesados; conocido por el vendepatrias Santos Cerdán, quien fuera secretario de Organización del PSOE, también procesado y encarcelado.

Y –por fin, por el momento– la señora esposa de Pedro Sánchez, sí, el todavía presidente del (des)Gobierno, Begoña Gómez Fernández, acusada ya de cinco presuntos delitos que habrán de ser juzgados por una corte penal. Y yo me pregunto ¿está España en manos de ciudadanos decentes? Hay que temblar al pensarlo ¿O no?

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