El despertar de los médicos

22 de junio 2025 - 03:12

El pasado viernes, 13 de junio, vivimos una jornada de huelga de la profesión médica en la sanidad pública con una alta participación, a pesar de que las administraciones autonómicas se afanan por fijar la participación en torno al 50% de la atención primaria y hospitalaria, lo cierto es que el seguimiento fue mayoritario en toda España y en Granada la actividad asistencial de los médicos se paralizó en más del 90%. La repercusión mediática fue limitada debido a la coincidencia con la publicación del informe de la UCO, que reveló un nuevo caso de corrupción política, y al menor interés de algunos medios de comunicación. Muchos de estos medios han calificado a la profesión médica con términos despectivos, a pesar de nuestros esfuerzos durante la pandemia, cuando muchos profesionales enfermábamos y algunos incluso morían en primera línea. Sorprende especialmente el término de “hijos de papá”, como si la mayoría de nosotros/as no fuéramos hijos de esforzados trabajadores y de miembros de la clase media-baja. Sin embargo, lo esencial es que los médicos y médicas de nuestro país demostraron estar comprometidos con sus derechos laborales legítimos y con su profesión, a pesar de enfrentarse muchos de ellos/as al riesgo de agotamiento profesional. Exigimos que se termine con el maltrato y el desprecio hacia nuestro trabajo. No queremos ser la única profesión obligada a trabajar 24 horas de forma ininterrumpida o hasta 92 horas semanales, sin poder conciliar esta con nuestra vida familiar. El 13 de junio yo vi esperanza y espíritu de lucha. Vi mujeres y hombres que aman su profesión y que no están dispuestos a abandonar su tierra para ejercerla dignamente. Vi en definitiva una profesión unida, como nunca. Seguiremos desempeñando nuestra profesión con profesionalidad, esmero y vocación, como hasta ahora. Dando a los pacientes lo mejor de nosotros mismos, pero continuaremos las movilizaciones en los próximos meses. Aquí nos tendrán, señora ministra y consejeros/as autonómicos, a todas y todos los médicos de este país enfrente. Y recuerden: el paciente es, sin duda, el más importante del acto médico, pero no olviden que, sin médicos, no hay sanidad.

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