Los nuevos tiempos

César De Requesens

crequesens@gmail.com

La epidemia silenciosa

Si el valor de la vida se devalúa no es extraño que algunos decidan prescindir de lo que ya para nada les vale

Que Granada encabece las estadísticas de suicidios de Andalucía no deja de ser un indicativo de un fracaso colectivo. No hay un responsable concreto sino una colectividad entera que no acierta a crear un ecosistema vital donde todos se sientan con ganas de seguir existiendo.

Conforme el tabú se resquebraja aparecen más claros los motivos de que tantas personas se digan hasta aquí he llegado y se quiten ellos mismos de en medio. Sólo la prevención puede combatir algo tan cruel y, sobre todo, crear redes de apoyo a los casos de urgencia para aplazar semejante decisión.

Si el instinto más primario es el de defender la propia vida, cuando se atenta contra él deben ser muy poderosas las razones que bullen en la cabeza del suicida. La economía competitiva que sufrimos con toda su retahíla de ansiedades, desigualdades, desesperanzas, problemas humanos y desaliento profundo que se deriva de la falta de medios está a la cabeza. Hay que tener muy claros algunos valores como para postergar la ratonera de los problemas económicos en nuestras ecuaciones vitales.

Pero si falla la economía las redes afectivas suelen ser un buen bálsamo contra las inclemencias de la vida. Un salvavidas. Pero la fragilidad de los lazos afectivos, la cultura del 'usar y tirar' en las relaciones precarizan los afectos dejando a muchas personas sin horizonte de encontrar ese amor que mendigan.

Difícil es juzgar a quien atenta contra su propia vida. La muerte por propia mano deja un círculo de culpa entre los más cercanos impotentes ante lo sucedido y con la rémora del "qué pude hacer que no hice" runruneando en la cabeza durante años.

Nunca sabemos lo que vive el prójimo que tenemos al lado. La sonrisa impostada tapa mal los dramas. Pero sí que está a nuestro alcance el micro antídoto. Dar aliento y motivos para hacer de este mundo un lugar más habitable; animar la fe en algo superior a nuestra frágil existencia que nos dé cobijo cuando creemos que todo está perdido; escuchar a quien lo demande; interesarse por las vidas que nos rodean; echar un cable si se da el caso.

Habrá que dar soluciones más globales y trabajar en remediar lo que tan difícil cura tiene porque si el valor de la vida se devalúa no es extraño que algunos decidan prescindir de lo que ya para nada les vale.

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